Gunther Müller

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Voy camino al ascensor pero simplemente no puedo irme, no así, ella debe escucharme, no me importa si tengo que atarla a la silla o incluso tengo que besarle como hace un momento para que ella ceda ante mi, haré cualquier cosa que tenga a mi alcance para que la única mujer que roba mis pensamientos me escuche y vuelva a mi lado. Vuelvo a su departamento, noto que la puerta sigue estando abierta y me preocupo al saber que ella no le pone pestillo, cualquiera podría abrirla, la veo de espaldas a mí diciendo un par de groserías, rió un poco llamando su atención y la tranquilidad que tenía su rostro se esfuma.

- Vete- dice entre dientes, niego porque estoy sin palabras, ella a cambiado su ropa por un pijama que no deja nada a la imaginación, es una simple bata de algodón que llega hasta la mitad de sus muslos.

- Y...yo-trago fuerte, siento como algo en mis pantalones empieza a despertarse y maldigo muy bajo, yo no he venido a esto- necesito que me escuches Megan y no voy a irme hasta que me digas que si.

Ella ríe, igual que la primera vez que la conocí su risa provoca cosquillas en mi vientre, pero esta no es la misma risa que me dio aquel día, esta es sarcástica, Megan se ríe de mi y eso es peor que una patada en las bolas, vuelvo a acercarme de manera decidida a ella pero me apunta con una sarten que casualmente a tomado de la encimera, no me intimida, si incluso ella decidiera golpearme con eso yo aceptaría gustoso el golpe porque se que lo merezco, pero mientras mas me acerco la sarten va descendiendo hasta quedar en sus piernas.

- Voy a golpearte si das un paso mas- niego mientras chasqueo mi lengua.

- Ambos sabemos que eso no pasara- digo tomando sus muñecas y asiendo que tire la sarten al suelo- solo escúchame- digo muy cerca de sus labios que se entreabren.

- ¿Porque me haces esto?- dice con sus ojos llenos de lagrimas- me dejaste Gunther, me abandonaste- a pesar de que eso es cierto quiero que se detenga, no quiero escuchar de sus labios la peor de mis decisiones- incluso me rechazaste, dijiste que nunca había sido suficiente para ti ¿Porque ahora si lo soy?, ¿quieres volver a follar conmigo?- dios mio escucharla decir eso me desgarra, me hace ver lo hijo de puta que fui con ella, sus ojos derraman lágrimas y la suelto, ¿Que mierda le hice?

Apenas voy a contestar su pregunta alguien llama a la puerta, quiero gritarle que se vaya y que no joda nuestro momento pero me encuentro yendo a abrirla, la gran sorpresa que me llevo es encontrarme con el único idiota que esta robándose a MI mujer, su rostro se crispa de furia y sonrió, me gusta hacer enojar a los idiotas, el pasa de mi como si nunca me hubiera visto, cierro la puerta y le pongo el pestillo, cuando vuelvo a la sala lo veo sostener a Megan de una manera que no me gusta de ninguna jodida manera, gruño al ver como la toca y ella se deja hacer, pero lo tengo merecido.

Cuando su puño impacta mi rostro me quedo estático, no puede creer que haya sido capaz de golpearme ni mucho menos de recriminarme por algo que sencillamente no es de su puta incumbencia, le devuelvo el golpe pero se lanza contra mi haciendo que caiga, vuelvo a golpear su rostro, el va devolvérmelo pero la voz atemorizada de Megan nos hace detener, no quiero que su voz tiemble y me da un poco de miedo cuando lleva sus manos a su vientre y lo acaricia como si de esa forma encontrará calma. En cuanto pide que me vaya lo hago, no quiero dejarla sola con ese idiota pero se que mi presencia por ahora solo incomoda.

(***)

Bebo de la botella de Whisky una vez mas mientras canto la canción que suena en la radio, mi voz suena desastrosa y en este momento mis pensamientos no son muy coherentes que digamos, mucho menos mis palabras, una de las chicas que se encuentra en el bar me sonríe de manera coqueta pero la rechazo de la manera más "caballerosa", ella sigue insistiendo mi compañía pero me levanto haciendo que su agarre sobre mi brazo se esfume, dejo un par de billetes sobre la barra y salgo con la botella aun en mi mano.

- eres un hijo....¿que más seguía?- rió en medio de la calle solitaria, por un momento quiero correr al departamento de Megan y besarla hasta que nuestros labios duelan, pero temo que ella me rechace una vez más.

Sin importar que pueda pasar detengo un taxi que pasa por mi lado, la botella va por medio camino y voy tomando largos sorbos, el taxista me mira de forma extraña y se que quiere pedirme que me baje de su taxi pero dejo una gran cantidad de dinero sobre el asiento delantero, sus ojos brillan y en cuanto le doy la dirección que recuerdo de esta mañana pone a toda marcha el coche.

- deje a mi novia- digo sin saber que el hombre me escuche- la deje sola en un país que no conocía después de tener sexo- por su mala mirada se que lo hace- fui un verdadero idiota, ella se convirtió en todo cuando poso sus lindos ojos mieles sobre mi, pero lastimosamente entro en una gran etapa de mi vida, soy futbolista ¿sabes?- el asiente y mira mi rostro como si me estuviera reconociendo- ella debía volver y seguir con su vida, yo no podía ser egoísta y pedirle que se quedara a mi lado cuando su vida estaba aquí en Nueva York, pero ¡mierda! hoy me odio, fui un cobarde, la deje sin darle una explicación, si tan solo le hubiera dicho la verdad ella podría haberme ayudado con esa decisión pero no, simplemente huí como una rata - sin darme cuenta estoy derramando gruesas lágrimas- ahora ella esta embarazada, me odia y tiene una especie de relación con un idiota.

- si de verdad la amas iras tras ella- es la respuesta del hombre quien se detiene justo frente a su edificio.

¿La amo?, mierda claro que si, yo amo a Megan ella no ha podido salir de mi mente ni un solo minuto, la prueba mas grande es que he dejado un contrato al que ahora debo pagar por abandonarlo solo por verla, por tenerla y que sea solo para mi, rápidamente me bajo y subo las escaleras de su edificio, al llegar a su puerta tocó con un poco de fuerza, la escucho gritar algo y luego escuchó pasos acercándose, apenas la puerta se abre me arrodillo ante ella, abrazó sus piernas con mucha fuerza empapandolas un poco con mis lágrimas.

- Perdoname Megan, yo...- oh mierda esto es más difícil decirlo en voz alta, temo que ella huya o simplemente patee mis bolas por ser tan idiota-joder te amo Megan.

Ciertamente no se quien me gusta más, pero este hombre también me vuelve loca, espero sea de su agrado el capitulo 

Una NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora