Universo Infinito

Capítulo XIII: La Verdad

Mathias

"Debes de matarme, o la realidad como la conozco llegará a su fin"...Que diantres quiso decir...además lo ví desaparecer frente a mí...el único que queda es... Alexander...

¿Quién es en verdad?...¿De dónde salió?...¿Cómo es posible que haya enamorado a Ahmeliha tan rápido?...¡Maldición!

- Ja, ¿Confundido?

- ¿Quién eres tú?

- Soy Arkin...

"Soy Arkin" esas palabras, se repitieron una y otra vez en mi mente.

Estaba en problemas...el enemigo estaba detrás de mí, este era mi fin..

- Puedo oler tu miedo...jajaja...que patético...

- No caeré tan fácil...

- Lo sé, no vengo a matarte, vengo a arreglar lo que cree...

- ¡¿Qué dices?!.- me voltee y me puse en guardia.

- Yo desperté a Alexander, y ahora ha alterado la realidad a su gusto...

- No te creo... él dijo que tú juegas con las mentes, no dejaré que te metas en la mía.

- Todo lo que sabes de mí, te las dijo él ...

Demonios tiene razón....

- Pero tú no sabes nada de él...- sonrió con una confianza que me atemorizó.- Pregúntale por sus padres...haz que tu amigo despierte...

- ¿Por qué ha de creerte?...- lo miré fijamente.

- Por que quiero ganar está batalla...si él sigue deformando la realidad ya no habrá mundo ni universo que gobernar....

- Patrañas...

- Una persona no puede estar en el mismo lugar a la vez...- sonrió y empezó a caminar hacia el horizonte.

Por qué Alexander no detectó a Arkin...pero, porque Arkin no atacó....¿Acaso dice la verdad? ¿¡El maldito ya empezó a jugar con mi mente!?...

[Horas después]

- ¿Qué aprenderemos hoy? - pregunté serio.

- Debes de controlar la energía que hay dentro de ti, canalizarla y lanzarla...

- Alexander...¿Por qué yo? ¿Por qué yo tengo este don?

- Si lo supiera, te lo diría...

- Algo me dice que sí lo sabes...¿De dónde vienes?

- Wow, creí que ya te lo había dicho.- correspondió mi mirada.

- Ay cosas que no tengo claras... cómo ¿Dónde aprendiste a pelear? ¿Dónde entrenaste? ¿Por qué quieres ayudar a este decadente planeta?...¿Quienes son tus padres?- esa última pregunta la hice en voz baja.

- ¿Por qué tantas preguntas?- susurró a mi oido. No sé en qué momento se acercó tanto a mí.

- ¿Qué eres? - se me erizo la piel y me estremecí al verle a los ojos.

- ¿Esta todo bien? - interrumpió por sorpresa.

- Sí, todo bien...- se volteó a saludarla.

- ¿De qué hablaban? - se acomodó los cabellos.

- De nada...- me clavó la mirada, dejándome mudo.

- ¿Estás bien Mati? Te veo pálido.- se acercó y me tocó la frente.- No tienes fiebre...qué raro...