- ¿La verdad?- me hice la desentendida pero estaba malditamente feliz de que por fin me dijera las razones de su huida.
- Si- dejo de susurrarle cosas a mi vientre, se sentó en el borde de la cama soltando un pequeño suspiro- se que mis razones no son justificables y no sabes como me arrepiento de ello, pero es hora de decirte porque me fui esa noche- asentí un poco entusiasta- antes de que tu llegaras a mi vida un gran equipo del exterior había hecho una oferta por mi al club, estaba entusiasmado así que después de pasar noches mirando los pros y los contras de lo que eso traería para mi vida acepte, fue el día mas feliz del mundo para mi, pero una semana después te conocí, no voy a decirte que sentí mariposas en cuanto te vi porque en realidad lo que causaste fue una erección- golpeo su brazo sintiendo mis mejillas arder- yo...oh mierda Megan esto sonara vergonzoso pero juro que en cuanto escuche tu voz y me retaste con tu mirada sentí que iba a venirme en mis pantalones, desee tenerte esa noche entre mis sabanas pero en cuanto empezamos a conversar quise más, mucho más de ti.
Permanecemos unos segundos en silencio pero en todo momento sus ojos están pegados a los míos, quiero poder decir algo pero parece que las palabras se han quedado atascadas en mi garganta, Gunther acaricia mi mejilla derecha y cierro mis ojos, luego ciento su dedo pulgar en mis labios, su mano desciende dejándola en mi pecho justo encima de mi corazón que ahora late como loco, pareciese que quisiera salirse de su puesto.
- Cuando te tuve esa noche juro que fue como una fantasía hecha realidad- vuelvo a sonrojarme y el ríe- unos cuantos días antes habían llamado, yo tenia que irme después del partido, había pospuesto hacerte mía porque sabia ¡no! mierda yo estaba jodidamente seguro de que iba a tenerte mucho tiempo a mi lado pero no, mi contrato fue adelantado, uno de los jugadores se había lesionado y me necesitaban allí, por eso tanto miedo, no quería que el día acabara pero en cuanto mas piel dejabas expuesta y nos uníamos en uno solo el tiempo parecía volar, yo quise decírtelo Megán pero no quería oír tu rechazo, quería que me dijeras que estabas dispuesta a irte conmigo a Italia, pero mientras mas lo pensaba más me negaba, no quería que dejaras tu vida por mi.
- Eso es lo mas estúpido que he escuchado a alguien decir en mi vida- mis ojos están llenos de lagrimas, Gunther se tensa y me adelanto para que no piense que no le creo- yo hubiera ido contigo Gunther, puede que al principio me hubiera opuesto y te hubiese dicho mil razones por las que no podía pero si tú... ¡mierda! si tú tan solo me hubieras dicho una sola cosa buena de porque ir contigo iba a ser lo mejor del mundo para mí no lo hubiese dudado ni un minuto.
Amo que el llore en frente de mi, no lo hago porque quiera verlo sufrir sino porque eso demuestra que Gunther confía tanto en mi que no le da miedo expresar sus sentimientos, puede que muchos piensen que es un marica por llorar en ocasiones como estas, pero eso solo demuestra que Gunther no es como los demás, el no es de esos hombres que se guardan lo que siente y me encanta, abro mis brazos para que sepa que estoy aquí, que nada importa, él me abraza tan fuerte que tengo que decírselo porque temo que le haga daño a los bebes, aunque eso es estúpido porque incluso el trata de cuidarlos más que yo.
Thomas entra a la habitación y pido que guarde silencio, el no solo lo hace sino que vuelve a salir de dejándonos a solas, Gunther repite muchas veces que me ama y aunque ahora las palabras no quieran salir se que lo hago, yo amo a este hombre a pesar de todo lo malo que paso.
- Lo siento mucho, se que fui un maldito cobarde también se que no debí hacerle caso a mi agente y mucho menos debí querer dejarte ser feliz cuando el que quería hacerlo era yo, no sabes cuantas noches grite de impotencia al despertarme solo en mi cama, en un país que no era el mio, deseando que tú estuvieras allí- pego mis labios a los suyos y sonríe- no quiero que me perdones o bueno no aun, quiero que sepas que yo realmente quiero tenerte, demostrarte que tu en verdad eres mi vida.
- Bueno Gunther creo que de todas formas no sirve de mucho que no te perdone- él enarca una de sus cejas y seca sus mejillas- vamos a tener dos hijos- digo como si fuera obvio y asiente.
- Cierto- su mirada se torna oscura- pero debes prometerme que vas a esperarme.
- ¿Por qué?- pregunto con el ceño fruncido.
- Debo volver- niego a prisa, no quiero que se vaya- Tengo que terminar el contrato, no tengo toda la cantidad de dinero que impone la demanda así que o termino mi contrato o voy a la cárcel, juro que solo serán tres meses, no más que eso.
No aguanto mas y termino llorando, no quiero que se vaya, quiero que se quede a mi lado el tiempo que resta del embarazo, quiero mas momentos como estos, quiero a Gunther a mi lado, pero tampoco quiero que vaya a la cárcel la sola idea hace que mi cuerpo se estremezca, debo dejar mi egoísmo a un lado. Uno nuestros labios cuando estos están muy cerca, él toma mis mejillas y yo pongo mis manos hechas puños sobre su pecho. Nuestro beso es tan lento y lleno de emociones que no quiero que termine, Gunther mordisquea mi labio inferior para luego pasar su lengua muy despacio por este, enreda sus manos en mi cabello pero en ningún momento nuestro beso se vuelve desenfrenado, es mas bien un deleite de lo mucho que se han ansiado nuestros labios, y de lo mucho que se extrañaran cuando nos separamos, los siento tan inflamados y me hace tanta falta el aire, pero vuelvo a presionarlos sobre los suyos.
- Enserio te amo.
- yo también te amo Gunther.

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Una Noche
Chick-LitNada puede cambiar en una noche ¿o si? Claro que puede, ¡Maldito alemán mentiroso!