Maratón: 3/3No me permito abrir los ojos, simplemente continuó el vaivén de aquellos labios tan familiares.
Ella se coloca encima mío mientras que yo acarició su cabellera castaña, siento las mismas caricias de aquella noche.
La noche en que probé por primera vez sus labios. La noche en que le dije que la recordaremos por el resto de nuestras vidas.
Siento aquel aroma que me vuelve loco, la necesitaba desde hace mucho. Era ella.
Me dejó llevar por el momento, su mano izquierda empieza a acariciar mi cabellera aún mojada. Mientras que yo bajo mi mano hasta su cintura. Nuestros labios siguen sin separarse pero ambos lo necesitábamos. Pero sigo sin abrir mis ojos.
Por mucho tiempo había esperado éste momento; ahora me tocaba tomar las riendas de la situación.
En un rápido movimiento la volteó dejándome arriba de ella nuestros labios se separaron y yo abrí los ojos. Y me encuentro con una gran sorpresa.
-¿Misedna? -pregunté confuso.
-¿Quién pensabas que era? -preguntó con tristeza y enojo a la vez.
-Evangeline -respondí en mi cabeza.
Me quedé callado observandola, Misedna traía un camisón blanco y el cabello rojo totalmente suelto dejando caer algunas gotas de agua. Sus ojos esmeraldas se fueron cristalizando, preparándose para lo que pronto vendría. No me pude resistir.
La volví a besar intentando remediar mi error. Ella sólo se dejo guiar por el beso. Aquélla noche no pasaría a más.
No debí haber imaginado que ella era Evangeline. Una equivocación más a mi larga lista.
Evangeline y yo nunca llegaríamos hasta ese punto. Tan solo son fantasías.
Fantasías imposibles.
-Será...mejor...que...me
...vaya...-dijo Misedna entre besos por parte mía. Al parecer el dolor se borró de su cabeza.Paré de besarla, le sonreí y ella respondió con el mismo acto. La ayudé a levantarse de la cama revuelta por las sábanas.
La llevé hasta la puerta, ambos no dijimos ninguna palabra. Ella se giró para irse pero se detuvo y luego se volvió para robarme un corto beso en los labios.
Solo sonreí mientras que ella volvía a su habitación. Cerré la puerta y volví a mi cama.
Tanta era mi necesidad hacía Evangeline que me la imaginaba en los mejores aspectos.
Ya no sé como vivir, si ya no puedo sacarla de mi corazón. Que no daría por besarla y abrazarla una vez más.
La simple sensación de volver a sentir esos labios sabor a fresa me volvía loco. Era un barniz de sensaciones juntas e inexplicables.
-Evangeline regresa a mi -susurre hacía la fría habitación.
***
Evangeline POV:
Me levanté con unas pequeñas caricias de Hyellën, su lengua era tan pequeña que hacía cosquillas.
Mi celda estaba abierta, escondi a Hyellën como los anteriores días y le di su última zanahoria.
Hoy habían muchas cosas que hacer. Subí escalera arriba pero me topé con un orco malhumorado, bueno todos son así.
-¿Dónde está Arkent? -le pregunté.
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Sus Ojos Fríos (Legolas)
FanfictionÉl nunca habia creido en el amor desde que la perdio. Desde ese día nunca fue el mismo de antes, todo en Él cambio pero lo que mas se noto fue su frialdad. Evangeline puede ser alegre y divertida aunque siempre es un dolor de cabeza cuando ella se l...