Historias cortas.

Amando por dos.

Naruto y Sasuke eran una pareja de esposos.

Pero no cualquier pareja de esposos.

Bueno, quitemos el hecho de que ambos eran hombres... y que ambos eran guapos y con una fortuna familiar en sus manos. También hagamos a un lado el hecho de que eran jóvenes, no tanto como niños pero jóvenes.

Ahora sí.

Naruto y Sasuke no eran una pareja normal de esposos.

¿Qué los hacía tan especiales ante los demás?

Bien... radicaba en este punto:

Si alguien era lo suficientemente valiente para preguntarle y además que él le calificara con la dignidad suficiente para contestarle, Sasuke diría:

-No estoy enamorado de Naruto, ni siquiera me atrae sexualmente. Naruto y yo solo somos amigos.

-Pero... es tu esposo...

-¡¿Y?!

Entonces dejaría el tema ahí, porque no es de incumbencia de nadie. Lo peor de todo es que no había posibilidad de que estuviera mintiendo pues a su lado podría estar su esposo rubio atolondrado quien sonreiría con amabilidad y comprensión.

Hasta aquí, las cosas parecen ser lógicas pero luego llegaba el turno de Naruto, quien es más abierto y sincero.

-Yo amo a Sasuke, con toda mi alma. Me gusta, le tengo ganas... y es lo primero y lo último. Siempre, ttebayo.

-Pero, si él no te ama ¿Por qué sufrir asi? ¿Lo obligaste a casarte contigo? ¿Fue chantaje?

-Sí, fue una obligación, el muy estreñido me obligó a casarme con él.

Y aquí entraba el "pobre Naruto" que emitían varios. Quizá tú también lo pensaste.

Pero para explicar este extraño suceso, hay que retroceder en el tiempo.

::::::::::::::::::: ¡Para atrás! :::::::::::::::::::::

-Idiota ¿viste mi libro? No lo encuentro...

-No, ttebayo. ¡Ah! Mañana no vengo a dormir... tengo una reunión con papá.

-Mmm...

::::::::::::::::::::: Mas atrás... ::::::::::::::::::::

-Ahora están oficialmente casados. Señor Uzumaki, puede besar a su esposo.

-¿Ahora?

:::::::::::::::::::::: ¡Mas atrás! :::::::::::::::::::::::::

-¡No pienso casarme con nadie!

-Pero hijo... ya es la edad...

-¡Dije que no! Nunca les eh negado nada ¿Por qué no pueden dejarme decidir eso?

:::::::::::::::::::::: Aun falta... :::::::::::::::::::::::

-Hola, soy Naruto. ¿Me pestas tus colores?

-No.

-¡Oye! ¡Quero el rojo!

-Dije que no, que no... ¡Maestra!

::::::::::::::::::::: Muy tiernos, pero no era tan atrás. ::::::::::::::::::::::

-Me... me gustas ttebayo...

-... ¿Qué?

::::::::::::::::::: ¡Perfecto! :::::::::::::::::::::

En aquellos días tendrían unos quince o dieciséis años de edad. Ese día en especial, Naruto se le había declarado sin pensarlo.