CAPÍTULO 30

10.6K 689 112
                                    


Un escalofrío arremetedor recorre mi cuerpo cuando escucho esas palabras, es como si todo mi ser reaccionara voluntariamente al saber que él me tomará.

Creí que entraríamos a mi habitación pero me sorprendo cuando pasamos de largo y comprendo que por primera vez, entraré a su habitación. Me detengo delante de la puerta y dejo que él pase primero. De repente me siento tímida y curiosa, nunca antes había estado aquí ni pensé estarlo.

Toma mi mano haciéndome pasar y cerrando la puerta detrás de mí. Mis ojos inspeccionan todo el lugar. Todo es muy oscuro, cortinas negras cubren las ventanas de cristal, su cama creo que es hasta mucho más grande que la mía y me asombro al ver una pared llena de libros. Lentamente me acerco a las largas estanterías y con mis dedos rozo los libros que yo también he leído. Mis labios se alzan con una sutil sonrisa y me parece increíble que por tanto tiempo haya pensado que Harry y yo éramos distintos, cuando apenas estoy descubriendo que tenemos la misma cantidad de cosas comunes como indiferentes.

Quito mis zapatos y los dedos de mis pies juegan con los suaves pelos de la alfombra que se extiende cubriendo todo el piso.

Siento su respiración chocar contra mi cuello, aparta mi cabello hacia un lado para besarme lentamente, llegando hasta mis hombros, mi piel se eriza por su contacto y con cada segundo que pasa quiero más. De pronto, me hace voltearme, nuestras miradas son una sola y la tensión que existe entre nosotros juro que casi puedo tocarla con mis dedos.

— ¿Entiendes...que no existe nadie...que pueda amarte como yo?—dice mientras esparce besos deliciosos y húmedos por todo mi cuello y boca.

Mi cerebro no se adapta a escuchar esa clase de confesiones por parte de él, por lo tanto, las tan típicas y conocidas mariposas en el estómago me golpean, pero más que mariposas parecen elefantes.

Sin poder encontrar mi voz simplemente asiento en respuesta. Bruscamente me hace caer sobre la cama y no tarda ni un solo segundo en comenzar a desvestirme. Parece urgente y desesperado, tanto que en tiempo récord ya estoy desnuda y ni siquiera tengo chance de ponerle una mano encima, ya que él se deshace de sus propias prendas.

Nos encontramos sobre el colchón, piel con piel, boca con boca. Con una de sus manos toma mi cabello agarrándolo con fuerza y tirando de mi cabeza hacia atrás para tener mejor acceso a mi cuello. Me mordisquea y apenas siento su suave lengua en mi piel, juro que ya casi estoy llegando a mi orgasmo. Jadeo y dejando a un lado mi vergüenza tomo su erección propiciándole placer con mi mano.

— ¡Joder...Amanda!—un gruñido sale de lo más profundo de su garganta y lo veo cerrar sus ojos con fuerzas y una agradable sensación se instala en mí al saber que yo soy la causante de su estado.

Caigo de espaldas y él se posiciona entre mis piernas. Apoya sus codos a cada lado de mí y con sus manos acaricia mi rostro, me mira detenidamente, sus ojos me recorren y tal parece como si estuviese viendo el tesoro más anhelado, el más valioso de todos.

—Eres mía—dice y al mismo tiempo me embiste con tanta fuerza que no puedo evitar gritar de sorpresa y placer.

Entra y sale de mí con presión, los únicos sonidos existentes son el de nuestros cuerpos al colisionar y el de excitados gruñidos.

Nuestras bocas se fusionan y mis uñas encuentran su espalda. Casi debo contener la respiración cada vez que se adentra en mí con tanta presión, pero ni siquiera me hace daño, todo es placer, lujuria, deseo, excitación y...amor.

—Harry—susurro pegada a su oído—te amo—por fin puedo cumplir mi sueño de decírselo mientras me hace el amor.

