Me dejo caer sobre mi cama, sin quitarme los zapatos me hago una bolita, estrecho mis rodillas contra mi pecho y dejo caer mi cabeza para llorar dentro de mi propio consuelo.Él nunca me va a aceptar, jamás podré arrancar ese desprecio que siente hacia mí. ¿Por qué tuvimos que convertirnos en esto? ¿Por qué he llegado a amarlo de esta manera? Estoy harta de ser rechazada, estoy harta de que me empuje cada vez más lejos. Últimamente ha tenido ciertas actitudes diferentes, actitudes que me han confundido y llenado de esperanzas, pero solo consigo desinflarme como un globo, llena de desilusión y cada vez con menos fuerzas.
Duele hasta lo más profundo de mis entrañas, duele que el único hombre que he tenido siempre en mi corazón, sea el único que me rechaza, duele que el hombre al que quiero hacer reír, verlo dormir, tomarlo de la mano, acariciar y hacerlo feliz, sea el mismo que no me dirige a veces ni una palabra, que me regala frías miradas y nunca me ha rozado con cariño.
¿Sabrá él que yo lo amo? No, no lo sabe. Pero más de una vez me ha visto desmayada por sus labios. ¿Pensará que simplemente me divierte? Da igual, sepa o no lo que siento, él no me ama y nunca lo hará, no creo que sea capaz de pasar de un odio irremediable a amor.
Con cada pensamiento el pecho se me contrae, casi puedo sentir como el corazón se retuerce de dolor. Paso las manos por mi rostro para eliminar el exceso de lágrimas pero es en vano, mis ojos son cascadas imparables.
Hasta aquí he llegado, no pienso volver a tener un desliz con Diablo, es momento de comenzar a preocuparme por mi estado emocional y dejar de sufrir por un hombre que jamás se ha preocupado por mí de la forma en la que yo lo hago por él. He tenido suficiente, deberé arrancar este amor, me lo sacaré sin escrúpulos.
Basta...basta ya.
Abrazo a mi almohada, mojándola por mis incesables lágrimas y cansada de tanto llorar me dejo fundir en un profundo sueño.
***
—Lamento decirte que el hombre que debía entregarte, murió ayer, en mi casa—explico a Francisco que me observa palideciendo.
— ¿Cómo? No entiendo nada ¿Qué sucedió?— pregunta nervioso.
—Se las arregló para colarse y atraparme en mi despacho, en fin, Diablo tuvo que dispararle. Además, registramos sus cosas y llevaba varias tarjetas de crédito encima, te las hemos traído, ya las verificamos y debo decir que estoy impresionada por la cantidad de dinero que poseía, me imagino que sea suficiente para que la deuda que el pobre hombre tenía contigo quede más que pagada—hablo sin expresión ni ánimo alguno.
Hoy cuando desperté me sentí diferente, cómo si mis pensamientos de anoche comenzaran a materializarse, y es justo lo que voy hacer, no voy a decaer, Diablo no me quiere, y yo voy a demostrarle que el sentimiento es muto —aunque no sea cierto—.
—Vaya...lamento mucho que hayas tenido que pasar por algo así—habla despacio.
Recuerdos de la noche anterior me atacan, el arma que sostenía en mis manos estuvo a punto de dispararse, el miedo corría por mis venas y solo estuve a un segundo de hacer realidad a uno de mis mayores miedos.
—El caso es que todo está resuelto, solo he venido para informártelo personalmente, ya nos veremos la semana que viene para la inauguración de mi restaurante—me levanto y comienzo a caminar hasta la salida de esta casa.
—Gracias por venir hasta aquí Ángel, nos vemos la semana que viene.
—Hasta entonces.
De vuelta a casa dejo caer mi bolso sobre uno de los sofás en la sala de estar. Diablo sigue cada uno de mis pasos y me pregunto si ha notado mi cambio radical. No le he dirigido la palabra en todo el día, él si me ha dicho algunas palabras, completamente sobre negocios claro, pero yo ni siquiera lo he mirado directamente.
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El Guardaespaldas
FanfictionAl pasar tanto tiempo en la oscuridad, te vuelves oscuridad. Aunque él no lo sabe, es la única luz brillante en mi mundo. En este mundo que me fue heredado, y que no quiero. Él es mi guardaespaldas. En nuestra infancia fuimos los mejores amigos, per...