35.

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-¿qué quieres decir con que hay un niño Jordan?- pregunté confundida.

- Ash, quiero explicarte todo, desde el principio, pero este no es un buen momento.- me dijo tranquilamente.

- está bien Jordan, nos encontramos en la noche, dime dónde.- mantuve mi tono neutro, en este momento no sabía que pensar.

- ¿porque en la noche? Puede ser después de que terminemos aquí.- dudó en acercarse a mí, pero al final lo hizo y me abrazó, luego colocó su cabeza sobre mi hombro.

- tengo que acompañar a Mel al medico.- ¡ops! Al instante me arrepentí de haber dicho eso.

- ¿qué tiene Mel? - me preguntó con el ceño fruncido después de levantarse de mi hombro.

- me dijo que la acompañara, supongo que son chequeos de rutina, no lo sé.- le sonreí amablemente.

- pero podrían dejar eso para otro día, lo que tengo que decirte es muy urgente y temo por tu decisión.

- ¿porque? - le pregunté extrañada.

- amor, tengo miedo de que me dejes solo en esto, aunque lo comprendería, son pocos los que están dispuesto a enfrentar una responsabilidad así, por eso quiero hablar contigo cuanto antes... Ahora que lo sabes, solo quiero saber qué opinas.

- Jordan, escúchame cariño, estoy ahora contigo y lo estaré siempre que lo necesites ¿me entiendes?- tomé cada lado de su rostro e hice que me mirara directamente a la cara. - siempre Jordan, te quiero mucho, y a pesar de que llevamos días siendo novios no pienso simplemente dejarte a la primera.

- eso dímelo después de que sepas de qué se trata.

- está bien Jordan, te veré a las ocho en la guarida, Zack dijo que debía ir.- el asintió y después besó mis labios.

Después de terminada la ceremonia en la que Mike era protagonista, Mel y yo fuimos directo a las camionetas sin esperar a despedirnos de nadie, se nos hacía un poco tarde para la cita que habíamos pactado en un hospital.

El trayecto fue de más o menos 20 minutos, después de que las tres camionetas estacionaran en el parqueadero del hospital, tres hombres se bajaron de la camioneta y nos siguieron todo el tiempo, incluso en la sala de espera, hasta que fue el turno de Mel, entré junto a ella después de pedirle a lo escoltas que se quedaran afuera.

- buenas tardes señoritas.- nos habló tiernamente la doctora que atendería a Mel, parecía ser una señora bastante simpática.

- buenas tardes.- respondimos al unísono.

- ¿a quién atenderé?- preguntó colocándose aún lado de su escritorio.

- es a ella, tengo la sospecha de que esta embarazada.- señalé a Mel.

- oh dulzura, recuéstate aquí.-señaló la camilla y ella caminó tímidamente hasta a ella, se recostó, luego me miró fijamente, sus ojos estaban cristalizados y su piel había perdido color, podía sentir sus nervios, ah no... Yo también estoy nerviosa, no sé qué pasará después de esto. - levanta tu blusa por favor.- Mel hizo lo que le indicó la doctora, yo sentí el impulso de caminar hasta ella y tomarla fuertemente de las muñecas, lágrimas recorrían su rostro, me sentía mal por ella.

- Mel, calma no llores por favor. - le dije suavemente, la doctora aplicó un gel en su abdomen y luego empezó a mover un aparato que sabrá Dios como se llama, en una pantalla se veían unas machas oscuras y otras un poco más claras pero yo personalmente no veo nada ahí.

- ¡ay por Dios!- chilló la doctora.- aquí hay un hermoso bebé.-dijo bastante emocionada.- enhorabuena Melody, estas embarazada.

Las lágrimas de Mel se intensificaron, y de mi ojo derecho se resbaló una pequeña lagrima, de alegría más que todo. Voy a ser tía.

All Of Me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora