En el transcurso de su niñez Justina había sido acariciada frecuentemente por la modista de su madre. Ahora que se sentía sola y abandonada por su hermana, decidió buscar a aquella mujer para pedirle ayuda en su desdicha presente.
La modista era una mujer bajita y corpulenta, con músculos varoniles y un mal humor casi permanente. Su rostro se iluminó ligeramente al ver a la hermosa Justina parada en el umbral de la puerta. Se iluminó todavía más cuando abrazó a la niña, la apretó contra el pecho y puso una mano carnosa justo donde nacía la curva de las nalgas de la niña un poco redondeadas. No obstante, en cuanto supo de las desventuras de Justina, la mujer morena la apartó de su lado.
—Si quisiera escuchar historias tristes esta tarde —dijo—, iría a la ópera.
En seguida, le dio a Justina con la puerta en la cara.

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JUSTINA
Novela JuvenilHABLAR sobre el Marqués de Sade es hablar del lado oscuro que todos tenemos en el inconsciente. Es hablar de una sexualidad "desviada" hacia la perversidad, hacia el placer sensual proporcionado por el dolor ajeno. Al leer sus obras nos encontramo...