Capítulo 31

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Espero paciente a que el doctor entre a la habitación. Mis manos tiemblan demasiado y odio esta espera, Gunther e Ian se mantienen cada uno en una esquina, ninguno despega su vista de mí, mis dedos tamborilean en la cama, la pinza que tiene mi dedo se siente molesta pero no voy a quejarme, de un momento a otro la puerta se abre y el rostro de Hans lleno de preocupación aparece, sonrió e inmediatamente corre a abrazarme. Sus manos están en mis mejillas, el besa mis labios de manera dulce y escucho como alguien tose de muy mala manera haciéndonos separar.

- Debe estar calmada Dikoudis- Gunther aprieta el vaso de café que tiene en sus manos Ian solo nos ignora pero su rostro tiene una sonrisa.

- Es mi novia Müller, no seas celoso- por alguna razón el comentario de Hans no me gusta, no soy su novia nunca me lo propuso, sin embargo me callo porque no quiero otra pelea.

Todos nos quedamos en silencio por unos largos quince minutos, el doctor entra con mala cara y sé que lo que tiene para decirme no es nada bueno, mis ojos instintivamente se llenan de lagrimas, no me molesto en retenerlas porque todos los hombres que se encuentran aquí me han visto llorar. El pide que por favor salgan de la habitación pero Gunther alza su pecho y dice que es el padre de los bebes, desde que llegamos aquí ha estado muy preocupado, inclusive hizo que me atendieran antes de tiempo con un escándalo que por poco y logra que lo saquen de la clínica.

- Megán te dije que debías cuidarte- bufa- tuviste síntomas de aborto, los bebes no están creciendo como se supone deben de crecer, no tienen el peso adecuado y tu estas demasiado delgada a pesar de que tu vientre está creciendo, temo decirte que si eso sigue pasando pueden...-siento un gran nudo en mi garganta y no quiero que diga lo que creo que va a decirme, me niego a que eso pase, no puedo perderlos, no quiero- morir- termina por decir, Gunther toma mi mano y lloro con un poco mas de fuerza- tu embarazo es muy riesgoso por lo que he decidido que para que esto no siga pasando, pasaras el tiempo que termina tu gestación aquí, yo estaré al pendiente de ti.

Pongo mi cabeza en el pecho de Gunther quien acaricia mi cabello y muy asustado me dice que todo estará bien, no le creo, mierda yo solo quiero que me digan que esto es mentira que mis bebes están bien. No quiero estar en un hospital cinco meses de mi vida, no quiero que mi familia se preocupe o sientan culpa por no estar conmigo en este momento, odio esta situación, odio que Gunther haya decidió aparecer de la nada pero odio mas estarme sintiendo tan tranquila a su lado, odio también a Hans por querer competir contra Gunther, no soy un maldito premio al cual el mejor postor se lleva, pero también lo quiero, el que este aquí conmigo cuando todo esto se pone mal me hace saber que enserio le importo.

- Meg todo estará bien- vuelve a decir Gunther y esta vez salgo del agarre que no sé en qué momento hicieron sus brazos.

- No Gunther, nada va a estar bien ¿Por qué te fuiste? ¿Tan mala fue esa noche para ti? Porque déjame decirte que para mí fue una de las mejores noches de mi vida, pensé que me querías que en verdad había despertado bonitos sentimientos en ti pero parece que solo fueron fantasías mías ¿tienes una idea de cómo me sentí al despertar?- abre su boca para decir algo pero lo silencio- desperté y espere que me abrazaras, que me dieras un beso, que dijeras algo cursi o que incluso hubieras dicho algo pervertido como volver a repetirlo o esas malditas cosas que me decías- escondo la sonrisa que quiere salir de mis labios, tengo que expresar todo lo que he guardado- pero a cambio recibí una llamada, ni siquiera me di cuenta que algo iba mal, lo supe hasta que mis ojos fueron al armario y se dieron cuenta de que ahí no había nada, me habías dejado, me utilizaste y desechaste sin importar como me pudiera sentir- sé que es pronto para que mis bebes se muevan pero sin duda algo se ha movido- te entregue más que sexo Gunther y tu pudiste darte cuenta de ello en cada día que pasaba, no me importo un carajo si solo llevábamos un mes conociéndonos, yo quería mas de ti, lo quería todo.

- Estás hablando en pasado Megán- asiento- ¿sabes porque me fui?- niego, el bufa y se levanta de la cama- creo que yo...-aclara su garganta, limpia una lagrima que resbala por su mejilla y me da una última mirada- lo siento voy a dejarte ser feliz, pero no voy a separarme de mis hijos, aprenderé a ver feliz a la mujer que amo con otro, otro que en verdad la merezca.

Mi corazón se oprime al escucharlo decir esas palabras, una parte de mi se siente aliviada de no tener que aguantar a Gunther todo el tiempo encima de mí, pero la otra simplemente está llorando en un rincón, ansiando que Gunther hubiese dicho que haría hasta lo imposible para estar a mi lado, pero ya ven los príncipes azules no existen, de igual manera no me cruce con un príncipe, tampoco ansiaba uno pero hubiese querido que Gunther hubiese dado más.

(***)

- Megán ¿me estás oyendo?- asiento hacia Hans- ¿Qué es lo que pasa? has estado actuado muy extraño desde que Müller salió de aquí.

- Yo te quiero Hans enserio lo hago.

- ¿Pero?- el vuelve a acercar la cuchara a mi boca y trago- no temas decirme las cosas Megán no es como si fuera a rendirme así como así.

Niego a prisa, aquí está la gran diferencia entre Gunther y Hans, el no se da por vencido cuando las cosas se ponen feas, es todo un caballero y sin duda parece uno de esos príncipes de Disney, lastimosamente yo no me siento una princesa, puede que con Hans las horas se pasen volando y que a su lado me siento mucho mas cómoda pero desde que Gunther apareció no logro sacarlo de mi cabeza, el que Hans me haya dicho lo anterior solo logro hacerme pensar más en Gunther, no quiero herirlo, pero siento que estar a su lado es lo correcto, es lo que merezco pero hay un gran dilema aquí. Estar y sentir son cosas demasiado distintas.

Una NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora