15. « Y estalló la bomba de tiempo»

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PEQUEÑO MARATÓN 1/2

—¡Natasha! —Clint grita con sorpresa, luego se echa a correr hacia donde se halla su amiga, quien está sangrando un poco.

Tiene el ceño fruncido, a la distancia, la veo con una mano en la herida haciendo presión.

«Ahora puedes sentir un poco de mi dolor», aquellas palabras flotan en mi mente de manera involuntaria al momento de ver su expresión, aunque no podría estar más de acuerdo con ellas.

—¿Te sientes bien? —preguna Thor al Capitán, ayudándolo a ponerse de pie.
El golpe le ha dejado un poco aturdido, por lo que se tambalea mientras trata de apoyarse del brazo que le está ofreciendo Thor. Parpadea un par de veces en un intento de enfocar su vista en un punto fijo, el cual resulta ser yo.

«Puedo apostar que no lo sabes, pero tal vez esto haya podido ser de ayuda» Una voz gélida detrás de mi cabeza suena llena de ira, sensación que se apodera de mí y aumenta con los segundos en que mis ojos los ven a ellos.

—Hill, ¿qué mosca te picó? —Iron Man aterriza a unos metros de nosotros, su máscara se levanta y lo veo en su rostro con claridad.

No se lo ha esperado, igual que ninguno

—¡Casi sucedió de nuevo! —grito a todo pulmón, dando zancadas hacia el tipo del escudo. Lo tomo del cuello y lo lanzo contra el pavimento.

Todas las emociones que siento se arremolinan dentro de mí, siendo una miscelánea de los peores sentimientos combinables.

Ira, dolor, tristeza.

Necesito calmarlas, me lastiman. No puedo hacer más que tratar de apaciguar el calor que éstas han provocado. Se siente terrible, quiero que paren...

—¡Maddie, detente! —Tony se posiciona delante de mí con los brazos estirados, una barrera para evitar que me acerque a Romanoff.

«Yo también quiero que se detengan...»

Lo agarro por el metal antebrazos y lo aprieto hasta que se marcan mis dedos en ambos, izquierdo y derecho. Me apoyo de los hombros de su armadura para tomar impulso al dar un salto que me lleva a aterrizar justo a sus espaldas. Lo he aprendido de la agente Romanoff.

Qué está pasando a mi alrededor, no lo sé. Ya no puedo pensar con claridad, ni concentrarme en mirar lo que me rodea. Unas imágenes, que se vuelven afiladas como cuchillos, corren a toda velocidad por mis ojos, obligándome a mí misma a que les preste atención.

Aunque duela.

Es un torbellino del que quiero huir. De pensar mucho en él sólo acabaré peor. Concentración, concentración...

Sólo necesito la suficiente para tratar de volver al mundo real, no al tortuoso universo en el que se ha convertido mi cabeza.

Entrecierro mis ojos en dirección a la mujer tendida en el suelo, con una mano que sigue cubriendo su herida.

Siento como si algo dentro de mí hiciera clic una vez más,  como un tipo de interruptor, porque al ver aquella figura tendida, la sensación de la que trato de escapar se hace más notable.

Hago caso omiso a las palabras de los demás, que a mi parecer son solo balbuceos, a medida que camino a paso firme a donde está ella.

—¿Q-qué te está ocurriendo? T-tú no eres así —dice la pelirroja con los dientes apretados.

—¡Se pudo haber evitado! —bramo. Mi voz toma potencia con la ira, lo suficiente para hacer que la vengadora abra los ojos por la sorpresa—. ¡Era una opción! —Mis manos se vuelven puños metálicos—. Tan fácil como contar hasta tres. —Me coloco en posición para golpearla, tiene que levantar la cabeza para mirarme, estoy a más altura—. Ustedes pudieron evitarlo... —susurro en agonía.

¡Basta! ¡Basta! Me duele. Por favor...

Siento el peso de mil autos sobre mí, impidiendo mi capacidad de respirar. Aunque esté en mi imaginación, me sofoca.

Doy un paso hacia atrás, luego otro y otro más. Dejo que salga el grito más fuerte que en el momento puedo dar, y luego caigo de rodillas por la presión.

Aprovechando las piedras a mi alrededor, comienzo a usarlas en contra de Romanoff y Rogers. Mientras ellos intentan cubrirse, yo voy perdiendo más energías hasta que me doy cuenta de que ahora me toma mucho más esfuerzo levantar una roca, que antes.

No he contado con que unos brazos vengan por detrás y que sean capaces de retenerme un buen rato. Me aprieta con fuerza, y yo no puedo quitarlo de encima. Estoy cansada. Que se detenga. El calor se esparce por mi cuerpo en una sensación inversa, cuando noto que mi piel estaba normal, inicio con el forcejeo otra vez.

Advierto una punzada en mi cuello, pronto paro de gritar y gruñir, la lengua se me hace pesada, como todas las partes de mi cuerpo y termino por desplomarme en los brazos de quien me está sosteniendo.

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Feliz domingo :)

Primero había pensado en actualizar el sábado, pero luego decidí hacerlo hoy. Aquí está nublado y fresco, estoy escuchando a Shawn... de verdad este es un día super relajante.  Y necesito relájate para no enloquecer por un trabajo de la escuela que debo entregar para mañana xd.

Espero que la estén pasando bien, no me alargaré con la nota más porque falta otro cap por publicar *-*

XOXO

Being There For You | Capitán AméricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora