Capítulo XXI: ¿Y A Quién Apoyarías?

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Ahmeliha

—¿Y por eso es que te dejaron venir?—miraba por la ventana del avión.

—Pues claro…—sonreí.—Es muy obvio, ¿no crees?

—Lo que digas Ahmeliha.—se puso a escuchar música.

Han pasado meses desde que vi a mi héroe…pero después de mucho tengo la esperanza de volver a verlo, explicar a mi padre que ya no necesitaba los lentes fue algo sencillo, lo más complicado fue explicarle a Mathias, después de todo no cree que un mago me curó la visión.…

[…]

-Los puedo ayudar en algo?-esa voz me hizo que todos mis sentidos se pusieran alerta.

-Claro puedes perderte.—respondió Mathias furioso.

Él estaba así porque el cuarto que nos había tocado estaba en mantenimiento y nos trasladaron a otra habitación, pero esta estaba en el último piso…

-Perdona a mi amigo Mathias...está un poco molesto porqué nos cambiaron de habitación.—giré para verlo y mi asombro no se hizo esperar, vine en busca de mi héroe pero creó que el me encontró a mí.

-Dirás tu mejor amigo.-noté su sonrisa, sus anteojos ocultaban un poco el brillo en su mirada, claro que intentó disimular bebiendo un poco de zumo-Espera...¿Les cambiaron la habitación?

-Así es, ahora pierdete.-empezó a caminar hacía el joven, genial, los celos de Mathias.

-Claro, claro lo que digas, ya me voy a mi habitación...-sonrió y empezó a caminar a la única puerta que había en el pasillo.

-¡¿Pero que haces?!—exclamó Mathias furioso, yo me quedé con las ganas de decir ¿No es obvio? Va a su habitación.

-Pues abro la puerta de mi habitación.-río un poco.

Es justo lo que yo iba a decir, aguantar la risa se hace cada vez más difícil.

-No me digas...que tú dormirás con nosotros.-lo miró fijamente soltando su mochila.

-No, no, ustedes dormirán en mi habitación.-sonrió.

Es lo mismo pero usó las palabras de su lado, esta será una larga estadía.

-¿Por qué está tan amargo?-me miró fijamente con una pequeña sonrisa.

-Aparte de que nos cambiaron de habitación, le salió un cantante, ¿Sabes a lo que me refiero?.

Espero que sí, si no serían largas explicaciones.

-Claro, claro, a mi también me salió uno.-sonrió.-Un gusto volver a verte...Ahmeliha.-beso mi mano.

Oh por todos los cielos, sabe quien soy, eso significa que no me olvidó…

-El gusto es mío...Omar.-sonreí sonrojada, y como no sonrojarme frente a ese acto de caballerosidad.-Ahora me dirás, ¿Como hiciste para curarme la vista?—lo miré fijamente.

-Un mago no revela sus secretos...señorita .-sonrió y se acomodó los lentes.

-Oh, claro, claro, la principal regla de los magos.—lo miré curiosa, tarde o temprano descubriría ese secreto.

-Así que ustedes dos se conocen...-suspiro.

Lo que faltaba, Mathias aparte de amargo debe de estar celoso.

-Claro, como olvidarla, y como olvidar al tonto que cruzó los cables.

¿Tonto que cruzó los cables? A que se refiere, acaso ellos dos se conocen.

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