Uno pensaría que si podía estar un viaje de diecinueve horas hacia Rusia, uno de trece sería más fácil de soportar. Pues no. En especial cuando tienes la constante sensación de que te están siguiendo, que hay alguien muy peligroso detrás de ti porque tienes algo que quiere y no puedes dejar que lo obtenga. Me he pasado todo este tiempo caminando aquí para allá, con el cetro siempre a la vista, a veces sentada y moviendo la rodilla con impaciencia o devorando un paquete de las gomitas que Tony siempre guarda para los viajes. Sin embargo, nada de eso ha logrado para disminuir mi ritmo cardíaco.
Traté de controlarme al repetir «Ya falta poco» miles de veces en mi cabeza, aunque me temo que el hecho de haber llegado a mi destino no ha sido de gran ayuda. Casi puedo oír mi corazón latiendo al bajar del Quinjet con la bolsa que contiene el cetro colgando en mis hombros.
A unos pocos metros de distancia está el vehículo en el que han venido los chicos, pero no hay señal de que ellos estén por ahí cerca. Creí que estarían esperándome, ahora veo que no es así. No puedo evitar tener un mal presentimiento acerca de todo esto.
Estoy en un lugar casi desierto, donde sólo puedo encontrar tierra, rocas y árboles. Sin embargo, a la distancia soy capaz de ver un edificio medio estable y con escombros alrededor. Ya que no parece haber otro sitio de interés por aquí, mi cerebro me dice que tal vez el equipo se encuentre dentro. Tomo una respiración profunda y comienzo a trotar, asegurándome de no tener a nadie que me estuviese siguiendo.
Al poner un pie dentro, nadie parece reparar en mi presencia. Por supuesto, oigo voces y golpes de los hombres trabajando aquí. Por lo que tengo entendido, Ultrón «buscaba» Vibránium para hacer copias suyas invencibles, si los Vengadores llegaron hasta aquí es porque este es el sitio donde podrían conseguir más de ese metal raro. Me siento como en un laberinto, hay muchos pisos y puertas; no creo que pueda revisarlo todo hoy. ¿Cómo podré saber dónde están?
Entonces algo me viene a la mente de golpe. ¡Los comunicadores! He olvidado por completo que los chicos se los llevaron al venir para acá. Sólo tendría que encender el mío, se conectará solo y...
—¿Hola? ¿Chicos? Soy yo, Maddie... —Presiono contra mi oreja y espero con ansias a que me respondan.
«¿Dónde estás?», pregunta Stark.
No puedo evitar suspirar de alivio al saber que mi comunicador funciona.
—En la entrada del edificio, ¿dónde están ustedes?
No me tomo más tiempo; desde que oigo dónde se encuentran, me dispongo a correr hasta llegar. Por más extraño que parezca, no encuentro a nadie a medida que voy acercándome a los Vengadores, es como si se hubieran esfumado todos esas voces que oí al entrar.
Al hallarme a veinte metros de distancia, puedo ver que mis compañeros están bastante ocupados luchando contra una multitud robots, copias —todavía no mejoradas— de Ultrón. La escena delante de mí me desconcierta, Tony me ha dicho que se trataba de una trampa, pero, a este ritmo, he pensado que ya se han alejado del disturbio.
—Hill, ¿qué demonios haces aquí? —gruñe Romanoff, se le oye que está ocupada con un robot disparando tanto como puede.
Sin dudarlo corro hacia ellos y me vuelvo de metal para comenzar a luchar yo también, no ha sido difícil unirme, porque desde que notan mi reciente cambio de piel, se dirigen hacia mí como cuatro robots al mismo tiempo. Me lanzo al suelo haciendo que dos de ellos se ataquen mutuamente, pero los que quedan no son tan lentos al reaccionar.
—¿Cómo que qué demonios hago aquí? —respondo—. Stark y el Capitán me dijeron que viniera.
Me quito la bolsa del hombro —me está haciendo perder el equilibrio de tanto balancearse— y la utilizo como un bate, golpeando máquinas a dos por tres.
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Being There For You | Capitán América
Fiksi Penggemar«Nunca digas que amas a alguien si nunca has visto su ira, sus malos hábitos, sus creencias absurdas y sus contradicciones. Todos pueden amar una puesta del sol y la alegría, sólo algunos son capaces de amar el caos y la decadencia.» -Mario Vargas L...