—Jarvis está corriendo un programa de reconocimiento facial. Enviará un mensaje de alerta si está en Nueva York. No es mucho —Se encoge de hombros—, pero me dará algo de tiempo en lo que programo a la Legión de Hierro para que la busque por todos los lugares accesibles.
Tony teclea un par de cosas en el enorme computador frente a él y, cuando termina, se aleja hasta quedar delante de sus amigos.
—Gracias, Stark —le dice María, a lo que Tony responde con un asentimiento.
—Avísanos si sale algo —habla Rogers.
—Y... ¿dónde fue la última vez que la vieron? —pregunta el científico. Él los está ayudando para encontrar a Maddie, lo menos que ellos podrían hacer es satisfacer su curiosidad.
—Estábamos en uno de los helicarriers —explica Steve—. Teníamos que colocar todos los chips para re-programar sus objetivos —Él le envía una mirada a Tony, preguntándole si debe explayarse más, aunque éste le hace un gesto para que continúe—, Maddie distraía a los del Ejército del Invierno mientras yo me encargaba de las tarjetas, pero uno de ellos la hizo caer.
Intenta concentrarse sólo en responder la pregunta de su amigo, pero, sin quererlo, cada palabra ha logrado revivir los recuerdos de aquel día. Y no sólo los recuerdos, sino que también las sensaciones que había experimentado. Por ejemplo, esa descarga de adrenalina que le invadió cuando fue capaz de arreglárselas para poder subir al helicarrier, justo para evitar que Bucky le disparara a Maddie; la desesperación esparciéndose por todo su cuerpo debido a que estaba trabajando a contrarreloj. Aunque ninguna de ellas se comparaba con la angustia que llegó al ver que Maddie se había caído tras la explosión. Sabía que no podía desperdiciar esos segundos de ventaja que ella había conseguido al distraer a la chica rubia que había estado intentando dispararle, y que primero era impedir que los helicarriers comenzaran a disparar antes de ir a salvarla (no servía de nada rescatarla, si ella podía ser un posible objetivo de aquellas armas).
Steve no ha notado que tiene la mirada en el suelo hasta que la levanta para ver a Tony, quien está a punto de hablar. Decide apoyarse en las palabras de él para impedir volver a tener aquellos recuerdos.
—Odio decir esto... Pero, ¿no han considerado la posibilidad de que ella esté...?
—Tonterías —interviene María, con una expresión indignada en el rostro—. De ser así, en una de las quince vueltas que le di a la zona, la hubiera encontrado. Nada en el río, y en la orilla sólo vi huellas y las marcas de unas manos. Ella está en algún lado. Los muertos no caminan, Stark. —Una vez pronunciadas aquellas palabras, María decide no querer seguir escuchando que se rinda con su hermana menor; el repiqueteo de sus tacones contra el suelo es lo único que los dos hombres oyen antes de que las puertas del laboratorio se cierren.
Pronto llega un silencio incómodo, la partida de Hill ha generado un ambiente bastante tenso, que les afecta a unos más que a otros.
—Quizá Nat pueda ayudar, conoce a muchas personas por el mundo: una de ellas seguro que ha visto a Maddie... —inicia Rogers, aunque Tony lo detiene sacudiendo la cabeza.
—Estoy bastante seguro de que Nat amará ayudar a encontrarla. No es como si Maddie haya intentado matarla a ella y a ti, ¿sabes? —comenta Stark, a lo que Steve frunce el ceño—. ¿Qué? No me mires así. ¿Acaso ya lo olvidaste? ¿Por qué quieres tanto encontrarla?
—Maddie no es una mala persona —la defiende. De no haber sido por ella, muchas personas estarían muertas ahora mismo, incluyéndolos a ambos—. Ella luchó para salvar la vida de millones de personas, Tony. Por si no lo sabías, tú también eras uno de los objetivos que Hydra tenía marcados. Si ella no hubiera actuado como lo hizo, quién sabe qué le habría pasado al mundo.
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Being There For You | Capitán América
Fanfic«Nunca digas que amas a alguien si nunca has visto su ira, sus malos hábitos, sus creencias absurdas y sus contradicciones. Todos pueden amar una puesta del sol y la alegría, sólo algunos son capaces de amar el caos y la decadencia.» -Mario Vargas L...