Capítulo 35 - Tan cerca

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Evangeline POV:

-Nambellë -llamó una voz-, despierta.

No respondí al llamado, la luz del sol que se filtraba por debajo de mis párpados no me impedía despertar.

-Despierta -insistió. Levanté una mano y la puse sobre mi frente.

-¿Qué sucede? -pregunté.

-Que ya es tarde, nos hemos quedado dormidos -dijo la voz que ya empecé a reconocer.

Abrí mis ojos con dificultad con los radiantes rayos de la mañana; los cuales al contacto se entumecieron por la falta de luz y abundancia de oscuridad.

-¿Y que tiene de malo? Es bueno dormir al aire libre -dije levantándome con la ayuda de Arkent, que me tendió la mano.

-Hemos estado mucho tiempo afuera, debemos volver -dijo Arkent volviendo donde dejó al caballo la noche anterior.

-Estar todos los días en Mordor, ¿no te aburre? -pregunté siguiendolo.

-No, por algo voy seguido a Gondor -respondió más frío de lo normal.

-Entiendo -dije-. Y ¿podríamos ir un momento?

-¿Ir a Gondor? -preguntó Arkent en cierto tono burlón.

-Si -respondí decidida.

-¿Y qué recibo a cambio? -preguntó cruzando sus brazos.

-¿Qué es lo que quieres recibir? -pregunté, deseaba ir a Gondor por dos motivos; conseguir materiales para guardar los ingredientes para la destrucción de los collares y...volver a ver a mis amigos.

Arkent pareció meditar su respuesta. -No te pediré nada pero tengo condiciones.

-¿Cuáles?

-No debes escapar, mantente cerca mío, no levantes sospechas, no dirás tu nombre y esconderas esas orejas de elfo, ¿entendido? -sus condiciones eran fáciles de cumplir.

-Trato -estiré mi mano hacía él y la aceptó.

***

Legolas POV:

Ambos caminábamos en un silencio incómodo, ella con un vestido verde esmeralda igual que sus ojos, y yo con el mismo atuendo de la mañana.

-¿Es la primera vez que vienes a Gondor? -pregunté intentando aliviar el amargo silencio.

-Si -respondió sonriente-, pocas veces salía de Lothlórien.

Habíamos bajado hasta la ciudad central, cada vez me ponía más nervioso de lo normal; todas las palabras que practiqué se borraron de mi mente.

-¿A qué se debe la inusual idea de un paseo? -preguntó muy directa. Estaba claro que tenía sospechas.

-(...) Mira un pájaro -inventé una excusa apuntando al cielo evitando su pregunta. Ella miró en la misma dirección pero obviamente no hubo nada.

-Vuelvan rápido -dije riendo nervioso.

Misedna me vio confundida, y tenía todo el derecho a estarlo.

-¿Legolas que sucede? Últimamente estás muy pensativo, más distraído y no pasamos tiempo juntos -dijo poniéndose al frente mío, su tono era la mezcla de la tristeza y molestia.

Sus Ojos Fríos (Legolas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora