23. «Está de vuelta»

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OCÉANO ÍNDICO.

—El objetivo es una plataforma de lanzamiento: Lemurian Star —informa Rumlow, mientras desplaza su dedo por la pantalla táctil para hacer avanzar las imágenes—. Hacían su último lanzamiento cuando la abordaron piratas hace 93 minutos.

—¿Algún pedido? —pregunta el Capitán Rogers, mirando con atención a las fotografías de los planos de aquella plataforma.

—Mil quinientos millones.

El Capitán frunce el ceño.

—¿Por qué tanto?

—Porque es de S.H.I.E.L.D. —contesta, casi con una carcajada.

—No es desvío, es una violación —Rogers murmura después de unos segundos de haberse quedado pensativo—. ¿Cuántos piratas?

—25. Los mejores mercenarios liderados por este sujeto —Luego muestra la imagen de un hombre de poca barba y ojos claros—: Georges Batroc. Solía ser el director de Inteligencia francesa, además, encabeza la lista de la Interpol. Tiene fama de víctimas múltiples.

—¿Rehenes?

—La mayoría son téctinos. Un oficial: Jasper Sitwell —responde el líder del equipo de S.T.R.I.K.E., para luego poner en pantalla la fotografía de un sujeto calvo y con anteojos redondos—. Todos están en la cocina.

—Buscaré a Batroc —dice el Capitán mientras se prepara—. Rumlow, revisa la popa, busca a los rehenes y saquémoslos de ahí.

—Ya escucharon al capitán, prepárense.

Con un toque, la puerta junto a él se desliza por completo, permitiendo que el viento causado por la velocidad a la que viajan se adentre al Quinjet. Pronto, la plataforma del vehículo aéreo baja, dejando un gran espacio de salida.

—Ya estamos listos, capitán —una voz le informa a través del comunicador en su oreja.

—Unos amigos y yo iremos a ver el partido de boxeo mañana por la noche —dice Henrie mientras se prepara para monitorear—. Si te animas, ellos te invitarían también.

—Por eso no lo hago —contesta Steve, poniéndose su casco de color azul.

—¿Eres demasiado tímido o miedoso? —bromea el chico, con una sonrisa que lo delata.

—¡Demasiado ocupado! —Son aquellas las palabras que pronuncia el hombre antes de lanzarse desde el Quinjet.

Henrie, asombrado, se da la vuelta y camina hasta quedar junto a Brock.

—¿Tenía paracaídas?

—No, no lo tenía.

Una vez que ha llegado a la nave, el Capitán se encarga de los dos primeros guardias que vigilan la cubierta. Con sólo haber necesitado dos puñetazos, ambos caen en el suelo, inconscientes. Luego sigue su camino hacia la cocina, no sin toparse con más de un hombre dispuesto a deshacerse del capitán, aunque sus movimientos han resultado ser tan torpes y lentos, que no les ha dado el tiempo para reaccionar. Así son todos los tipos con los que se cruza, obstáculos mínimos en el camino de Rogers.

Sin embargo, cuando llega frente a un par de puertas que conducen al interior de la nave, es recibido por dos tipos más corpulentos que los demás vigilantes. Al primero le lanza su escudo, el cual vuelve hacia él, y termina dormido en el suelo con un moretón que le durará varios días. El segundo le da más lucha, ya que es rápido y capaz de bloquearle alguno de los golpes a Rogers. Cuando lo empuja contra una pared, su cabeza hace contacto y termina tendido en el suelo.

—Ne bouge pas! (¡No te muevas!) —grita un hombre en francés, el cual se acerca al capitán con un arma enorme entre sus manos—. Ne bouge pas! —dice una vez más. Steve no tiene más opción que quedarse quieto, hasta que suena un disparo y una bala se incrusta en el tipo que le apuntaba, dejándolo fuera de combate.

Being There For You | Capitán AméricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora