Capítulo XXXII: Conversación con el Heraldo

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Omar

—Está será la batalla límite…sólo habrá un ganador…—sonreí y me puse en guardia.

—Esto recién comienza…yo Samyaza seré el vencedor.—se lanzó al ataque.

—Eso veremos…me las vas a pagar por atacar a Ahmeliha—me lancé al ataque.

Mi batalla contra Samyaza nuevamente se reanudó, esta vez lo hizo personal. Lo voy a vencer, luego lo llevaré con la corte angelical, para que tenga un juicio justo.

—¿Eso es todo lo que tienes, elegido?.—me miró con desprecio.

— No vale la pena usar mi máximo poder…—rompí su barrera de un golpe.—Rindete ahora que puedes.—le di un golpe en el rostro.

Intercambiamos golpes, puño tras puño, patada tras patada, hacíamos temblar la pequeña isla. El sol estaba en su máximo punto, las olas chocaban contra la arena y cada vez se hacían más grandes. El viento agitaba mis cabellos. Además cada golpe que dabamos levantaba un gran polvo, y dejábamos cráteres en donde chocaban nuestros puños o patadas.

Ahmeliha

—¿Dónde estoy?.—pregunté algo confundida al despertar.

Nadie me contestaba todos estaban distraídos, hasta que un extraño sujeto que nunca había visto me dijo.

—Pues en una pequeña isla…¿Bonita pelea no crees?—dijo mirando fijamente unos árboles.

—Eh yo no veo nada…—lo miré algo asustada.

—Pues te informo que es una gran batalla entre el bien y el mal…Samyaza versus…Yomar, Osmar, Josmar, nunca recuerdo su nombre…—me dijo entre risas.

—¿Omar? ¿Quién está ganando?—pregunté alterada.

—Están parejos…pero donde hay muerte, hay muerte.—sonrió.

—¿A qué te refieres?—di unos pasos hacía atrás.

—Qué…—sonó una pequeña alarma.—Vaya me perderé esta batalla, tengo otro vuelo que atender…—se esfumó.

—¡¿Que rayos?!—empecé a retroceder hasta que choque con alguien.

—¿Ahmeliha? ¡Ahmeliha! Estás a salvo.—me dio un gran abrazo.

—Tranquilo Mathias…—intenté corresponder su abrazo.

—Intentamos pedir ayuda…Gemma dijo que tengamos ciudados, luego se fue corriendo hacía…

—Allá…—complete la frase y corrí hacía los árboles que el sujeto extraño miraba.

—¡Ahmeliha no podemos alejarnos de la zona segura!—gritaba mientras corría a mi atrás.

[…]

—Este será el golpe final…—decía mientras generaba una especie de energía en su mano derecha.

—¡Omar detente!—grité a unos cinco metros de él.

—Ahmeliha…¿Qué haces aquí? Sal de aquí ahora mismo.—su tono de voz cambio, ahora estaba preocupado.

—Es ahora…—presionó un botón en su brazalete y salió disparado un gancho, impacto de lleno en la rodilla izquierda de Omar.—Te gusta mi nuevo juguete…es de hierro…—río con maldad mientras se ponía se pie.

Omar

—Es inútil lo que intentes…aquí acaba todo Samyaza…—me paré firme frente a él.

—Es imposible…¡yo soy invencible!—golpeó el piso lleno de furia.

—Este será el golpe final.—concentre mi energía en mi puño derecho.

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