CAPÍTULO 1

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Todo a mí alrededor es un caos, pero gracias a lo que he tenido que pasar en mi vida, gracias a las influencias que mi padre ejerció sobre mí, todo este caos, lo tengo bajo mi control.

Cada esquina es peligrosa, cada persona con la que estrecho mi mano puede ser un posible enemigo.

Toda mi vida me ha enseñado a analizar a las personas, a mantener una expresión neutral, a ser callada y a observar con detenimiento.

Cuando los hombres del negocio, peligrosos y millonarios me ven entrar puede que se sientan superiores a mí, es decir, cuando me ven no me miran más allá de sus narices, solo se quedan con mi imagen, una chica rubia, de ojos verdes-azulados, piel pálida, joven y con expresión angelical-como me dicen muchos-.

Me parece bien que se queden con esa imagen, es mejor tener las armas poderosas ocultas. Pero ellos saben que no pueden cruzar la estrecha línea conmigo, saben que si estoy en lo alto no es solo por todo lo que heredé de mi padre, sino porque he sabido mantenerme.

Apenas tengo 20 años y mis ojos han visto demasiado, situaciones que nunca he podido borrar de mi mente y que los flashes de imágenes aparecen cada vez que intento dormir.

Gritos, dolor, llanto, sangre, golpes, cañones de pistolas apuntando a mi frente, hombres desvaneciéndose delante de mí, hombres arrodillándose implorando mi perdón.

Hasta ahora nunca he matado a alguien, siempre lo hace él, Diablo, mi guardaespaldas. Ese chico de cabello largo, ojos verdes y lleno de tatuajes siempre cuida de mí, y aunque lo hace perfectamente, no lo hace de la forma que verdaderamente quiero.

Pero con los años, he aprendido a controlarme, he dejado de esperar su atención especial, he dejado de imaginar sus labios sobre los míos, he dejado de soñar con que vuelve a pronunciar mi nombre.

El maravilloso negocio familiar consiste en el tráfico de armas, me he vuelto muy diestra y cómoda con el tiempo. Todo lo hago como me dé la gana, aunque Diablo nunca se pierde una, siempre está echándome el ojo y cada vez que he dado un paso impulsivo él se encarga de reprenderme o de limpiar el desastre.

El Tráfico de Armas es el tercer rubro ilegal más lucrativo del mundo.

Ahora hemos terminado con una cena de negocios, he decidido abrir un restaurante de lujo para que me colabore en justificar mis gigantescos ingresos de dinero, aunque un restaurante, por muy especial que sea, no me ayuda del todo, por esa razón también tengo algunos clubes y pequeñas empresas.

—Asegúrate de que ninguno de los hijos mimados de mis invitados se ponga curioso— le susurro a Diablo.

Él sin dudar obedece mi orden y yo me quedo en mi lugar observando a los antiguos amigos de mi padre, que ahora son mis principales socios. Antes de venir me pidieron si podían traer a sus hijos y yo como toda buena anfitriona que soy, accedí, aunque ninguno me cae bien.

En especial el hijo de Tomas, Chris, no para de mirarme y cada vez que tiene la oportunidad invade en mi burbuja de espacio personal.

—Ha sido una cena magnífica Ángel, siempre eres espectacular— dice Tomas desde su sitio.

Sonrío ante su halago y levanto mi copa en señal de agradecimiento.

—Si no le importa iremos a fumarnos unos puros— continúa diciendo.

—Adelante, están en su casa.

Me quedo sentada mirando como cada hombre acompañado de su familiar se pone de pie y caminan hasta la terraza. Me deleito observando como el vino se mueve en mi copa y el sonido de una tos fingida me distrae.

El GuardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora