Capítulo 38

66.7K 4.4K 28
                                    

Redacte con mucha calma el contrato que Irvin me había pedido con urgencia, porque si, yo seguía trabajando después de todo, me encargaba de organizar su agenda y enviársela al correo, de contactar sus proveedores y clientes para la compra o envió de productos. Era algo agotador pero por lo menos podía entretenerme un poco, los gemelos estaban moviéndose un poco más desde que Gunther se fue y aunque aveces dolía era magnífico sentirlos.

Gunther había estado llamando cada noche, aveces su voz se escuchaba demasiado decaída pero en otras ocasiones esta transmitía tanta felicidad que lograba contagiarme aunque no estuviese bien. Sabia muy bien que le alegraba el hecho de que las cosas se estuviesen arreglando pero también sabia que tanta felicidad se debía a que amaba lo que hacia.

- ¿Se puede?- quite mi vista de la lacto por un momento, mi cerebro pareció haberse muerto por unos minutos para luego hacer que una gran sonrisa se expandiera en mi rostro

- Si, por supuesto que sí- me encogí de hombros, él parecía dudar pero al fin de cuentas lo hizo entro un poco incomodo a la habitación y se sentó en el borde de la cama.

- Traje esto para ellos- extendió dos osos de peluche ambos con un pequeño balón en cada pie.

- Oh a Gunther le encantaran- en cuanto mencione su nombre sus labios hicieron una mueca, una que disimulo muy bien con un pequeña sonrisa.

Me parecía bastante extraño que ninguno de los dos supiera que decir, eramos mejores amigos nunca nos había pasado algo como esto, ni siquiera esa vez que dijo que yo le gustaba pero debía aceptar de una vez por todas que era una mala amiga, él solo se estaba preocupando por mi, al fin y al cabo fue una de las únicas personas en verme tan vulnerable y deprimida hace unos meses atrás, pero también debía comprenderme, según lo que Marián había dicho mis ojos tenían de nuevo ese brillo que apareció en Alemania al tenerlo conmigo. Su mirada iba de mi a mi vientre cosa que solo hizo hacerme sonreír, si estaba mas grande e inclusive pequeñas estrías habían aparecido en el por haberme rascado.

- Estas muy hermosa Meg- su mano fue a parar a mi vientre, a pesar de que Ian conocía cada parte de mi cuerpo no pude evitar sonrojarme cuando subió la bata para verlo mejor- oh mira tu ombligo a empezado a salir.

- No vayas a tocarlo duele mucho cuando lo hacen- dejo un beso por encima de este- ¿que te trae por aquí?

- Bueno digamos que estuve pensándolo mejor y me di cuenta que era un idiota al dejar a mi mejor amiga aquí sola- hubo un pequeño movimiento, Ian abrió mucho sus ojos para después hacer lo mismo esperando que los bebes lo hicieran de nuevo- ellos van a amarme, pero volviendo al tema me hacías mucha falta Meg, sigo enojado por tu estúpida idea de volver con él pero siempre has sido muy lista así que supongo que esta vez sabrás llevar con mas calma las cosas.

Me encogí de hombros porque no sabia que iba a salir de todo esto, esperaba fuera algo bueno pero no lo sabia, el tiempo y las acciones lo dirían todo. Nos quedamos hablando por un rato mas y la tensión que se había formado de a poco se disipo, no había cambiado mucho desde que nos habíamos alejado y me encantaba eso porque no quería perderme de ningún detalle en la vida de Ian, Cuando la enfermera apareció por la puerta para avisarnos que las horas de visitas acababan en unos minutos nos despedimos, Ian prometió venir después del trabajo o cuando pudiera cosa que agradecí porque odiaba sentirme tan sola.

- Quiero hablar con el alemán- su cara seria me hizo reír- dale mi número, te amo Meg.

- ¡también te amo Ian!- grite cuando por fin salio.

Una especie de alivio me invadió, tenia incluso mas de lo que pedía unos amigos excepcionales que estaban para mi en cualquier situación y un hombre idiota que se preocupaba en exceso por mi. Lo único que le pedía a la vida es que mi felicidad perdurara mucho tiempo

(***)

- Me siento agobiado Megan- Gunther paso ambas manos por su cabello dejándolo bastante despeinado.

- Pero hace unos días estabas muy feliz ¿Que paso?- termine de comer las galletas su rostro lucia pálido, había unas muy grandes ojeras y sus labios estaban agrietados- no luces nada bien Gunther ¿seguro que estas comiendo y durmiendo bien?- asintió.

- Lo hago Meg, juro que es así pero últimamente me he estado sintiendo demasiado deprimido esta oportunidad realmente no me trajo lo que yo pensaba- lleva una taza de supongo es café a sus labios- pensé que esto traería a mi vida ese tipo de felicidad de la que no puedes explicar pero lo único que hizo fue robármela, te extraño demasiado Meg y para mi no es suficiente solo verte tras una pantalla, quiero estar ahí a tu lado abrazándote o susurrándole cosas a tu vientre, esperando que uno de los niños haga acto de presencia con mis palabras, pero no estoy ahí, estoy solo en una habitación de hotel contando los segundos, minutos y horas que faltan para terminar con esto, ¿vez lo miserable que soy? amo jugar al fútbol ¡Dios! eso es mi vida, pero esto se me esta haciendo una tortura, no es lo que quiero lo veo mas como una obligación que algo que en verdad amo hacer.

- No se que decirte Gunther- digo sinceramente- También quiero poder tenerte a mi lado, pero ambos sabemos que por ahora eso es realmente imposible, prefiero que estés allí a que vayas a una cárcel por incumplimiento de términos, así que no te preocupes, solo piensa en que pronto estarás junto a nosotros- él me regala una de esas hermosas sonrisas y cambia el tema de conversación.

Odio cuando hace ese tipo de cosas pero se que no quiere sentirse triste o hacerme sentir de esa manera, al igual que él, también quiero que este a mi lado, me deprime mucho tenerlo tan lejos pero no quiero poner mas peso sobre sus hombros, suficiente tiene con su manager siendo un dolor de culo. Gunther hace una voz muy graciosa al hablarle a mi vientre pero los bebes no se mueven, cuando tenemos que terminar con la vídeo llamada ambos tenemos una gran sonrisa, Gunther repite muchas veces que me ama y espera que el tiempo pase rápido para volver a mi lado, yo por el contrario solo lo hago prometerme que se cuidara y no se ira tras las faldas de una italiana cosa que lo hace sonreír.

- te amo demasiado Gunther Müller.


Una NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora