-Dime -dijo Misedna con un hilo de voz.-Necesito terminar contigo -ella cruzo de brazos queriendo protegerse con ellos. Agachó la cabeza para luego escuchar sollozos ahogados. Estuvo unos minutos sin saber que responder.
-Es por ella, ¿verdad? -preguntó, sabía que se refería a Evangeline.
-Es por todo -respondí con la mejor excusa. Misedna soltó un suspiro.
-Lo...entiendo -dijo con esfuerzo-, no puedo...obligarte a que...me ames -levantó su vista y vi tristeza pura en sus ojos. Aquello si que era duro.
-Gracias -alce los brazos para recibir un abrazo por su parte. Misedna inmediatamente se tiró en ellos, la envolví con dulzura.
-Creo que tendré que volver a Lothlórien -dijo apoyándose en mi hombro.
-No -respondí rápido-, no permitiré que te vayas cuando hay un peligro latente afuera.
-Me quedaré hasta que todo haya acabado -Misedna se aferró mucho más a mi cuerpo.
-Tal vez en su momento fuimos algo más, pero, podríamos llegar a ser buenos amigos -comenté, ella se separó ligeramente para verme a la cara.
-Me encantaría ser tu amiga -sonrió para luego soltar nuestro agarre. Se alisó el vestido buscando que todo esté en orden y se limpió las últimas lágrimas de sus ojos esmeralda. Me quedé viéndola.
-Será...mejor que...vaya a descansar -dijo retrocediendo para entrar en su habitación.
-Si, yo igual -reaccioné-, hasta mañana.
Ella hizo un ademán y cruzó el umbral de la puerta cercana.
Me quedé sólo en aquél pasillo, tomé aire y me encaminé a mi cuarto con un peso liberado. Ahora podía concentrarme plenamente en la única elfa que ahora controlaría mis sueños y anhelos.
Doble en la esquina al final del corredor, y vi a mi mejor amigo con una sonrisa en el rostro.
-Al fin podré hablar contigo -dijo Taryon dándome un breve abrazo para luego separarse.
-¿Cómo van las cosas en Mirkwood? -pregunté apoyandome en la pared.
-Hubo ataques recientemente de orcos pero felizmente no fueron tan graves como lo habíamos previsto -dijo con tono preocupado-, el rey no pudo venir, me envío a mí. Dice que cuides de Emma.
-Ella es mi prioridad -respondí. Se hizo un leve silencio entre ambos.
-La hija de Lord Elrond -soltó dándome un codazo molestando como los viejos tiempos. Sin querer esbocé una sonrisa al recordarla.
-Nunca vas a cambiar -dije mirándolo.
-Me conoces bien -Taryon caracterizaba por si singular personalidad.
-Me llega a dar miedo en algunas ocasiones -Taryon soltó una carcajada que me hizo contagiar.
-Pensé que después de lo de Tauriel no querías saber más de elfas -dijo dejando las bromas-, eras sólo tu y tu arco, ¿que sucedió?
-Una elfa, Taryon, Evangeline cambió mi forma de pensar, no sé que tiene que me trae loco -dije analizando mis palabras-, pero cometí el error de llevarme por el parecido que tenía Misedna con Tauriel. Ahora quise arreglarlo, en cierta forma; funcionó.
-La última vez que te escuché decir que una elfa te traía loco era cuando ambos teníamos 15 años humanos y tú estabas enamorado de nuestra amiga rubia -con esas sencillas palabras recordé todo lo que pasé en ése tiempo; con ella.
ESTÁS LEYENDO
Sus Ojos Fríos (Legolas)
FanfictionÉl nunca habia creido en el amor desde que la perdio. Desde ese día nunca fue el mismo de antes, todo en Él cambio pero lo que mas se noto fue su frialdad. Evangeline puede ser alegre y divertida aunque siempre es un dolor de cabeza cuando ella se l...