¿Se recuerdan cuando les dije que puedo leer a las personas? ¿Cuándo les dije que he aprendido a saber lo que piensan solo con estudiar sus expresiones faciales y movimientos corporales?Bien, ahora mismo, le tengo terror a esa habilidad.
Tengo mis ojos cerrados a pesar de que ya estoy consciente, un característico olor entra por mis fosas nasales y sé que me encuentro en un hospital.
—Amanda—Harry susurra cerca de mi oído queriéndome despertar.
No por favor, no quiero abrir los ojos, no quiero descubrir el resultado de todo lo ocurrido, mi cuerpo entero se estremece con la idea de haber perdido a mi bebé.
¿Verdad que si sigues allí mi pequeño?
Mis parpados pesados y adormilados se van moviendo hasta abrirse despacio, la respiración de Harry golpea mi rostro y sé que debo enfrentar la situación.
No tardo en clavar mis ojos en los suyos, pero no veo nada más que preocupación y dolor. Quizás él está tan asustado como yo.
— ¡Oh gracias a Dios! Al fin despiertas, estaba comenzado a considerar la idea de sacudirte por los hombros si seguías inconsciente—su voz se escucha contendida y ya se ha pasado las manos por el pelo unas tres veces.
Toma mis manos y las sostiene con fuerzas. Está temblando.
—Todo está bien, el doctor te hizo unas pruebas y aunque no me ha dicho el resultado estoy seguro de que nuestro hijo está bien, utilicé toda la ropa que vi para cubrirte con ella y detener el sangrado, después de que te desmayaste casi volé, llegué aquí en solo unos minutos y te atendieron enseguida. Todo estará bien, todo estará bien —habla con urgencia y sin respirar, sé que sus palabras son para tranquilizarme, pero puedo ver el terror en todo su cuerpo, en sus ojos verdes ahora algo enrojecidos, y puedo ver como cada oración que ha salido de su boca también la ha dicho para convencerse a sí mismo. Como si estuviese tratando de ignorar una realidad.
Nunca antes lo había visto tan fuera de sí.
—Harry—hago el intento de hablar pero mi garganta arde como el mismísimo infierno y me callo enseguida. Además, la puerta es abierta dándole paso al doctor Rodríguez, vestido con su bata blanca.
Actúo rápido y bajo la mirada hasta los pies del doctor, no quiero verle el rostro, porque sé que apenas lo haga sabré la respuesta.
Harry se aparta de mí con rapidez y lo escucho preguntarle sobre los resultados, yo en mi cabeza le grito que se calle porque no quiero saber la respuesta. Algo me dice que debo estar muy asustada.
No hace falta ni mirar al doctor Rodríguez, su silencio lo es todo para mí. Sin levantar la cabeza, comienzo a llorar, mis sollozos llaman la atención de Harry y ahora se dirige a mí.
—Nena no llores, aún no nos ha dicho...—es interrumpido por la voz triste y apenada del doctor.
—Diablo...lo siento mucho.
El cuerpo de Harry permanece inmóvil por unos segundos, pero luego se convierte en algo violento y lo veo moverse de un lado para otro, rompiendo cada cosa que encuentra a su paso, golpeando las paredes, gritando, llorando y negándose a aceptar la realidad.
Yo lloro en silencio desde mi cama, permanezco impasible y ahora lo único que soy capaz de recordar es en la vez que escuché su corazoncito latir, lleno de vida dentro de mí...ahora ya estoy vacía, no hay nadie acompañándome. Ya ese bebé que tanto amaba no existe, jamás lo podré cargar en mis brazos, ni verlo sonreír, ni sentir su suave piel, ni besar su frente, ni descubrir si llegará a tener el mismo cabello rizado de su padre.
Esa pequeña luz se ha apagado, ya no queda nada.
No vi a Harry acercarse, ni siquiera me di cuenta cuando dejó de destruirlo todo ni cuando el doctor Rodríguez se marchó.
Ahora Diablo está sobre la cama, casi encima de mí y con su cara escondida entre mis manos, llorando, ahogándose con sus propias lágrimas.
