Al fin hemos llegado a casa, estoy muy cansada mentalmente, dudo mucho que mi persona esté para alguna idiotez en estos momentos.
Diablo ha estado muy extraño hoy, no hemos tenido contacto visual por más que lo he buscado. ¿Cómo se sentirá respecto a anoche? Si al menos hablara conmigo, podría desahogarse y contarme qué clase de ideas pasan por su mente. Es increíble decirlo, pero no tengo ni idea de los sentimientos que surcan a través del hombre que pasa 24 horas a mi lado.
Bueno, pensándolo bien si conozco un sentimiento que él siente hacia mí...desprecio.
Madre mía, hoy tengo un humor terrible, en serio, es peor que cuando estoy con la regla.
—Cariño vengo a decirte que ya nos marchamos—dice Isabel apareciendo en la sala a la vez que yo entro a la casa.
¡Victoria! al fin algo que verdaderamente me ilusiona.
— ¡Qué lástima que se tengan que ir! La paso demasiado bien cuando están ustedes aquí—digo con total sarcasmo.
No me importa en lo absoluto que mi tía Isabel y Anastasia sepan que yo no las soporto, ellas tampoco se cortan ni un poco conmigo.
—Sí, pude ver que te divertiste bastante golpeando a mi hija—habla enfurecida.
Me encojo de hombros inocentemente.
—Solo estábamos entrenando, además, yo no la obligué.
Anastasia baja las escaleras con su maleta. Casi no puede con su equipaje, ha traído tanta ropa dentro de esa cosa que creo que pesa más que ella misma.
Me acomodo en mi sillón y disfruto con el bello panorama de ver a Anastasia pasando trabajo mientras baja las escaleras, ojalá tropiece y salga rodando.
—Diablo por favor, ayúdame a llevar la maleta hasta el coche—dice Anastasia cuando termina el recorrido por la escalera, por desgracia, no hubo ningún tropiezo.
Escucho como Diablo resopla a mi lado y a regañadientes comienza a caminar.
—No, Diablo ahora no puede atenderte porque me tiene que atender a mí. Diablo, ven conmigo—hablo un poco furiosa y todos se detienen en seco al escuchar la gravedad de mi voz, incluso Diablo, que me observa atónito, parece salirse de su ensimismamiento y me sigue cuando le paso por al lado caminando.
Ignoro a mis familiares y dejo que se marchen de una vez, pensé que se quedarían por más tiempo, pero para mi suerte, parece que la paliza que le di ayer a Anastasia las ha asustado.
Me doy unas palmaditas en mi hombro imaginariamente.
***
El resto del día transcurre aburrido, paso casi toda la tarde encerrada estudiando el informe que me entregaron en la empresa, acabo de hacer algunas llamadas para puntualizar algunos detalles y creo que he tenido suficiente trabajo por hoy.
Salgo al pasillo y noto que ya ha anochecido, todo se siente muy silencioso, demasiado para mi gusto. Camino lentamente hacia la enorme ventana de cristal que me da vista hacia la terraza. Miro más allá de los árboles y todo está oscuro, no siento ningún sonido y eso me inquieta.
Me dispongo a caminar cuando un objeto filoso se atraviesa en mi garganta y debo detenerme en seco. Una mano rodea mi cintura pegándome al cuerpo de mi atacante.
—Shhhh—es el sonido que escucho pegado a mi oreja.
Me hace caminar en reversa y sin poder verle la cara al maldito volvemos a mi despacho. Me empuja y me volteo para encarar a la persona que se ha colado en mi casa.
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El Guardaespaldas
FanfictionAl pasar tanto tiempo en la oscuridad, te vuelves oscuridad. Aunque él no lo sabe, es la única luz brillante en mi mundo. En este mundo que me fue heredado, y que no quiero. Él es mi guardaespaldas. En nuestra infancia fuimos los mejores amigos, per...