Capítulo 5

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Mi cabeza daba vueltas, el contacto que había tenido con Ian se había esfumado, ahora él me miraba desde el umbral de la puerta con el ceño fruncido, mientras yo tenía un serio debate en mi cabeza, no sabía qué hacer ahora, ¿Qué tal si lo lastimaba? O ¿Qué pasaría después de esto?, de seguro él se alejaría si yo llegase a rechazarlo.                                                                         
- Meg no le des vueltas- acuno mis mejillas en sus manos- yo solo me refiero a esto, me gusta cómo me haces sentir después de tener sexo, no me haces sentir incomodo, ni un juguete, ambos disfrutamos, pero yo solo quiero esto.

- ¿o-osea que no te gusto de esa forma?- él negó y pude por fin soltar el aire que no sabía que estaba reteniendo.

- eres mi mejor amiga, no voy a arruinarlo enamorándome de ti, esto es solo sexo- asentí agradecida- pero me duele que hayas reaccionado de esa forma.

- Ian, tú también eres mi mejor amigo, ¿Cómo quieres que reaccione?-bese la punta de su nariz- tampoco quiero perderte por una estupidez como esta.

- lo siento no debí haber dicho eso- hundió su rostro en el hueco de mi cuello.

- me diste un susto de muerte- reí.

Nos quedamos un buen rato aclarando las cosas hasta que por fin salió por la puerta dejándome sola, Salí de la bañera y me decidí por una ducha, ya me había relajado lo suficiente, lave mi cabello con el nuevo shampoo de chocolate que había comprado, refregué mi cuerpo con la esponja y quite todo rastro de espuma de mi cuerpo. Me puse el pijama que había llevado al baño y al salir del baño, Ian pagaba la comida, cosa que me disgusto porque se suponía él era mi invitado.

- no debiste pagarla- metí un poco de tortilla a mi boca- siempre pagas mi comida.

- tú siempre me dejas follarte- se encogió de hombros, por poco y me atraganto con la comida.

- ¿osea que me pagas por el sexo?- puse mi mejor cara de enojo.

- ¿Qué?- sus ojos se abrieron de par en par- No, Meg no me refiero a eso, osea, no, claro que no, sabes que....

Apreté mi estomago en mis manos mientras reía por la cara de horror que había puesto, no podía creer que se lo haya creído, lo conocía perfectamente para saber que Ian jamás haría ese tipo de cosas, si algo le sobraba en su vida eran las mujeres, pero ¡vamos! El chico era todo un adonis, cabello castaño oscuro, ojos del mismo color del océano y un cuerpo perfectamente trabajado, él tenía el paquete completo. Cualquier chica incluyéndome a mi alguna vez había tenido fantasías con él, incluso fue por eso que decidimos ser amigos con derechos.

Recuerdo ese día perfectamente, me había pasado un poco de copas y la verdad empezó a salir a la luz, recuerdo haberle dicho cada fantasía que tenia con él antes de irme a dormir. Esa noche como todo un caballero solo me dejo en mi cama y se acomodo en el sillón, pero al día siguiente, después de bañarme y prepararme el desayuno su boca ataco la mía de manera voraz, al principio quede en shock y no correspondí su beso, pero una especie de flash back vino a mi mente recordando todo lo que había hecho la noche anterior. Había sentido mi cara tan caliente que incluso si ahora me tocaba podía sentirla de esa forma.

Después de ese día nuestros encuentros no pararon por un tiempo, luego llego mi segundo novio "Roger", jamás había visto a Ian tan enojado cuando le conté sobre él, me repitió muchas veces que no era el hombre para mí, pero me había encaprichado tanto con él que no le preste atención, cuando terminamos, tuve que aguantar sus tontas palabras de "te lo dije" a diario.

- oye Meg ¿Por qué estas tan acalorada?- su burlona voz me hizo salir de aquel maravilloso recuerdo- ¿Qué piensas?

- en la primera vez que tuvimos sexo- ahora el que se atraganta es él, palmeo su espalda y decido cambiar de tema- Me quedare el resto de la semana aquí, tengo todavía muchas cosas por resolver y quiero pasar un poco más de tiempo contigo.

- ¿piensas sustituirme por un alemán?- lleva con dramatismo la mano a su pecho y se limpia una lágrima imaginaria- porque cariño juro que soy mejor en la cama que cualquier alemán- golpeo su pecho.

- todos sabemos que los alemanes tienen buena fama de ser buenos amantes- subo y bajo mis cejas- pero tranquilo puedo traerte a Agneta, ella es una fiera- Ian hace una mueca, jamás le ha caído bien mi amiga.

- no quiero saber nada de esa loca- su cuerpo se estremece- aún siento mis bolas adoloridas.

(***)

Salgo de casa enfundada en mi abrigo color crema, la sombrilla que pensé, iba a ser más resistente para la lluvia que no cesa se está haciendo añicos con toda esta agua, incluso mis medias ya empezaron a mojarse, decido ignorar todo aquello y seguir mi camino a pie, me niego a pagar un taxi si solo tengo que caminar tres calles.

El café está abarrotado de tanta gente, pero logro distinguir a Marián con su hermosa cabellera rojiza recogida en un moño, sus verdes ojos buscan por toda la tienda tratando de encontrarme, me acerco a empujones y malas palabras de algunos hasta la mesa donde ella se encuentra, carraspeo un poco y su mirada se posa en mi con una sonrisa. Se levanta con rapidez empujando al chico que se encuentra a mi lado, me estruja entre sus brazos y un jadeo sale de mi boca al sentir como saca todo el aire de mis pulmones.

- oye algunos somos mortales y necesitamos aire- ella me suelta.

- lo siento Meg, pero mira que hermosa estas- me señala con su dedo de arriba/abajo.

- oh no, aquí la hermosa eres tú- la estrecho en mis brazos- te extrañe mucho.

- soy una belleza natural- ella da una vuelta en su lugar, algunos se giran a verla con curiosidad-  también te extrañe Meg, no puedo creer que hayan pasado seis meses desde la última vez que te vi.

- eres una maldita pelirroja egoísta- la señalo- dijiste que te quedarías dos meses en el salvador y te quedaste mucho más de lo planeado.

- cariño trabajo es trabajo- ella se sienta y la sigo- además, conocí a un chico bastante guapo que me hizo disfrutar de mi estadía allí.

Me hecho a reír, Marián jamás va a dejar de sorprenderme, pero antes de que continúe, decido informarle sobre mi viaje a Alemania, los encuentros con Ian y lo ocurrido en casa de mi padre, ella se sorprende con cada cosa que le digo, acerca de lo que Jeremy me hizo.

- deberíamos ir y castrar a ese idiota- niego, ella sonríe.

- qué tal tú- bebo de mi café que no sé cómo no había visto antes.

Ella me cuenta con lujo de detalles por todo lo que paso allí, pero todo son cosas buenas, en su relato jamás me dice el nombre del chico y supongo que no fue nada serio pues Marián jamás obviaría ese detalle. Al terminar una fantástica idea se me ocurre, ella al igual que yo está de vacaciones.

- ven conmigo a Alemania- junto mis manos y muevo más rápido mis pestañas.

- no lose Meg- hace una mueca con sus labios.

- juro que te vas a divertir- ella me mira con los ojos entrecerrados, se que tiene familia y ansia visitarla pero Marián no se divierte desde hace mucho- por favor, quiero pasarla bien con mi mejor amiga.

- está bien- sonríe, en ese momento chillo.

Estas serán unas vacaciones bastante interesantes.

Arriba les dejo a Marián.
La hermosa susan coffey

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