Capitulo 4

6.1K 216 4
                                    

Capitulo 4

Oí un grito y miré para ver al camión pararse detenerse violentamente sólo unos pasos por delante de nosotros. Gritó algunas obscenidades por la ventana, algo sobre estúpidos chicos pero más grosero, y después arrancó de nuevo. El chico inmediatamente se apartó de mí, tirando de los auriculares de sus orejas, y mirándome con asombro.

-¿Estás bien?

-Uh... sí, creo que sí. -Gemí.

-No puedo creer que acabe de hacer eso. Tú-tú me salvaste la vida.

-Está bien. Fue una suerte que estuviese aquí.

Se deslizó un poco más cerca y me estremecí cuando apartó el pelo de mi cara.

-Has arriesgado tu pellejo -Dijo sin aliento, y parecía un poco aturdido.

-¿Lo hice? -Lo sentí en mis dedos y entrecerré los ojos porque picaban. Mis dedos tenían un poco de sangre, pero nada grave. -Supongo que lo hice. Está bien, en serio, sólo un golpe.

Intenté ponerme de pie, pero él me retuvo con una mano en mi hombro.

-Whoa. Espera, ¿ok? Déjame llamar a una ambulancia. Si algo te sucede después de haberme salvado...

-De verdad, no es necesario. Estoy bien.

Frunció el ceño y se detuvo, arrugando los labios como si lo estuviera debatiendo. Lo miré bajo el suave resplandor de las farolas. Era alto, lo que ya había constatado antes, y grande, pero su pelo era marrón y enmarañado, rizado alrededor de sus orejas y su frente, y sus ojos eran claros, verdes tal vez o color avellana. Sus labios eran fascinantes cuando los succionó hacia dentro y fuera de su boca mientras pensaba. Los ojos del chico se desviaron a los míos y simplemente nos sentamos allí, con los ojos fijos en los del otro. Luego la esquina de su boca se elevó ligeramente. Y eso fue desconcertante.

-Por favor, déjame llevarte al hospital al menos. -Retiró mi pelo de nuevo y se acercó a inspeccionar. Escuché mi jadeo por su cercanía, y él también. Me miró a los ojos otra vez y me miró con atención. -No parece demasiado malo, pero... déjame que llame a alguien para ti. Me sentiría mejor. -Dijo en voz baja.

-No hay nadie a quien llamar. -Murmuré, pero deseé no haberlo hecho cuando vi su cara.

-En serio, estoy bien.

-Me alegra que estuvieses aquí. No puedo creer que hiciese eso. Y siento haberte hecho daño. Debo de haberte golpeado con mi bolsa de libros cuando caímos. Tienes un buena agarre. -Dijo, y sonrió y tuve uno de esos momentos en los que te quedas mirando y no puedes apartar la vista.

Sonrió ampliamente cuando yo dije nada, y se rió con ganas cuando retomé la consciencia.

-Uh, gracias. ¿Estás bien? -Pregunté, y él asintió.

-Entonces, ¿no hay nadie a quien llamar? ¿Tus padres? ¿Un novio?

-Mi padre no va a venir, y mi novio y yo... bueno, ya no estamos juntos. No me sentiría bien llamándolo ahora.

-¿No crees que el fuese a venir?

-Oh, vendría. Es por eso que no quiero hacerlo.

Él pareció confuso y divertido al mismo tiempo.

-De acuerdo. Voy a suponer que ahí hay una historia, y no que estés sufriendo una lesión en tu cabeza.

Me di cuenta de que todavía estábamos sentados uno junto al otro en la acera, en el centro de la ciudad.

Chispas (Harry Styles Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora