— ¡NO! ¡NO! ¡POR FAVOR!—grita Hugo.
Harry lo toma de la chaqueta y lo empuja para posicionarlo de rodillas.
Clark me observa algo asombrado y se me acerca con cautela. Harry saca su pistola y apunta directo a la cabeza de Hugo. Me mira y espera a que dé la orden.
—Ángel, ¿no crees que deberías reconsiderar tu decisión? Puedes ordenar que le den una paliza o dejar sin fondos sus cuentas como castigo. Creo que matarlo es demasiado severo—me susurra Clark mirándome a los ojos tratando de hacerme suavizar.
—Clark, escucha bien—hablo fuerte y claro para que todos en la habitación puedan escucharme— ese hombre que ves ahí arrodillado, ahora mismo me odia con todo su ser, ya me traicionó una vez, mi guardaespaldas lo ha golpeado y yo ya he dado la orden de matarlo, si lo dejo ir, lo único que hará es planear algo para arremeter en mi contra. Ya no hay marcha atrás, si le perdono la vida, lo único que conseguiré es dejar salir de mi oficina a un hombre enojado que me traerá problemas en un futuro.
— ¡NO! ÁNGEL SE LO JURO, ME IRÉ Y NUNCA MÁS VOLVERÁ A SABER DE MÍ—llora Hugo arrodillado.
No he apartado mis ojos de Clark, me observa tratando de encontrar una solución menos drástica que la mía, sé que no soporta verme en esta posición. Sé que Clark me ve como una hija y no le gusta admitir que soy capaz de quitarle la vida a alguien.
—Ángel, aun así pienso que...—lo interrumpo.
—Harry—digo y esa es mi orden. No he permitido que Clark siga dudando.
En el mismo segundo un sonido casi inexistente ocurre, el disparo ya ha sido hecho y Hugo yace en el suelo, sangrando y con un orificio de bala en su cabeza. Harry ha usado un silenciador por lo que es imposible que alguien afuera se haya enterado de lo ocurrido aquí.
Coloco mi mano izquierda en una de las mejillas de Clark y lo observo con dulzura.
—Siento mucho que tengas que verme actuar así, pero ya sabes como es este negocio—susurro.
Clark asiente en derrota y sin decir alguna otra palabra se marcha, dejando a su guardaespaldas para que ayude a Harry a sacar el cuerpo y limpiar el desorden de sangre.
Salgo de mi oficina después de Clark, vuelvo a la fiesta y tomo una copa de champagne. Veo que Axel sigue estando solo, observa con curiosidad uno de los cuadros que tengo colgados y me le acerco. Necesito despejar mi mente para hacer desaparecer las imágenes de Hugo muerto.
—Ese es uno de mis favoritos—digo al posicionarme a su lado.
Ahora ambos observamos el cuadro. Se trata de un ángel siendo asesinado por un demonio. Aparentemente están en una guerra y todo es caos a sus alrededores.
—Es trágico—dice.
—Lo es.
De repente se voltea hacia mí y siento como sus ojos me recorren de arriba abajo.
—Estoy muy contento de haberte conocido, nunca antes había tenido el placer de conversar con una mujer tan fascinante como tú.
Es obvio que él no sabe nada de mi oscuro mundo, quizás por eso me admira. Si tan solo supiese un cuarto sobre mí, ahora mismo estuviese corriendo colina abajo.
—Gracias, pero créeme, tengo más cosas malas que buenas.
—Pues en ese caso, un aplauso para tus defectos, ya que las virtudes no suelen interesarles a las personas—dice levantando su copa.
Sonrío y dejo de mirar el cuadro para quedar frente a frente a él.
—Son muchos defectos así que hay que aplaudir con energía—digo y le doy un sorbo a mi champagne.
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El Guardaespaldas
FanfictionAl pasar tanto tiempo en la oscuridad, te vuelves oscuridad. Aunque él no lo sabe, es la única luz brillante en mi mundo. En este mundo que me fue heredado, y que no quiero. Él es mi guardaespaldas. En nuestra infancia fuimos los mejores amigos, per...