ANULI

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GUNTHER...

Cuando alguien pregunta por tu estado civil y respondes que estas casado sueles escuchar a las personas decir lo horrible, desastroso y tortuoso que resulta estarlo, pero durante estos años, las peleas, reconciliaciones, días buenos o malos me han hecho saber que no todo en el matrimonio resulta desastroso, me gusta tener a Megan a mi lado cada mañana, compartir un desayuno o simplemente una charla donde cada uno pregunta por su día, es agradable, pero el matrimonio no es nada mas que un titulo o un acto religioso que tomamos como costumbre, lo verdaderamente importante es la convivencia y paciencia con la que llevamos aquella vida, aveces quiero salir huyendo pero tengo tres razones más por las cuales quedarme.

Matthew, Gareth y Anuli .

Esta ultima ha logrado traer tanta felicidad a nuestras vidas que me parece irreal tenerla para nosotros, cada vez que vamos por la calle la gente se detiene a observarla, algunos comentarios sobre ella no teniendo ningún parecido a Megan o a mi resultan ofensivos, otros son mas amables pero de igual forma no ven con muy buenos ojos nuestra hija. Para tener ocho meses, es una niña bastante activa, se mantiene despierta hasta altas horas de la noche y realmente no es muy glotona, es mas bien de las que le gustan que le cuenten historias o acaricien su cabello, aunque desde que esta junto a nosotros se ha aferrado a la manta que le dejo su padre, supongo que aun siendo tan pequeños ellos saben a quien realmente pertenecen.

- ¿Que haces ahí?- veo a Megan terminar de ponerse sus aretes y luego se pone de espaldas a mi para que suba la cremallera de su vestido, me tomo mi tiempo subiéndolo porque me encanta hacer estremecerla y que su espalda se arquee haciendo que su trasero se presione contra mi entrepierna- basta Gunther vamos tarde.

- No voy a ir amor- se gira con tanta brusquedad que su cabello golpea de manera dolorosa mi rostro- oye cuidado.

- Vas a ir- me señala con su dedo pero niego- entonces no esperes nada de mi Gunther, sabes que esto es importante para mi.

- No conozco a nadie Meg.

- Yo tampoco conozco a las personas cuando frecuentas a tus eventos pero siempre estoy a tu lado- parece que va a llorar y antes de que pueda decir algo ella se aleja.

Se a la perfección que Megan es muy dramática y que a pesar de siempre halagar sobre ser una mujer madura no lo es, pero justo ahora tiene razón, ella siempre esta a mi lado cada vez que lo necesito sin importar que sea.

(***)

Ver tantas personas en trajes caros me provoca risa, sigo sin acostumbrarme a ello, los gemelos tienen un lindo esmoquin y Anuli un vestido rojo esponjoso similar al de Megan, a lo lejos veo a Agnet con un vestido de mangas largas azul y su ya abultado vientre, Thomas no deja de mirarla pero ella se ve tan entretenida charlando con su hermano que siento pena por mi cuñado.

- Gunther- casi siento que el aire se sale de mis pulmones cuando escucho esa voz- Mi Gunther.

- No- me alejo antes de que si quiera me toque- ¿Qué haces aquí? Se supone esto es algo privado.

- Gunther- es lo único que dice y me molesta que diga mi nombre, siento rabia, demasiada.

Por unos largos minutos me quedo viéndola y no puedo creer que este frente a mí, han pasado muchos años desde la última vez que la vi y luce...diferente. No se porque no puedo mover mis brazos y rechazarla cuando se tira encima de mi hombro y llora mientras se aferra a mi cuerpo con fuerza, pide perdón tantas veces que siento poco a poco el desprecio hacia esa palabra.

Me percató de que estamos siendo el centro de atención y el blanco de algunos pocos periodistas que asistieron al evento, gracias a Dios no soy yo quien la hace a un lado sino Megan que muy disimuladamente logra hacer un hueco entre ambos y abrazarme.

Una NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora