Capítulo X: Nace el Guerrero de la Luz y Oscuridad

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Omar:

—Dije que morirías.—cogió su lanza, la empujó un poco más y luego la sacó bruscamente.—Hasta nunca escorias.—me pateo hacía el profesor y empezó a caminar hacía "su nave".

—¡¿POR QUÉ DEMONIOS LO HICISTE?!—gritaba desesperado haciendo presión en mi pecho.

—Porque…alguien…—tocí un poco de sangre.

—No puedes morir aquí, este no es un buen lugar para morir.—me miró con lágrimas en los ojos.

—Porque…—intenté ponerme de pie.—Porque…

—¡¿Que demonios haces no te muevas?!

—Porque…—mire al cielo mientras ponia mi mano en mi pecho, pude sentir la sangre.—Porque…alguien…tiene…que protegerla…—sonreí y lo mire de reojo, luego me desplome.

—¡No,no,no!…Yo solo quería proteger a mi hija, no quería esto, no tenías.

[Flashback]

—Omar no lo hagas…no eres un héroe.—sostuvo mi brazo por breves momentos.

—Tranquilo Sonny todo estará bien.—sonreí.— y si no hago nada matara a Jean Pier.

—Pero también te matará a ti.

—No hice planes para morir hoy,amigo.—me paré del asiento.

El autobús iba a 20 km por ahora aproximadamente, el chofer no podia detenerse,David otra vez se aprovechaba del pobre Jean Pier, era el inicio del tercer año, no podía comenzar mejor…

—¡Ey David, ya déjalo!

—¿O si no que?.—volteo a verme.

—¡Pelea!¡Pelea!.—empezaron a gritar todos los chicos del autobús, eran como 30 alumnos.

—No, no, no más peleas.—intenté callar a la muchedumbre.

—Muy tarde…—me dio un golpe en el rostro.

Di unos pasos hacia atrás, el chofer sólo pedía calma, no podía detenerse o llegaría tarde, aunque tenía la excusa de la pelea, no quiso detenerse.

—Vamos David comportate.—dije limpiando la sangre de mi nariz.—No pudes ir así por el mundo golpeando a las personas.

—¡Si puedo!.—me dio un golpe en el estómago.

—Demonios…—escupí un poco de sangre.

—¿¡Eso es todo lo que tienes!?.—empezó a lanzar varios golpes seguidos.—¡No que me detendrías!

—David ya basta, lo matarás.—escuche que dijo uno de sus amigos.

—Esto es para que aprenda a no meterse conmigo.—me lanzó un golpe que me hizo caer al piso.—Eso le enseñará, ahora seguiré en dónde me quedé.

Todos murmuraban, supongo que nadie tenía valor para enfrentar a David, era el más alto de todos los de tercero, por eso se aprovechaba de los demás.

—Aún…aún…aún no se acaba…—me puse de pie.

—Al parcer alguien quiere más.—corrió para lanzarme otro puñetazo.

David falló porque el autobús frenó bruscamente, habíamos llegado al colegio, regresé a mi asiento el dolor era cono si me hubiese caido algo encima.

—Maldita sea Omar, te lo dije.—me miró preocupado.

—Solo serán unos cuantos moratones.—sonreí y limpié la sangre de mi labio.

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