3.

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- ¿Cómo estas muñequita?- dijo Max

- Bien y ¿tu Max?

- Bien preciosa, ahora mismo estoy esperándote abajo, espero que estés lista.

- Si estoy lista, ya bajo. – dije e inmediatamente colgué el teléfono, tomé mis Ray-Ban negras y salí.

Bajé las escaleras, lamenté no haberme despedido de Melody, creo que está en la biblioteca. me encontré a Max recargado en mi carro, estaba testeando por la sonrisa imagino que con su novia, cuando me vio, abrió sus brazos y yo corrí al encuentro, nos abrazamos, de verdad le extrañaba, había sido una larga semana, y extrañaba sus locuras, rompimos el abrazo, y me dio un beso en la punta de la nariz.

- Te extrañaba bebe

- Yo también preciosa- me dijo cariñoso

- Jajajaja, le digo a mi carro Maxi, pero digamos que a ti también- le tiré un beso, y le arranqué las llaves de las manos. –yo manejo- dije y me subí al lugar del conductor.

- ¿a dónde vamos?-preguntó

- Yo quiero ir por un helado, ¿tu?- le dije

- Si está bien, vamos, ya te sabes el camino- arranqué y Salí del internado, todo estaba lleno de estudiantes con maletas y bolsos, saludando con emoción a sus padres, ¡ay por Dios!

El camino esta vez fue más rápido, llegamos en 10 minutos, yo manejo rápido, me gusta rebasar los carros e ir muy por encima del límite de velocidad permitido, en cambio Max es más de mantenerse al límite, lo que es irónico porque es lo único que respeta respecto a leyes y reglas.

Llegamos a la heladería y bajé primero, Max dijo que tenía que hacer una llamada, salí del parqueadero y caminé hasta la puerta de entrada de la heladería.

Entré y caminé directamente hasta la caja para ordenar mi pedido, ignorando las miradas y comentarios de los hombres, detrás de la caja estaba un chico alto, moreno y bastante apuesto, con una sonrisa muy linda, perfecta.

- Yo quiero una malteada de chocolate, y un Cupcake de Nutella – le dediqué una sonrisa amable, y me dispuse a sacar mi cartera.

- ¿nada más? – me preguntó

- No, por ahora está bien así- le entregué un billete de 10 dólares.

- No princesa, la casa invita para ti. – me guiñó un ojo

- Gracias, pero prefiero cancelar mi pedido- dije extendiéndole aún más el billete

- ¿vienes sola muñeca?, porque en 5 minutos termino mi turno y te puedo invitar.

- No está sola, y solo yo le digo muñeca, además de su pedido quiero un helado de fresa. – esta vez hablo Max, me abrazó por la espalda colocando sus manos en la parte de abdomen que tenía descubierta, apoyo su mentón en mi hombro, para luego darme un beso en el cuello, al cual yo respondí sonriendo, coloqué mis manos sobre las suyas y le seguí la corriente.

- ¿algo más? – preguntó el chico que estaba detrás de la caja, ahora nervioso.

- No. – dijo Max

- Son 10 dólares.

- Toma- le dije

- No amor, yo pago. – asentí y guarde mi billete en el bolsillo de atrás de mi pantalón, Max se separó de mi para sacar su bastante cargada cartera, tomó un billete de 100 dólares y se lo extendió, el chico lo recibió y le dio el cambio, nos sentamos en una mesa y esperamos nuestro pedido.

All Of Me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora