Capitulo 18

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inhalo con fuerza llenándome de valor ante la mirada expectante de todos tras la cámara, esta vez mis ojos no estaban hinchados ni mi maquillaje estaba corrido, esta vez me veía impecable. Gire mi rostro para encontrarme con la mirada azul de Ian y como siempre esta me brindó seguridad, volví a posar mis ojos mieles sobre los de mamá y de nuevo me solté a llorar.

Ella puso su mano sobre la pantalla como si tratará de consolarme, Ian rodea mis hombros mientras yo me aferro con fuerza a su brazo, estoy demasiado herida, el corazón aun duele y tal como dijo mi castaño este dolor perdurará un poco más.

- ¿que es lo que pasa Meg?, ¿por qué Ian esta allí contigo?- Marián parece preocupada al igual que Agne, mi hermano se levanta furioso del lado de mi amiga y gira un poco la cámara para que esta se enfoqué en él.

- ¿que te hizo?- gruñe, miro directo a sus celestes ojos, las lágrimas se han acumulado y hecho que la vista se me nuble, mi garganta esta anudada pero mi hermano parece no entender mi dolor- ¡¿Que mierda te hizo Megán O'donell?!

-¡No la grites joder!- Agne lo empuja con fuerza, ahora la cámara esta enfocada en ella.

- estoy en Nueva York- veo cuatro pares de ojos abrirse y aprovechando suelto la gran bomba- él me ha dejado.

Doy por finalizada la videollamada, me levantó de la cama temblando, tanto por el enojo como por las ganas de llorar que tengo, han pasado cinco días desde lo ocurrido y la maldita curiosidad por saber que contenía la carta me a hecho llamar al hotel, lastimosamente la carta junto al boleto han sido desechados, observo por la ventana de mi apartamento las personas que corren apresuradas con su paraguas y hago una mueca, el cielo esta igual de oscuro que hace dos días.

Flash back

- Ian necesito beber algo- quito la botella de vino de sus manos llevándola a mi boca y dando un largo sorbo- ¿sabes como me siento?- él niega- destrozada, usada, tonta- cuento con mis dedos dándole otro sorbo a la botella- engañada, desilusionada, enojada, con ganas de querer degollarlo.

- deja de beber Megán- vuelve arrebatar la botella de mis manos, ante su atenta mirada destapó otra botella de vino, esta vez blanco, y lo llevó a mis labios.

- voy a llamarlo- me he bebido mas de la mitad de la botella en unos segundos y empiezo a sentirme mareada.

- ¿estas loca?- niego, corro con la botella en mi boca y tomó mi teléfono, acabó la botella, mientras marco su númeroal escuchar su voz, mi corazón se detiene.

Parece que esta agitado, observó el reloj de pared dándome cuenta de que allí ya es de madrugada, pero eso no es lo que llama mi atención, sino la música de fondo que oigo, las voces femeninas también se unen pero la más clara de todas es la de una chica que le pide que vayan a otro lugar para terminar lo que empezarón.

(***)

Secó las lágrimas que de nuevo han empezado a brotar,  con rabia me quitó el vestido que Ian me había obligado a ponerme y quedó en ropa interior ante su atenta mirada, corro al baño y cierro con pestillo la puerta antes de que él siquiera pueda llegar a mi.

- abre la puerta Meg- odio que use ese tono de voz conmigo, ese con el que tratan a las personas enfermas para calmarlos.

- no voy a suicidarme si es lo que crees- lo oigo resoplar para luego marcharse.

El reflejo que me da mi espejo es penoso, todo mi delineador se ha corrido al igual que el rímel, tengo ojeras, mis ojos ya no tienen brillo e incluso estoy pálida, he perdido peso en solo cinco días y creo que me odio. Detesto estar así por un hombre que después de esto ha ido a acostarse con cualquier zorra o cualquier estúpida que se ha sentido atraída por él. No se cuanto tiempo permanezco frente al espejo pero cuando observo por la ventana, ya esta oscuro, bufó mientras entró a la ducha, el agua calentita me relaja y destensa mis músculos. Necesitó volver a ser la misma Megán de hace una semana, por más que duela debo ocultarlo o asimilarlo, después de todo él no volverá.

(***)

Domingo por la mañana y yo solo miraba hacia la pared, tenía mi pijama de corazones, unas pantuflas y mi cabello estaba recogido en un moño, Ian no se había despegado de mi en ningún momento, incluso había traído parte de sus cosas a mi departamento, para poder estar al pendiente lo más que podía, excepto cuando debía ir a trabajar, esos días me quedaba sola. Inclusive había empezado a tener pesadillas, todas ellas con Gunther repitiendo que nunca había sido suficiente para él.

- ¿Quieres desayunar?- asenti sin despegar mi vista de la pared- ¡Basta Meg!- me sobresalte por su grito- he sido paciente contigo, he tratado de que sonrías toda la semana pero tu pareces querer morir allí sentada, llorando por un hombre que ahora esta follando con otra, uno que no supo valorarte y uno que no a hecho ni el más mínimo intento por buscarte- quería gritarle pero todo lo que salia de su boca era verdad.

- él me hizo una carta- término diciéndole y parece que ahora se enoja más.

- ¿crees que eso es una justificación?- no digo nada, él sabe cual Sería mi respuesta- fue un idiota Megán, te dejo sola, prefirió largarse de tu lado mientras dormías, una maldita carta no justifica nada- quiero reprocharle pero me silencia- se que volverás a decirme esa mierda que posiblemente se haya ido por algo importante pero eso es mentira, si te hubiera tenido el más mínimo cariño te hubiese despertado para que le dieras su apoyo, para que estuvieras ahí a su lado sin importar que cosa era. Te amo Megán, eres mi mejor amiga y me duele verte de esa forma, perdoname si he sido duro pero quiero a mi Megán de vuelta.

- tu solo quieres follarme- sonrió y lo rodeo con mis brazos.

Amó a Ian, el siempre sera mi apoyó en cualquier situación y ahora más que nunca se que he estado al lado de una grandiosa persona, una que sin importarle como me encuentre jamás me dejará. ¿Por qué no fuiste tú de esa manera?

¿no es lindo Ian? Creó que tendré muchos sueños eróticos jajajaja. Se los dejo arriba

El domingo haré un pequeño maratón *-* las quiero y gracias por su apoyó.

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