CAPÍTULO 51 [FINAL]

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Cuando Harry volvió a casa estaba de tan buen humor que me hizo olvidarme de la llamada, nos pasamos todo el día tonteando entre nosotros mientras nos esforzábamos por resolver los asuntos pendientes relacionados con el trabajo.

Para cuando recordé el tema del hombre misterioso que llamó, ya no le di tanta importancia así que determiné no mencionarlo y prestarle atención a como mi novio se empeñaba en hacer mi maleta, encargándose de meter muchos bikinis que según él, deberé usar todo el día para que él pueda verme, pero con la condición de que no puedo exhibirme delante de ningún otro hombre, lo cual será bastante fácil ya que la casa en la que estaremos está apartada de la ciudad y la playa está completamente desierta.

—Fue un gusto haber trabajado para usted, Ángel—se despide Álvaro.

Me ha parecido ver algunas lágrimas bañando sus ojos y tiene las mejillas bastante enrojecidas. Me siento mal por tener que dejarlo ir, la verdad es que con el tiempo le he tomado cariño y sé que es un buen hombre. Por esa razón le he dado suficiente dinero en compensación porque lo dejaré sin trabajo, aunque ya le ofrecí un puesto en una de mis empresas pero lo rechazó rotundamente asegurándome que lo de él es la acción.

Después que Álvaro se marchara, solo quedamos la señora Thompson, Harry y yo, en esta enorme casa que guarda tantos recuerdos. He pasado toda mi vida en este lugar, aquí conocí a Diablo, aquí jugué con él cuando éramos niños, aquí crecimos, sufrimos, nos enamoramos, nos besamos, hicimos el amor por primera vez y hasta hemos asesinado a los enemigos y traidores. Aquí vivió mi padre, aquí comenzó con el negocio familiar, aquí estuvo el padre de Harry como socio del mío. Hay tanta historia entre estas paredes que siento algo de pena por marcharme, pero la verdad es que estoy muy feliz por poder salirme de todo esto, y comenzar a disfrutar de la vida, sin tener que preocuparme por cargamentos de armas, reuniones, ni locos que quieran quitarme de su camino o que le hagan daño a mi familia.

—Debemos darnos prisa, el jet está esperando por nosotros—Harry interrumpe mis pensamientos.

Lo miro con una pequeña sonrisa en mis labios mientras lo veo cargar con algunas maletas. Su cabello largo se mueve de un lado a otro cuando sale fuera de la casa por el viento, mete poco a poco nuestras cosas dentro del auto y me quedo embobada viéndolo. Es tan hermoso que por momentos me parece un sueño, y lo mejor, es que es completamente mío y me ama.

— ¡Oh por Dios! Estoy tan emocionada. Pienso broncearme hasta que mi piel se parezca a la de Beyonce —chilla la señora Thompson mientras se pone sus gafas de sol y salimos cerrando la puerta de la casa.

La miro y me fijo en su piel. Ella es bastante pálida así que si coge demasiado sol lo más seguro es que parezca un camarón.

—Si realmente quieres disfrutar de estas vacaciones no te recomiendo que tomes tanto sol—le aconsejo, ella hace rodar sus ojos hacia el cielo haciendo caso omiso de mis palabras y sube al coche dando saltitos de alegría.

—A veces es como tener a una niña pequeña ¿verdad? —la voz de Harry aparece por detrás de mí mientras él me rodea con sus brazos y habla haciendo referencia a la señora Thompson.

La verdad es que tiene razón. Aunque ella pudiera ser la madre de ambos, muchas veces es como una niña pequeña a la que nos encanta mimar y adorar.

—Sí, con ella practicaremos para cuando tengamos nuestros propios bebés—digo volteándome para poder mirarlo a los ojos.

Harry sonríe y luego deposita un suave beso en mis labios mordiéndome con cariño.

—No veo la hora de ponernos a hacer esos hijos. Pienso trabajar muy duro en eso—su voz se escucha seductora y sus manos están frotando lentamente mi piel.

El GuardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora