Los dolores en mi vientre aumentaban con cada segundo que pasaba, estaba demasiado asustada ellos aún no deberían nacer sin embargo el dolor iba en aumento, lo mas extraño era que no podía llorar mi único alivio era morder la almohada para ahogar mis gritos de dolor.
- ¿Quieres que llame a Gunther?-negué.
Hace unos días se había cumplido el tiempo establecido para terminar el contrato, sin embargo Gunther aún no había vuelto, las cosas se habían puesto un poco rudas respecto a él abandonando su gran oportunidad y su representante que hasta ahora sabia era su padre no iba a permitirle perderla.
- ¿Entonces que hago Meg?- Ian lucia demasiado preocupado- estoy muy asustado tú estas allí sufriendo cuando eso no debería suceder justo ahora.
Ian tenia razón, recién tenia cerca de ocho meses, después de mi cumpleaños los estrictos cuidados porque según mi doctor mi matriz era demasiado débil me habían dejado agotada, tanto así que los días se me habían pasado volando. Peor aun era saber que entre Gunther y yo las cosas no mejoraban, después de mi negativa a su petición de matrimonio se había vuelto un tanto distante, seguía llamándome por las noches y haciéndome reír pero la palabra te amo que tanto había costado salir de mis labios ya no salia de los suyos. Todo era un caos en mi vida pero igual no cambiaría nada.
- Llámalo- dije rendida ante su insistencia y frustración por verme así- pero no vayas a preocuparlo demasiado, tú mas que nadie sabes como están las cosas justo ahora así que... solo dile que me encuentro un poco mal.
-¿Un poco?-dijo Ian con una mueca- ¿me estas jodiendo Megan? porque si justo ahora estas jugando conmigo juro que voy a ser yo quien te haga estar "un poco mal" has estado retorciéndote del dolor sin contar con que justo ahora no estas llorando sino quejándote y eso no es nada bueno, si alguien aparte de mi debe saber como estas es ese alemán descorazonado quien no se ha dignado a aparecer por aquí- quise hablar pero como siempre Ian me detuvo con un grito- ¡No vayas a defenderlo justo ahora! lo he tolerado porque te quiero demasiado Meg, pero no es justo que tu sola estés llevando todo esto, al igual que tú él también fue participe en la creación de mis sobrinos.
- Me duele mucho Ian- esta vez si llore, derrame cada lagrima que por horas había estado deteniendo para no verme débil.
Lo escuche salir y gritar por mi doctor, esperaba el pudiera ayudarme un poco mas de lo que ya lo hacia para que mis bebes pudieran estar un poco mas de tiempo en mi vientre, había estado leyendo sobre bebes prematuros después de enterarme que todo lo que me había pasado era a causa que mi matriz era demasiado débil sin embargo era casi un milagro que hubiera superado los tres meses de embarazo. Tras buscar por horas en la laptop encontré un articulo muy cruel sobre ese tema, algunos de los bebes prematuros no lograban sobrevivir y mueren durante, después o algunos días del parto, yo no quería eso, tenia demasiada fe en que eso no ocurriera pero no podía quitar las feas imágenes o sueños que de vez en cuando atacaban a mi cabeza.
Cuando pensé que el dolor había terminado otra punzada de dolor ataco mi vientre, grite porque había dolido mas que las otras veces, gracias al cielo el doctor entro en ese momento muy apresurado tras el venia Ian hablando muy acalorado por el teléfono, sabia perfectamente que lo hacia con Gunther porque el jamas actuaba de esa manera a menos que se tratara de él, sin embargo no le preste atención, me concentre en decirle al doctor todo lo que me había estado pasando desde hace unas horas, su rostro se descompuso un poco al escucharme y de inmediato llamo a una enfermera.
- Puedo ayudarte pero eso solo durara unos días Megán- asentí- vamos a suministrarte un fármaco que ayudara a detener las contracciones para así poder suministrar betametasona, esto acelera en gran medida la madurez pulmonar fetal, que dura uno o dos días para ejercer su función-volví a asentir para que supiera que lo estaba escuchando- el fármaco que te voy a suministrar puede demorar el trabajo de parto algunos días, haré todo lo que este a mi alcance para que tú y los niños estén bien ¿estas de acuerdo con esto?
- Si, pero por favor haga que pare este dolor- el doctor asintió.
- Esperemos todo salgo bien, Megan.
(***)
Después de varios análisis y de suministrar correctamente lo que me había dicho el doctor estaba exhausta, mis ojos pesaban demasiado pero no quería dormir, necesitaba saber lo que sea que le haya dicho Ian a Gunther, sus manos acariciaban mi cabello mientras yo intentaba que mis ojos no se cerraran ante sus caricias, había estado evadiendo el tema desde que todo acabo y era tiempo de que hablara, pero entre mas acariciaba mi cabello mis ojos pesaban más, decidí dejar solo por un momento dejar pasar las cosas y dejarme llevar, necesitaba reponer energías después de todo el doctor había dicho que el tiempo máximo era de cuatro días y esperaba estar en muy buenas condiciones para ese tiempo.
(***)
- ¿Estas seguro de que esta bien?- su voz sonaba lejana pero era demasiado clara, reconocería esa voz en cualquier lugar del planeta.
- No lose- gruñó Ian, abrí uno de mis ojos y casi quise gritar de felicidad al ver quien se encontraba a mi lado- ha dormido por mucho tiempo pero eso es normal según el medico.
Apreté una de sus manos para que supiera que me encontraba despierta, sus ojos verde oscuro me escanearon de arriba-abajo, aquel brillo no se había ido de ellos, en menos de un parpadeo me vi envuelta en sus brazos, su perfume inundo mi nariz haciéndome inhalar profundo, hasta ese momento mis brazos se habían quedado inmovilizados a cada lado sin corresponder a su abrazo, tomó mi rostro entre sus manos, sus lindos ojos verdes me tenían atrapada.
- No sabe cuanto la extrañe señorita O'donell- Sonreí como hace mucho no lo hacia.
- También te extrañe Gunther- esta vez sus labios se presionaron con los míos por un momento- tengo mucho miedo.
- Yo sé que todo estará bien cariño- beso mi frente, me abrace a su torso con mucha fuerza.
Quería creer en sus palabras, quería poder quitarme el miedo que se había instalado en mi pecho, quería que todo estuviera bien ese día. Ahora sólo me quedaba pedirle al cielo y al destino que no fueran tan injustos conmigo y me dejara ser feliz.
Lastimosamente temo decirles que la historia pronto llegará a su fin, el próximo capitulo será narrado por nuestro alemán tratare de subirlo hoy o mañana temprano. Gracias por sus votos y comentarios los aprecio mucho.
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Una Noche
ChickLitNada puede cambiar en una noche ¿o si? Claro que puede, ¡Maldito alemán mentiroso!