~ Capítulo 39 <3

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- mamá ya estoy cansada -me froté el cuello en señal de cansancio.

- falta una tienda más

- ya hemos visto casi todo el centro comercial, mis pies duelen

- _________ no te quejes, tienes que verte bien para mañana

Solté un bufido y seguí a mamá. Ya estaba demasiado cansada. Habíamos entrado a cada tienda solo para salir de cada una con una o dos bolsas de compras.

Me sentía exhausta y aburrida. Sobre todo aburrida. Ahora tal vez estaría haciendo mi tarea o leyendo la trilogía de Gabriel. Me quede en el capítulo 2 del segundo libro.

- listo, aquí es -dijo ella.

Nos detuvimos frente a una tienda de ropa sport-elegante. Admito que había ropas bonitas pero no era mi estilo.

- vamos -me jaló hacia dentro.

Inmediatamente empezó a escoger las prendas por mí y luego me mandó al vestidor.

Quien me manda a contarle sobre mi cita, ahora estoy pagando las consecuencias.

Una hora después estaba nuevamente en el vestidor probándome el último vestido.

- ¿Ya estas lista hija?

- sí, solo falta subirme el cierre

- ¿Necesitas ayuda?

- no, puedo sola

- está bien, apresúrate que tengo hambre

Resople.
Y que hay de mi cuando le pedí comer hace media hora.

Terminé de subir el cierre y salí.

Me paré frente a ella y mamá abrió aún más sus ojos. ¿Tan mal me veía?

- ¿me queda mal?

Mamá negó. De pronto empezó a pestañear, algunas lágrimas se asomaban por sus ojos.

- ¿Mamá vas a llorar? ¿De verdad no me veo mal?

- no... mírate

Le hice caso y me voltee para poder verme en el espejo de cuerpo completo.

Wow.

No me veía nada mal, este vestido resaltaba un poco las curvas que tengo. No es tan revelador ni tampoco tan cerrado.

- no puedo creer que mi hija ya creció -se puso detrás de mí -. Te ves preciosa, este es el vestido ________

Yo solo asentí. Estaba totalmente de acuerdo. Este era el vestido.

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Después de comprar el vestido mamá y yo buscamos un lugar en donde comer. Encontramos una tienda donde vendían café y pastelillos así que entramos ahí.

Nos sentamos al lado de una de las ventanas. Me levanté para pedir lo que íbamos a tomar.

Una vez que me dieron mi orden volví a la mesa junto con mamá.

Empezamos a comer mientras hablábamos de cualquier tontería.

Estaba por meter a mi boca un pedazo de pastelillo cuando mi vista se enfocó en un chico frente a mí.

Al parecer era un trabajador de la cafetería por el uniforme que llevaba pero no sé porque se me hacía conocido, creo que lo he visto en la universidad.

- qué sucede -preguntó mamá.

La miré.

- nada, solo que estoy algo cansada

La Chica Nerd ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora