Historias cortas.

Amando por dos V

¿Cómo iba a imaginar un día que su declaración sería cruelmente ignorada?

El auto fue abandonado cerca del puerto, lo vieron ahí, frío y desolado mientras el barco seguía su camino a las cinco de la madrugada y con una espantosa niebla congelando los ánimos. Excepto los de ese rubio que ya parecía sacado de una animación, mirando con sumo interés y alegría el mar bajó el cual flotaba la embarcación.

-¡Oye, Sasuke! ¡Mira, ttebayo, se han pegado unas medusas! –le gritaba contento mientras se inclinaba peligrosamente hacia abajo.

Tardó un año en enamorarse, ahora quería matarlo.

-¡¿Sasuke?! –mírenlo, con esa sonrisa en su rostro. -¡Te estoy hablando! –Libre de preocupaciones... -¡Hazme caso, dattebayo! –Sasuke imaginó por un momento que una enorme ballena saltaba y lo arrancaba del barco para llevárselo en su estómago como a Pinocho. –Sasuke, deja de imaginar cosas malas. –Odiaba saber que lo conocía hasta ese punto. -¿Qué tienes? ¿Estás mareado? –ya se ha acercado, su mano se posa en la frente del moreno. –Sasuke...

Y el "ex – Uchiha", como él mismo decidió nombrarse, solo gruñe sin despegar la vista del culpable de su mal humor.

-Has estado muy callado... -le dice modulando su voz, hay mucho turista y sabe que a Sasuke no le gusta exhibirse. -¿No te sientes mal? –se ve preocupado. -¿Quieres algo?

-¡Que te coma una ballena, eso es lo que quiero! –explota mientras lo empuja un poco para tener el camino libre a su camarote. Naruto lo mira extrañado de ese comentario pero decide mejor seguir viendo las tonalidades que puede reflejar el agua.

Por su parte, el muchacho es capaz de tragarse con la mirada a quien sea que se cruza en su camino. Se siente devastado, traicionado... no azota la puerta porque no quiere más problemas con los del servicio.

-... Eres... -toma un cojín. –un... -la imagen de Naruto riendo aparece sobre este. -¡estúpido!-por fin liberará tensiones, los puños van contra este pobre remiendo de tela que absorbe la furia golpe tras golpe. -¡Estúpido, imbécil, sádico, manipulador, llorón, cobarde, enojón, presumido, arruina sueños con tomates y....! –no se le ocurre nada más. -¡Arrgh! –débil, se deja caer sobre el colchón. –Te odio...

No puede creer lo difícil que resultó decir semejante frase. Solo dos palabras que le obligaron a reunir todo el valor del mundo ¡¿Y para qué?! ¡¿Para que el tarado no entendiera?!

Quiere morir.

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Naruto ha pasado toda la mañana probando comida en el restaurante del crucero, conoció a unas chicas lindas y ahora tenía ganas de un baño calientito. Además, decidió darle tiempo para que se relajara el Uchiha...

-No... ya no es Uchiha. –se dijo para luego sonreír orgulloso de aquello. Estaba tan contento, era una aventura, era un escape. Pero sobre todo, Naruto no podía dejar de sonreír porque... su Sasuke lo había elegido a él. Por encima de su familia, Sasuke decidió seguirle a él. Aquel simple acto le había dado unas alitas a Naruto y ahora flotaba en sus ilusiones.

Abrió la puerta pero era precavido, demonios, toda una vida junto a él, no podía ser tan idiota.

-¡Largo de aquí! –la almohada chocó contra la pared, Naruto la había esquivado ágilmente. -¡¿Qué no oíste?! –y conociendo su siguiente movimiento, se agachó para que el zapato diera contra la puerta. Sasuke estaba en un gran apuro, lo veía acercarse peligrosamente, subiendo a la cama también. –Vete... -ya ni gritar podía, el rubio estaba tan cerca.