Capítulo 29 - Deberes

3.5K 272 287
                                    


-¡Levantate elfa! -gritó una voz proveniente de un orco mientras golpeaba las rejas de la celda.

Evangeline abrió los ojos lentamente dándose cuenta en la pesadilla que se encontraba.

-Pero aún no amanece -reprochó fijándose en la oscuridad que filtraba por la pequeña ventana.

-Aquí nunca es de día -rió abriendo la celda.

Ella se levantó frotándose los ojos con su mano fría por la noche. Se fijó que su acompañante no estaba a su costado.

-Hyellën -susurró revolviendo la manta que la cubrió.

-Rápido -el orco empezó a perder la pequeña paciencia que tenía.

-Déjame...alistarme -dijo buscando una excusa. Pero no fue necesario ya que vio una pequeña bola de pelos blancos y supo que era de su amigo-, sabes ya no es necesario.

El orco bufó y se giró abrió la celda. Evangeline disimuladamente arrojó la manta sobre el conejo, empezó a caminar fuera de su "habitación".

Cuando ella salió por completo, la escoria cerro la celda pero sin llave y la guió hacía la salida.

Evangeline seguía de lejos al orco que la despertó. Iban por el mismo camino cuando la llevaron a la habitación de Arkent. Ahora ella sabía adonde la llevaba.

-Te está esperando -dijo el orco deteniendose.

Evangeline iba a llamar a la puerta de al frente pero fue interrumpida.

-Adelante -dijo la voz de Arkent.

Ella lentamente giró la manilla para darle paso a la recámara de su enemigo.

Arkent se encontraba de pie mirando por una ventana la cuál estaba al costado de su cama.

-Cierra la puerta -dijo sin inmutarse a ver a su prisionera. Ella hizo lo que le ordenó.

-¿Dormiste bien? -preguntó sarcástico en sus palabras.

-¿Quién puede dormir tranquilo en Mordor? -preguntó con firmeza Evangeline.

-Eres incomprensible Nambellë -dijo llamándola por su falso nombre.

-No soy la única en la torre -dijo cruzando sus brazos sobre su pecho.

Arkent dio una pequeña risa ahogada.

-Empieza limpiando el estante de libros -se giró dando la cara-, está con polvo.

-No tengo utensilios de limpieza -dijo observando el estante similar al de su casa en Rivendel.

-Eso se puede solucionar -dijo saliendo por la puerta.

Evangeline se quedó sola en la habitación de él. Evitó ir corriendo al estante pero se le fue imposible. Cuando estuvo a punto de tocar un libro la puerta se abrió.

-Creo que dejarte sola con muchos libros es un peligro -bromeó Arkent captando la atención de Evangeline. Ella sólo sonrió en respuesta.

-Ten -dijo entregandole un pedazo de tela húmedo.

-¿Empiezo ya? -preguntó incrédula.

-Si -dijo-, además limpia todos los libros.

Evangeline empezó sacando todos los libros y colocandolos en el piso mientras que limpiaba cada fila.

-Tengo cosas que hacer -dijo Arkent dirigiéndose a la salida, pero antes de irse dijo: -Evita comerlos.

Evangeline le dio una sonrisa emcantadora y Arkent salió de la habitación dejándola sola entre los libros polvorientos.

Sus Ojos Fríos (Legolas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora