XXX

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—Louis abrazó el cuello de Harry, mientras devoraba sus labios en un necesitado beso, el quisiera o no, necesitaba forzosamente sentir a Harry contra su piel, ya se había vuelto su adicción.—

—Harry por su parte, y mientras seguía de forma salvaje y un tanto brusca el beso torpe he intenso de Lou, bajó sus manos por toda su pequeña espalda hasta aquel grandioso y apetecible trasero, para estrujarlo, acariciarlo y sobre todas las cosas, estimular a su felino quien básicamente jadeaba sobre los labios de Harry, y comenzaba a gemir.—

Oh Harry...—Gimió Lou despegándose a penas lo necesario de los labios de Harry, temblando en los brazos del mayor, bajando su boca a su cuello para comenzar a succionarlo.—

¿Si, amor? —Musitó el mayor con la voz más ronca del universo, ladeando su cuello de forma lateral un par de grados dándole mayor acceso a su bebé al cuello que el mismo ya tenía más que marcado.—

Acepto...—Susurró en un jadeo Lou al sentir una gran mano posada sobre su crecida erección, dándole caricias delicadas y excitantes.—

—Harry no pudo evitar sonreír de forma instintiva, por lo que decide jugar un poco más con la paciencia y el aguante del nene.— ¿Qué aceptas, amor? —Cuestiona nuevamente, haciendo que sus manos viajasen por la espalda del menor, subiendo su suéter al hacer esto, pegándolo por completo a su cuerpo.—

Acepto..—Decía una y otra vez Lou en gemidos contra la caliente y levemente sudada piel de Harry, despegándose a penas un tanto de espacio.— Acepto ser tu bebé, acepto esas noches, esas tardes, y esos días completos de placer para ambos, acepto ser esa personita por la que delires, tu pequeña razón para tocarte, al que le pertenezca el nombre que gimas cuando te das cariños, ser la razón de que tengas esos problemillas en tu entrepierna debido a mi falda, a como actúo para ti, acepto ser tu minino, ser quien te mime, te bese, de abrace, quien te haga marquitas en todo tu cuerpo, y quien esté siempre siempre para ti cuando me necesites por cualquier cosa...

—Harry mientras escuchaba y mordía su labio inferior, asintió y tomó una de las pequeñas manos de Louis, caminando escaleras arriba por el lugar hasta llegar a la habitación conocida a la perfección por ambos, incluso aunque Louis a penas y la había visto cuando despertó de aquel día tan maravilloso para ambos, sin duda alguna de ello.— Amor, necesito que te saques los jeans, las bragas, y por obviedad los converse, y justo después de eso, necesito que te coloques sobre la cama incado, mirando la sabana, tocándote para daddy, ¿esta bien? Ahora regreso. —Dicho eso, el ojiesmeralda sale de la habitación a zancadas, dejando al pequeño Louis totalmente rojo.—

Veamos...—Musitó el pequeño desabrochando el botón de sus jeans, bajando el zipper y enseguida, sacándose aquella prenda.— Ahora, mis amigas las señoritas bragas. —Mencionó mirando como literalmente su pene casi penetraba la delgada tela, por lo cual con delicadeza para un mayor estímulo, poso sus manos a cada costado de su braga, y jugando al mirarse en el espejo de cuerpo completo que tenía enfrente, se bajó la braga hasta que esta estuvo en el piso.— Y por último, mis bebitos. —Finalizó colocándose en el medio de la cama a gatas, recargándose en sus talones para poder desabrochar las agujetas de sus converse, sacandoselos y tirando a un lugar desconocido cada uno.— Estoy listo...

Y como si se hubiesen puesto de acuerdo entorno incluso al horario, justo entonces Harry entró al lugar sin camiseta y con un par de cosas en las manos, entre ellas un poco de un tipo de cuerda, un cinturón, un chupetín, y una copa con hielos.

—Louis tembló sin poder evitarlo al ver todo aquello, sí, había visto 50SDG, y sabía lo que venía perfectamente, cosa que todavía si era posible lo inquietaba más.— Yo...Uhmmm..

Tranquilo. —Se adelantó a decir Harry, el horror en la cara de Louis se veía desde lejísimos, y lejos de causarle algún tipo de molestia, a Harry le causó muchísima ternura.— No te haré daño, no temas, lo menos que quiero es que me agarres miedo, temor, o algo que se le parezca, colocate en cuatro, mi amor.

—Louis asintió, y mientras aún se encontraba temblando hizo caso a la orden del mayor, colocándose en aquella posición algo incómoda.—

—Un Harry con una sonrisa de oreja a oreja y con unos coquetos hoyuelos en sus mejillas, tomó a Louis de las piernas y lo puso aún en cuatro sobre sus piernas, dejando las cosas que tenía en las manos a un lado, posandolas en el blanco trasero del pequeño.— Mi amor, ¿sabes lo mal que te has estado portando? —Exclamó dándole un primer azote a esas mejillas, tiñendolas rápidamente.— ¿Sabes lo mal que estuvo no contestar mis mensajes? —Mencionó dando otro mas pero más fuerte, haciendo a Louis morder su labio inferior y menearse.— Toma el chupetín; se viene lo bueno, cariño. —Dijo dando un tercer fuerte azote, alcanzando el chupetín y dándoselo a su bebé quién lo posó en su boca y lo mordió esperando lo que le había recién dicho.— A daddy no se le hace esperar de esa terrible y cruel forma, así que a la próxima. —Susurró con la voz aún mas ronca, tomando el cinturón del buró.— Responde más rápido algo que yo ya sabía que iba a pasar. —Finalizó comenzando a dar uno, dos y tres azotes a Louis con el cinturón, haciéndolo retorcer de placer y de dolor al mismo tiempo en sus piernas, dejando su piel teñida de un fuerte color rojo encendido, también subiéndole la temperatura corporal.— Y si lo vuelves a hacer. —Agregó dando tres azotes más, sintiendo las uñas del menor clavándose en la cama.— Te irá peor. —Ahora sí, finalizó tirando el cinturón a algún lugar de la habitación, tomando la copa de hielos con la mano que recién había desocupado.— Ahora, recuestate sobre la cama, mi amor, vamos a divertirnos un poco.

—Louis totalmente adolorido y excitado, asintió y se recostó sobre la cama boca arriba, cerrando por un momento sus ojos.— De acuerdo, daddy.

—Harry sonríe aún más y se lleva un hielo a la boca para seguido de eso subirse sobre su nene sin aplastarlo, colocando el hielo en el abdomen de éste, haciéndolo abrir sus ojos de golpe, y soltar un jadeo. Una vez de esto, Harry tomó un par de hielos más y los colocó donde mismo que el anterior, para por último, colocarse sobre Louis, tomar sus manos evitando que se moviera, poder colocarlas sobre su cabeza de esta forma y lograr  comenzar a besarlo con pasión e intensidad, sintiendo el frío entre sus dos cuerpos, el agua correr en sus costados mojando la cama, haciéndolos gemir y jadear con esto, obligándolos a besarse con intensidad y de manera necesitada, haciendo que tanto el lugar como el momento fuesen los más eróticos del mundo.—

Never Enough.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora