Capítulo III: Las Piezas del Destino

32 2 0
                                    

Ahmeliha

-No fue nada señorita...lindo discurso-dijo algo nervioso.

Un momento acaso dijo "lindo discurso", eso significa que le gustó mi discurso, ahora estoy más segura de que será un éxito.

-¡Felicitaciones!, niño con la bicicleta de "E.T".-aplaudía con sarcasmo mientras reía, era Mathias, como pude olvidar que estaba con él.

-Oh vaya, ¿y tú eres?-preguntó el joven algo extrañando, mientras sonreía leve.

-Para ti soy el novio de ella, gracias por esto-aseguró y cogió los papeles.

…Esas palabras me dejaron fría, no sabía que decir, Mathias era como mi hermano mayor,y nada más…así que sus palabras eran falsas, me preguntó que habrá dicho el pobre muchacho que solo me ayudaba a recuperar mis papeles.

-Ay no puedo creer que aún se confundan términos, primero serían enamorados, novios son cuando se van a casar, y eres muy joven para eso-noté que sujetaba los papeles con más fuerza, debía de decir algo o estos dos terminarían a golpes, ya podía notar como sus miradas desprendían fuego.

-¡Tonto!.-grite algo enojada-No le hagas caso.-extendí mi mano para que me entregué mi discurso-Él y yo sólo somos mejores amigos.-supire y desvíe la mirada,después de todo era algo complicado, el pobre Mathias debe de estar muriendo por dentro, pero se lo ganó, ya que se lo dije mil veces…solo lo quiero como hermano.

-Bueno un gusto conocerlos...me gustaría volver a verte.-sonrió tratando de ocultar un pequeño rubor en sus mejillas, luego de darme mi discurso se fue pedaleando a toda velocidad.

—Vaya suceso más extraño,¿No?.—le dije entre risas para que volviera en sí.

—Mejor amigo...—decía entre susurros, creó que se quedó en shock.

—Mejor avancemos que no alcanzaremos al autobús.

Tuve que jalarlo del brazo para llegar a la estación, menos mal que llegamos a tiempo, aunque fui un poco ruda espero que aprenda para que no vuelva a hablar tonterías.

[…]

—Mathias, ¿Aprendiste tu parte de la exposición?.—le dije emocionada, era la feria de ciencias y estaba segura de que ibamos a ganar.

Creó que Mathias estaba perdido en sus pensamientos.

—Porqué si no lo hiciste le diré a los jueces que lo hice yo sola.—levanté un poco la voz para que reaccione.

Vaya creó que este chico será un gran pensador en el futuro.

—Bueno te encargo el proyecto, no toques nada, ¿Entendiste?.—le clavé una mirada amenazadora para que reaccione,parece que funcionó, en fin me acababa de llegar un mensaje de una de mis amigas, y me pedía ayuda.

[…]

—Bien Ana,¿Que sucede?.—dije llegando al patio del colegio.

Ana era mi mejor amiga, tenía quince años, un año mayor que yo, cabello castaño y ojos castaños, era una chica adinerada pero humilde.

—¡Por fin llegas!.—dijo algo nerviosa.

Resulta que mientras ella venía al colegio estaba distraída escuchando música y casi la atropella un automóvil, fue afortunada que un par de alumnos pasaban por ahí,y más afortunada de que uno de esos jóvenes la haya salvado, lo malo, y eh aquí el problema, es que el auto golpe levemente al muchacho y le torció un tobillo.Ahora el muchacho estaba con su compañero en una banca, ella no sabía que hacer, ya que el muchacho no quería ir a la enfermería porque llamarían a sus padres y estos no se encontraban en el país, y se preocuparían por él, y para llevarlo al hospital debía salir del colegio, y para eso necesitaba un permiso de los padres, ¿en que dilema te has metido Ana?

Universo InfinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora