61. «Nuestra perdición»

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Dedicado a -cevans, no puedo creer que hayas adivinado lo que iba a pasar, ah. Y también porque no me canso de la portada que hiciste♥

 Y también porque no me canso de la portada que hiciste♥

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Son cuatro palabras que no le deseo a nadie. Si bien nadie puede escapar completo de su pasado, este a mí no deja de perseguirme. Halla su manera de ir detrás de mí mediante pesadillas, recuerdos, ataques de pánico... Todo aquello revive el dolor por el que una vez pasé. Cuando llega, se siente como si hubiera regresado en el tiempo solo para sufrir lo mismo una y otra vez, sin fin. Hasta que mi mente se agote. Hasta que no pueda más. Hay personas cuya única cosa que les queda por hacer es pedir ayuda, siempre y cuando cuenten con la valentía que se requiere. Una de las peores cosas que quiero detener es el miedo; el terror que me da irme a la cama porque los sueños malos, cargados de recuerdos, me acechan.

Y es tan grande lo que uno puede hacer por pánico... Todo el mundo reacciona frente al miedo de distinta manera. Mis acciones parecen no tener límites cuando de eso se trata, hago lo que sea para impedir la entrada a cualquier cosa que desate el miedo dentro de mí. O al menos, solía hacerlo. Hasta que las circunstancias se tornaron crueles y me resultó doloroso seguir haciéndolo a tiempo completo. Se convirtió en mi debilidad.

El silencio de la habitación no lo rompe ni siquiera nuestras respiraciones. El peso de sus miradas cae todo sobre mí. Wanda parece arrepentida, la situación ha llamado la atención de Pietro, Steve parece estar paralizado.

La idea de quedar expuesta siempre la he pensado, pero siempre es distinto a que esté pasando de verdad. No obstante, las sensaciones son muy similares: me tiemblan las manos, se me quiere salir el corazón del pecho, mi mente me grita que huya y mis piernas se quedan fijas en su sitio.

Me aterra mirar a Steve, porque no sé con qué mirada me va a recibir; si lo sabrá todo, si no le importará nada, si querrá apartarse de mí o tan solo no irse. Es que, desde hace mucho tiempo, las acciones de Steve tienen un efecto inevitable sobre mí.

Echo un rápido vistazo a su rostro para conseguir una pista acerca de qué cruza su mente en este momento. Cuando lo hago, no me sorprende ver que no aparta los ojos de mí; ambos esperamos a que el otro hable. En aquellas esferas que contienen el océano en su interior, noto que es la confusión lla que tiene control sobre estas.

Temerosa de que me falle la voz, opto por no hablar en un rato. Sé que, en cuanto abra la boca para tratar de explicar esto, lo que diga empeorará las cosas y a todos nos lanzará hacia un punto de no retorno. No hay nada que me preocupe más que ello.

Quizás ha entendido que no voy hablar, pues él abre la boca y de esta sale la pregunta que he esperado.

—¿Por qué?

Por acto involuntario, volteo a ver a Wanda. Ella nos observa con arrepentimiento como expresión de su rostro.

—Pensé que le habías dicho —interviene Wanda.

Being There For You | Capitán AméricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora