Capítulo 17

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Arrastro mi maleta por el living, le doy mis llaves a la rubia tras el mostrador pero ella me detiene, se que me veo horrible, mis ojos están rojos he hinchados pero me niego a quedarme un minuto más aquí.

- señorita O'donell- me giro a verla, ella trata de regalarme una sonrisa pero no lo logra más bien sale una mueca- aquí tiene su boleto de avión y la nota.

- quedese con ello- ella me mira con los ojos muy abiertos, pero sigo mi camino, no tengo que darle explicaciones.

Mientras avanzo a la salida las lágrimas se acumulan de nuevo en mis ojos, se que tengo que llamar a mamá para avisarle que no voy a volver, pero no puedo, se que a penas ella pregunte por él voy a llorar al igual que hace unas horas, también sé que Marián va a enojarse, pues he sido yo quien la obligó a acompañarme. Levanto mi mano para llamar un taxi y este se detiene frente a mi.

- al aeropuerto por favor- el hombre asiente.

Tomo mi teléfono para marcarle a Ian, se que esta preocupado por mí pero seré bastante breve con mi llamada, no quiero largarme a llorar aquí frente a este hombre.

- oh mi Dios, gracias al cielo has decidido llamarme- su voz suena agitada.

- voy a volver a Nueva York- digo lentamente y agradezco que mi voz no se quiebre.

- ¿Que?- él enserio se oye confundido- Megán estas preocupándome, ¿Qué es lo que pasa?

- Ian no puedo- vuelvo a llorar en silencio, tapando mi boca para que ningún sonido salga de ella.

- ¿Puedo hacer algo para que dejes de llorar?- niego a pesar de que él no me vea- he vuelto a salir con la chica del café, ella realmente me agrada, estudia periodismo y no ha dejado siquiera que la besé, es una chica difícil- por fin sonrió.

- ¿podrías ir por mi al aeropuerto?- escuchó su respuesta y cortó la llamada.

Miro por la ventanilla del auto y el espejo muestra mi reflejo, me veo peor que hace unas horas, mis ojos se han hinchado un poco mas y estan casi inyectados en sangre, mi pelo es una maraña de nudos y estoy bastante pálida, pero me niego a ser hipócrita y reprimir todo lo que siento, si quiero llorar voy a hacerlo, si quiero gritar lo haré, pero en este momento todo me supera. Solo he estado un mes con Gunther pero ese maldito alemán logró meterse tanto en mi corazón que duele, duele mucho saber que me dejo de esta manera, si tan solo me hubiera dicho que no me queria, que solo buscaba una noche de sexo a mi lado, se la hubiera dado y no hubiera tenido que pasar por todo esto.

El auto se detiene en frente del aeropuerto, le doy el dinero junto a una pequeña propina al hombre y voy hasta el mostrador para comprar mi boleto, el teléfono vibra en mis manos apenas me siento y solo ver su nombre me llena de cólera, tomó una gran respiración y digo todo el discurso que he hecho en mi mente por si esto llegase a pasar.

- eres un cobarde de mierda, solo me utilizaste y desechaste al igual que la maldita basura ¿pero sabes que?, no voy a gritarte y a repetirte que te odio o que has sido un error porque lo disfrute, disfrute sentirme bien a base de mentiras- aplaudo mientras sostengo el teléfono con mi hombro en mi oreja- ¿querías llevarme a la cama?, pues te felicito, has logrado llevarme a la cama, has logrado conquistar mi corazón y has marcado mi vida solo en un mes, pero hay algo que Megán O'donell no perdona nunca y ¿sabes que es?- oigo el silencio del otro lado y se que esta escuchando atentamente- las mentiras Gunther, odio las mentiras, odio que una persona sea tan miserable como para jugar con los sentimiento de una persona a base de mentiras, ¿sabes qué fue lo peor? que solo me viste como la presa perfecta para descargar tus malditos instintos de macho, eres un cerdo de mierda, incluso los cerdos reprimen más sus ganas que tu.

Corto la llamada y apago el telefono, no voy a negar que quiero llorar pero me siento mucho mejor, esperaba que él no fuera lo suficientemente tonto como para llamarme, pero al parecer siempre me equivoco respecto a Gunther, saco la tarjeta sim y la aplasto con el tacón de mi zapato, apenas le cuente todo a Ian, a Marián Agne, mi hermano y mi madre olvidare a Gunther, se que dije que no importaba si esto no salía bien, pero esperaba que fuera porque tendría que volver, no porque verdaderamente fuera cobarde.

(***)

Sus brazos se aferran con demasiada fuerza a cada lado de mis hombros, besa repetidas veces mi cabello mientras susurra cuanto le he hecho falta, en cuanto logró salir de su agarre, miró aquellos ojos azules que siempre han estado al pendiente de mi, por un momento me siento mal al ver como la tristeza los embarga pero después de ello veo como empiezan a tornarse negros por el enojo.

- ¿que te hizo Meg?- mis ojos vuelven a llenarse de lágrimas.

- el me dejo Ian- lloró en su pecho, estoy arruinando su camiseta con mi maquillaje pero a el parece no importarle.

- vamos por un café- seca las lágrimas con sus dedos pulgares mientras yo solo puedo asentir, tomo mi maleta y pasa uno de sus brazos por mis hombros.

Nos sentamos en el starbucks que se encuentra dentro del aeropuerto y una chica pone frente a nosotros nuestro pedido, Ian me mira fijamente mientras lleva el café a su boca, yo juego con mi suéter y paso mi mirada de él al suelo, las paredes y al café, no se como empezar, o tal vez si pero solo estoy aplazando mi dolor. Su boca se abre pero decido que es momento de acabar con esto de una buena vez.

- él solo se fue Ian, me dejo sola en un país que no conocía y lo hizo después de que cayera como una tonta y me entregara a él- sus ojos se agrandan para luego mirarme mal- no me mires asi, pense que era diferente, que todo lo que decía era cierto pero ya lo vez, se marchó sin darme una explicación, tal vez se dio cuenta  de que no era suficiente para el.

- deja de decir tonterías Megán, eres más de lo que un hombre podría desear- se levanta de su asiento y me rodea con sus brazos- para mi eres perfecta.

Mierda eso solo logra que llore con más fuerza, se que podre salir de esta situacion porque tengo a personas a mi alrededor que verdaderamente me aman, pero eso no quita el hecho de que ahora no duela, estoy consumida por el dolor de la pérdida, he perdido mi tiempo, mis sentimientos y mis te quieros en una persona que hizo lo mejor que sabe. Jugar con mi corazón al igual que con una pelota de fútbol. 

Una NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora