Mis ojos se abrieron de par en par al mismo tiempo en que un grito desgarrador salio de mi garganta, mi brazo estaba conectado a una maquina que emitía un sonido irritante, lleve mis manos a mi vientre en cuanto estas estuvieron en el, otro grito salio de mi garganta. Mire en todas las direcciones tratando de encontrar algo que me ayudará a alivianar el dolor porque morder mi labio hasta sentir el sabor metálico de la sangre lo hacia empeorar. La herida quemaba como fuego, dolía como, no mierda el dolor no podía describirlo.
- Despertaste- su voz acompañada de una risa me hizo girarme en la cómoda cama.
Si, cómoda porque esto no parecía un maldito secuestro, desaparición, rapto o como quieran llamarlo, la habitación estaba bastante limpia y amueblada. Las paredes de un lindo color celeste con nubes, estrellas y una luna en color blanco, hacían de esto alguno espeluznante, aunque lo que mas destacaba de aquello era el gran arco de flores con la misma tonalidad de los otros dibujos rodeando la puerta.
El piso parecía tener una alfombra de peluche blanca, un par de muebles en un color mas oscuro al de las paredes, el pequeño estante con un montón de libros infantiles hicieron que un nudo se instalara en mi garganta trayendo el recuerdo de mis pequeños, ahora el dolor físico no era tan grande como el que sentía en mi pecho al recordarlos.
- ¿Te perdiste? Porque he estado hablándote desde hace un tiempo pero tu solo ves de un lado a otro en la habitación- sino fuera porque justo ahora me encontraba herida y con un horrible dolor en mi vientre hubiese hecho girar su rostro con un buen golpe- estas en la casa de Amanda, esta es la habitación de su pequeña hermana- explico como si estuviese leyendo mi mente-solo estaremos aquí por un tiempo, luego iremos hasta Canadá y de allí buscaremos un vuelo que nos lleve a algún país donde no sea fácil rastrearte, ya sabes- se acerco a mi rostro para susurrar- no queremos que el molesto de tu novio nos encuentre.
- Déjame ir- susurre con las pocas fuerzas que me quedaban, mi garganta ardía, la quemason al hablar era horrible.
- Megan, Megan, Megan, siempre tan inocente- se levanto de la cama tocando de manera distraída su barbilla, salio de la habitacion como si nada dejándome de nuevo sola, aunque prefería eso a ver su maldito rostro.
No iba a darle la satisfacción de verme derramar alguna lagrima porque no iba a mostrarme débil frente a él, volví a llevar mis manos en mi vientre pero en ese instante la chica rubia entro a la habitacion con una jeringa en sus manos, me removí un poco pensando que de nuevo iba a inyectarla en mi para hacerme caer en la inconsciencia pero ella solo la puso en la pequeña bolsa que enviaba lo que fuera a mi cuerpo. Ni siquiera quería mirarla ella también era culpable de que yo estuviese aquí.
- Siento que estés aquí, pero no tengo opción... solo soy una chica idiota, enamorada de un hombre que esta loco y obsesionado por ti, esta es mi manera de demostrarle que lo amo- mierda estaba en manos de dos locos- seguir todos y cada uno de sus descabellados planes- se encogió de hombros como tratando de quitarle importancia- ¿sabes? todo estaba planeado desde hace mucho, aunque pareció salir mal a ultima hora- hizo un estúpido mohin que me hizo poner mas nerviosa y furiosa de lo que ya me encontraba- tu chico es bastante desconfiado, él ni siquiera salio por completo de la sala en la que te encontrabas. Cuando intentamos sacarte de allí, él se interpuso y tuve que dormirlo con esto- saco otra pequeña jeringa de su bata- fue bastante doloroso porque Jeremy no tenia la suficiente fuerza para sostenerlo, tu novio estaba muy cabreado así que tuve que inyectar esto con mucha brusquedad.
Mis manos instintivamente fueron a su rostro para arañarlo con fuerza, ella no hizo mas que reír y decir cuan tonta era porque mi herida empezaba a abrirse. Llore, porque aunque no quería hacerlo esta situación estaba consumiéndome, necesitaba ver a los niños, a mi familia, a Gunther, necesitaba que alguien me pellizcara porque esto solo era una maldita pesadilla y en cuanto mis ojos se abrieran todo iba a estar bien. Deje de gastar mis fuerzas en la maldita mujer que tenia a mi lado, Jeremy apareció con una sonrisa, entre sus manos había una pequeña bandeja con galleta y jugo, enserio esto parecía más una reunión para tomar el té o alguna de esas cosas.

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Una Noche
ChickLitNada puede cambiar en una noche ¿o si? Claro que puede, ¡Maldito alemán mentiroso!