En lo único que pienso es que esa hermosa vida dentro de mí ha muerto, me lo han matado, lo golpearon hasta que ya no aguantó más.
—Amanda mírame—Harry toma mi rostro con sus manos —habla, por favor, ¡HABLA! —grita y mi llanto aumenta.
Sin saber lo que hago comienzo a golpearlo, golpeo al que ha sido mi guardaespaldas y me desquito con él. Le grito en la cara e intenta sostener mis manos para controlarme, pero me remuevo en la cama y caemos al piso tumbando todos los aparatos cerca de nosotros.
Me siento a horcajadas sobre él y le lanzo puñetazos sobre su pecho mientras las lágrimas caen mojando su camiseta ensangrentada. Él ya no hace el intento de detenerme, y aunque sé que no se merece esto mi cuerpo es mi dueño, no sé lo que hago pero de algún modo se siente bien, liberador.
— ¡NO! ¡NO! —es lo único que sale de mi boca, y después de varios golpes comienzo a sentirme fatigada, cansada, me dejo caer sobre el pecho de Harry y escondo mi rostro en su cuello. Buscando su calor.
Sus brazos me envuelven en un abrazo y siento como su pecho se remueve por sus sollozos. Ambos estamos llorando, en medio de nuestro caos, en medio de nuestro infierno.
No sé cuánto tiempo permanecemos así, pero me siento más vacía que nunca, el calor que antes había en mí ya no está, esos deseos de ser mejor desaparecieron, ya no recuerdo cuales eran las razones por las que tenía compasión muchas veces, ya ni siquiera recuerdo lo que se sentía cuando tomaba un arma en mi mano y temblaba. Es como si mis miedos hubiesen desaparecido. Como si lo más horrible ya me hubiese ocurrido y no quedara nada peor para dañarme.
Pensé en dejar mis negocios, en dejar esta vida que es la única que conozco, pero ya no será así. Todo mi maldito caos empeorará, me aseguraré de hacerle la vida imposible a todo aquel que se interponga en mi camino, ya me da igual quien sea inocente y quién no. Buscaré a ese maldito de Alexander y lo torturaré hasta que olvide su nombre, mataré con mis propias manos a todo aquel que trabaje con él, y rezo para que tengan familia y así poderlos matar también.
Por mucho tiempo luché contra mis demonios, luché porque algo bueno quedara en mí a pesar de todo, solo porque quería serlo...pero ya no, ya no quiero, ya me da igual.
¿Piensan que soy mala? ¿Qué estoy equivocada? ¿Piensan que debo recapacitar? ¡Me importa una mierda!
Oh joder, no me podría importar menos lo que todos piensen de mí, de hecho, si cada día puedo ser peor, lo seré. A fin de cuentas, ya no me queda nada por perder, ya estoy completamente rota.
¿Qué se sentirá desgarrar el cuerpo de Alexander con mis propias manos? Desearía poder oler su sangre.
La respiración de Harry se ha calmado. Me levanto lentamente y él me estudia. Sé que me conoce muy bien y no me preocupa que se asuste al verme. De hecho, si se asusta es algo bueno, quizás deba correr bien lejos.
Me pongo de pie y camino colocándome en frente de un espejo que hay en la habitación. Siento a Harry pararse pero se queda quieto observando lo que hago.
Impacto mi puño en el espejo, los trozos rotos caen al suelo, mi mano sangra y pequeños cristales incrustados en mi piel brillan. Con mi mano sana tomo un poco de sangre con mis dedos y comienzo a escribir en el espejo agrietado que no cayó.
Cuando termino de escribir con mi sangre veo el rostro de Harry reflejado por el espejo, me observa con los ojos muy abiertos y puedo ver el horror en él.
Dirijo mis ojos hacia el letrero, una media sonrisa aparece en mis labios y leo en mi interior.
Venganza
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El Guardaespaldas
FanfictionAl pasar tanto tiempo en la oscuridad, te vuelves oscuridad. Aunque él no lo sabe, es la única luz brillante en mi mundo. En este mundo que me fue heredado, y que no quiero. Él es mi guardaespaldas. En nuestra infancia fuimos los mejores amigos, per...