CAPÍTULO 28

9.9K 847 288
                                    


Ahora mismo mi vida se siente en pause, solo logro sentir el frío viento abrazando mi cuerpo, Harry se ha marchado y ni siquiera puedo moverme de mi lugar. Estoy en medio del jardín en el que alguna vez, cuando éramos niños jugábamos con amor. Ahora, después de tantos años, la historia parece otra, los personajes ya no son los mismos. Estoy sola, en esta enorme casa que se me viene encima, con este cielo gris que entristece el exterior, con mis sentimientos desbordados que pretenden ahogarme.

El fuerte viento azota mi cabello pero no me molesto en acomodarlo, no quiero mover ni un solo musculo si no tengo a Harry en mi vida.

¿Cómo pudo irse así? Fui una tonta al ofrecerle su libertad.

No Amanda, no recaigas ahora.

Sé que lo que hice es lo correcto, sobre todo por él, pero no puedo ignorar que me duele ser tan solidaria con alguien que solo quiero para mí.

— ¿Ángel?—escucho la voz de Clark llamándome a mis espaldas.

No me giro, sigo inmóvil, con la esperanza de que Clark siga hablando sin obligarme a mirarlo.

—He mandado a algunos de mis hombres hacia la localización exacta donde dices que te tenían retenida—habla calmadamente a pocos metros de mí. Una parte de mi cerebro presta mucha atención a sus palabras, pero la otra parte está en blanco, solo con el rostro de Harry grabado—encontraron una billetera y dentro había una identificación, pertenecía a uno de los hombres que mataste, era de procedencia rusa, los otros tres no llevaban ningún objeto personal encima así que esa es nuestra única pista. No sé porque pero algo me dice que Alexander no está detrás de esto, es alguien más.

Ahora que asimilo lo que dice Clark, recuerdo que uno de mis secuestradores al hablarme tenía un acento ruso muy marcado. No sé cómo pasé por alto ese detalle. ¿Será que Alexander en serio no tuvo nada que ver con ese hecho? Pero entonces, si no fue él... ¿quién?

De repente, me giro encarando a mi amigo. Sus ojos inspeccionan mi rostro y sé que es consciente que estoy destruida, pero me conoce muy bien y sabe que es mejor no hacerme preguntas.

—Vayamos adentro, tenemos trabajo que hacer—sentencio firmemente.

***

Tengo el escritorio lleno de papeles, Clark y Álvaro están conmigo, cada uno tiene una llamada al teléfono y estamos muy cansados. Llevamos más de tres horas leyendo y comunicándonos con nuestros contactos. Sé que desde aquí, sentada en mi escritorio, pensando calmadamente podré saber quién ha dado la orden de matarme. No necesito golpear, amenazar, ni salir ahí fuera para descubrirlo, en mi mente sé que hay algo que estoy pasando por alto, algo que es esencial, pero no sé qué es.

Recojo mi cabello en un despeinado moño, solo para poder despejar mi visión de esos molestos mechones. Reviso mi agenda mirando cada nombre, cada contacto que pueda aportarme una pista, incluso miro el registro de llamadas de mi móvil, pero no encuentro nada que pueda ayudarme, lo único que veo que capta mi atención es una foto que Harry me dejó tomarle hace unos días. Es la única foto que tengo de él. Me quedo viéndola por unos segundos, sin poder apartar mis ojos de la pantalla.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El GuardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora