CAPÍTULO 16

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Aquí estamos otra vez, es un círculo vicioso del que nunca escapo. Yo con una pistola apuntando a mi cabeza, un loco maniático queriéndome matar y con una liga de Harry, mi guardaespaldas y de Diablo, intentando salvarme. Y aunque suene mal, debo decir que estoy acostumbrada a sentirme en el borde de la muerte, casi estrechándole la mano.

— ¡SUELTA EL ARMA DIABLO O AQUÍ TU ÁNGEL DEJARÁ DE RESPIRAR EN MIS MANOS!—grita Alexander pero Diablo no se mueve ni un solo milímetro.

—Uhm... ¿Alexander?—hablo lentamente y levanto mi mano como lo haría una alumna en clase.

— ¿Qué quieres?

—Por favor, podrías no gritar tan fuerte cerca de mi oído, casi me dejas sorda.

Alexander aprieta su agarre con su brazo en mi cuello y debo tomar una bocanada de aire para conseguir que llegue mejor el oxígeno a mis pulmones.

— ¿No prefieres que te deje respirar?—susurra con un tono sarcástico.

—Si fueras...tan amable...si por favor—hablo y mi voz se escucha asfixiada.

—Alexander baja tu arma y te aseguro que nadie saldrá herido, solo déjala ir—dice Harry.

Alexander ríe burlonamente echando su cabeza hacia atrás.

— ¿En serio? Porque no me parece que te vayas a quedar de brazos cruzados frente al hombre que tiene a tu jefa deliciosa y completamente apetecible—dice y al mismo tiempo huele mi cabello y siento como sus labios recorren la piel de mi nuca.

Hago una mueca de asco e intento alejarme pero por supuesto, me es imposible.

— ¡ALEXANDER!—grita Harry.

—Oh ya veo, ¿te gusta la jefa, Diablo?—habla pegando su boca a mi cabeza— ¿te molesta que me le acerque así?—sigue hablando y ya siento como su nariz acaricia la piel en mi cuello.

Giro mi cabeza intentando alejarme del rostro de Alexander pero apenas consigo moverme, el cañón frío y duro de su arma sigue apretándose fuertemente contra mí y por un segundo pienso que una bala está a punto de salir y atravesarme.

De repente un disparo se escucha y Alexander me suelta, cae al suelo y veo que su hombro derecho está sangrando. En el justo momento que levanta su mano con el arma, Harry me toma del brazo y me hace correr fuera del local, a los pocos segundos escucho los disparos de Alexander pero por suerte ninguna de sus balas nos ha alcanzado, hemos huido a tiempo.

—Volveré para matarlo—dice Harry y casi siento miedo de ordenarle algo. Su rostro ahora mismo me indica que está en modo Diablo, pero un Diablo muy furioso y completamente intransigente.

Antes que pueda voltearse para entrar nuevamente al restaurante lo detengo tomándolo por el brazo.

—No por favor, tiene un arma y está disparando como loco, es muy arriesgado que vuelvas allí dentro—le imploro mirándole a los ojos.

Solo de pensar en Harry siendo disparado me pongo enferma, un nudo se instala en mi garganta y mi presión sanguínea aumenta.

— ¡No pienso dejar a ese maldito vivo!—grita haciendo que me estremezca.

Es con Diablo con quien estoy hablando ahora, está cumpliendo su trabajo de protegerme, como le enseñaron toda su vida. Sé que siendo yo Ángel, su jefa, jamás lo convenceré de que no vuelva ahí dentro y deje de hacer su trabajo. Así que quizás, si hago que vuelva a ser Harry y me vea por quien realmente soy, la chica que lo necesita, quizás, solo así, prefiera quedarse conmigo en lugar de ir y matar al hombre que me intentó asesinar.

El GuardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora