Capítulo VI: Una apertura

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Alexander

No tengo forma de comunicarme con Dex, porque Zeus está estropeado. Pero lo bueno es que esa no es la única forma que tengo de comunicación. Hora de usar mis poderes mentales...

- Oye ladrón de blanco, ¿me escuchas?- pregunté dirigiéndome a toda velocidad hacía la planta de energía.

- ¡Qué demonios! ¿Dónde estás?

- Estoy en camino, ¿Y tú?

- Pues no puedo hablar muy fuerte... seguí a Arkin hasta la planta de energía

- Muy bien, dime la situación.

- Pues dos guardias de seguridad y muchos trabajadores inconscientes. Además hay tres de tus amiguitos cuidando la entrada principal. Arkin entró hace unos quince minutos.

- Entiendo, creo que tengo un plan en mente.

[Cinco minutos después]

- Bajen sus armas y nadie saldrá herido. - dije mientras sacudía el polvo de mi traje

- ¡Disparen! - dio el grito, y todos empezaron a apuntarme.

- Se los advertí.- sonreí y encendí mi aura.

...

- Alexander sabes que no debes lastimarlos, ellos solo siguen el ideal equivocado.

- Lo mismo opinan ellos de nosotros. Para ellos nosotros estamos en el error. Lo que nos diferencia es que ellos no dudarán en atacarnos. Así que haré lo mismo

- Lo que nos diferencia de ellos...es que nosotros no les obligaremos a seguir nuestra ideología...

- Tu idea pacifista terminará por matarnos.

- Déjame esto a mí...

...

Omar

- Muy bien chicos, hora de comenzar el show...-sonreí y acomodé mis mangas.

- ¡Tus cambios de voces no nos asustan, Omar!- dijo muy confiado.

- Eso es lo de menos.- los miré fijamente y empecé a caminar hacia ellos

- ¡Mátenlo! - me señaló.

- ¡Para el primer truco!- saque unas cartas de mi bolsillo, mientras las balas pasaban cerca de mí.

- Pero que sucede, las balas...no dan en el blanco.- balbuceó uno de ellos.

- Todo ustedes serán voluntarios.- me detuve en seco y arrojé las cartas al aire.

- ¡Alto al fuego! - exclamó furioso Jack.

- Bien, ahora quiero que revisen sus bolsillos...-sonreí y cogí la única carta que cayó del cielo.

Todos se quedaron mirando entre sí unos segundos. Después de eso Jack, el líder, dijo

-- Háganlo.- murmuró temeroso, mientras buscaba en su bolsillo.

- Ja...Jack... ¡Si hay una carta!- exclamó sorprendido.

- ¿Y tú?- Pregunto sorprendido.

- También tengo una carta.- suspiro atónito.

- Perfecto... Jack...7...Fabián....5... Y por último, Cristhian...9- sonreí y los miré fijamente.- Venga, esos son el número de balas que disparó cada uno.

- ¡¿COMO?! - dijeron los tres a la vez.

- Y la cuarta carta...21...- sonreí y la lancé a sus pies.

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