—Te amo...te amo, ¡joder!—repite cada vez que llega hasta lo más profundo de mí.

Sus brazos me abrazan, haciéndome sentir protegida, segura, haciéndome saber que este es el mejor lugar del mundo para mí.

—Tú eres mía Amanda, joder, mía—habla como si su vida dependiese de cada palabra que sale por su boca y con cada segundo más cerca a la cima me sostiene con más ímpetu.

Corrientes de emociones, sentimientos y de cosas que ni siquiera yo sabía que podía sentir, pasan desde mi cabeza hasta la punta de mis pies cuando lo escucho hablar. Tiene su boca pegada a mi oído, es apenas un susurro pero que enmarca con firmeza lo que dice, y su forma de entrar en mí, con genio, seguridad, presión y hasta algo de tosquedad, solo me hace sentir más suya, me hace sentir que por primera vez simplemente soy Amanda y él es Harry, no hay rastros de Ángel y Diablo por ninguno lado.

—Oh Dios—las palabras salen de mi boca cuando siento ese fuerte cosquilleo naciendo de mi pelvis.

—Venga nena—me anima Harry y por los rápidos movimientos de sus caderas, sé que él también está a punto de llegar al orgasmo.

La excitación controla todo mi cuerpo, llenándome de valor y quitándome la vergüenza. Tomo con fuerza a Harry por la espalda y me impulso para voltearlo, de forma que quedo sentada a horcajadas sobre él. Él se queda acostado, observándome atentamente mientras yo me muevo con presión. Sus ojos verdes me inspeccionan y siento el fuerte deseo de bajar mi torso y besarlo, pero mi cuerpo me traiciona y sigo moviendo mis caderas buscando el clímax.

—Eres hermosa—susurra levantando una de sus manos y tocando mis labios.

Entonces, todo estalla. Los temblores me atacan y no lo soporto, me dejo caer sobre Harry besándolo con pasión, ahogando mis gritos en su boca y escuchando sus jadeos.

Nuestras respiraciones son el único sonido en la habitación luego de haber pasado varios minutos, pero soy incapaz de salir de mi posición. Me siento demasiado cómoda y estar envuelta por sus brazos es un lugar del que nunca querré irme.

—Amanda—susurra llamando mi atención.

Enderezo mi cabeza, apoyando mi barbilla en su pecho y mirándolo directamente a los ojos.

— ¿Nunca vas a dejarme, verdad?—pregunta.

Mi corazón aumenta su marcha y creo que acaba de dar diez latidos en solo tres segundos. Creo que nunca me adaptaré a escucharlo decirme palabras tan bonitas como esas, tan impropias del hombre que siempre conocí. Pero mientras me siga sintiendo así, mientras me haga sentir más viva que nunca a la vez que me dice esa clase de cosas, no me importa no adaptarme.

—No podría...te amo demasiado—respondo.

Harry posa sus labios sobre mi frente regalándome un beso tierno y dulce.

Me toma entre sus brazos acostándome a su lado. Toma mis manos para indicarme en la posición que desea que me acueste y me veo apoyando mi mejilla izquierda sobre su desnudo pecho y cubriendo sus caderas con mi pierna derecha. Besa mi cabeza y poco a poco voy sintiendo como su respiración se va calmando.

Cierro mis ojos, inhalando su aroma y cuando creo que ya él se ha dormido, y yo también estoy a punto de hacerlo, escucho su susurro.

—Te amo.

Sonrío en silencio.

—Te amo—respondo.


______________________________________________________

N/A:

Lamento que el capítulo sea algo corto y que no haya ''acción''...y digo ''acción'' porque obviamente si la hay jejeje *subo y bajo las cejas coquetamente*....pero me refiero a la acción de más actividades, el caso es que era necesario pasar por esto para continuar...además, vamos a dejar que estos chicos disfruten pues se lo merecen!

Espero que les haya gustado.

Gracias por todo el apoyo, votos y comentarios. Son maravillosas.

Las quiero. Edu.

El GuardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora