-¡Levantate elfa! -gritó una voz proveniente de un orco mientras golpeaba las rejas de la celda.Evangeline abrió los ojos lentamente dándose cuenta en la pesadilla que se encontraba.
-Pero aún no amanece -reprochó fijándose en la oscuridad que filtraba por la pequeña ventana.
-Aquí nunca es de día -rió abriendo la celda.
Ella se levantó frotándose los ojos con su mano fría por la noche. Se fijó que su acompañante no estaba a su costado.
-Hyellën -susurró revolviendo la manta que la cubrió.
-Rápido -el orco empezó a perder la pequeña paciencia que tenía.
-Déjame...alistarme -dijo buscando una excusa. Pero no fue necesario ya que vio una pequeña bola de pelos blancos y supo que era de su amigo-, sabes ya no es necesario.
El orco bufó y se giró abrió la celda. Evangeline disimuladamente arrojó la manta sobre el conejo, empezó a caminar fuera de su "habitación".
Cuando ella salió por completo, la escoria cerro la celda pero sin llave y la guió hacía la salida.
Evangeline seguía de lejos al orco que la despertó. Iban por el mismo camino cuando la llevaron a la habitación de Arkent. Ahora ella sabía adonde la llevaba.
-Te está esperando -dijo el orco deteniendose.
Evangeline iba a llamar a la puerta de al frente pero fue interrumpida.
-Adelante -dijo la voz de Arkent.
Ella lentamente giró la manilla para darle paso a la recámara de su enemigo.
Arkent se encontraba de pie mirando por una ventana la cuál estaba al costado de su cama.
-Cierra la puerta -dijo sin inmutarse a ver a su prisionera. Ella hizo lo que le ordenó.
-¿Dormiste bien? -preguntó sarcástico en sus palabras.
-¿Quién puede dormir tranquilo en Mordor? -preguntó con firmeza Evangeline.
-Eres incomprensible Nambellë -dijo llamándola por su falso nombre.
-No soy la única en la torre -dijo cruzando sus brazos sobre su pecho.
Arkent dio una pequeña risa ahogada.
-Empieza limpiando el estante de libros -se giró dando la cara-, está con polvo.
-No tengo utensilios de limpieza -dijo observando el estante similar al de su casa en Rivendel.
-Eso se puede solucionar -dijo saliendo por la puerta.
Evangeline se quedó sola en la habitación de él. Evitó ir corriendo al estante pero se le fue imposible. Cuando estuvo a punto de tocar un libro la puerta se abrió.
-Creo que dejarte sola con muchos libros es un peligro -bromeó Arkent captando la atención de Evangeline. Ella sólo sonrió en respuesta.
-Ten -dijo entregandole un pedazo de tela húmedo.
-¿Empiezo ya? -preguntó incrédula.
-Si -dijo-, además limpia todos los libros.
Evangeline empezó sacando todos los libros y colocandolos en el piso mientras que limpiaba cada fila.
-Tengo cosas que hacer -dijo Arkent dirigiéndose a la salida, pero antes de irse dijo: -Evita comerlos.
Evangeline le dio una sonrisa emcantadora y Arkent salió de la habitación dejándola sola entre los libros polvorientos.
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Sus Ojos Fríos (Legolas)
FanfictionÉl nunca habia creido en el amor desde que la perdio. Desde ese día nunca fue el mismo de antes, todo en Él cambio pero lo que mas se noto fue su frialdad. Evangeline puede ser alegre y divertida aunque siempre es un dolor de cabeza cuando ella se l...