Genio

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A ver si se entiende... ñ.ñ

Me desperté de una siestecita y emergió, espero que les guste.

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Uno debe conocer sus fortalezas y debilidades. Naruto conocía las suyas. Él mismo era el primero en aceptar que lo suyo no eran precisamente las matemáticas o las ciencias exactas, ninguna. Amaba, de otra manera, correr, gritar, moverse y expresarse. Había tomado clases de música por años y de dibujo (con Sai). Así que quedaba claro en su vida que eso de pensar no era algo que pudiera defender.

Sin embargo, quienes ya llevaban tiempo conociéndole, sabían que Naruto era un verdadero genio.

Y tuvieron que aceptarlo muchos con el orgullo hecho pedazos, no importaba si era hombre o mujer. Merecía un premio nobel... lástima que no daban a ese ámbito...

A Naruto nunca le interesó pensar... él supo desde niño que no estaba hecho para eso y no quiso quemarse las pestañas esforzándose en algo que jamás lograría. Pero de todos modos, como una pequeñita esperanza, como un recuerdo de lo mucho que puede hacer esforzándose, Naruto mantiene un rompecabezas en su escritorio desordenado.

Ahí están las piezas de un cuadro que le encantó en cuanto lo vio. Amaba lo inmenso, lo desconocido. Amaba acostarse en el techo de su casa y observar las estrellas, las sentía moverse, abrirse camino y él mismo se imaginaba siendo absorbido por el cosmos. Por eso, aquel rompecabezas era de una galaxia colorida... piezas tan diminutas como teclas de una computadora, recostadas tranquilas y pacientes a que cada lapso de tiempo, una tomara lugar.

Lo que le llenaba de dicha al rubio era ver a sus amigos llegar a su escritorio, con el cuello estirado y su presunción haciéndolos ver como pavo reales. Quedarse unos minutos y tomar una pieza... no encontrar donde encajarla y alejarse con excusas. Así no se sentía tan tonto, entonces. Porque de las mil piezas que tenía, ya llevaba veintidós.

Veintidós... desde hace tres años.

Pero repito, Naruto conoce sus fortalezas y debilidades, por eso no se cansa de ver ese rompecabezas mientras pasa de aquí a allá y como sabe que no es precisamente inteligente, no se siente presionado por expectativas falsas. Cada pieza es un logro.

Y se ganó el premio nobel, aunque nadie lo acepte más que los que lo conocen. Aunque parezca una mentira, una burla. ¿Por qué?

Naruto fue capaz de solucionar la ecuación más grande, complicada, desconocida y aterradora que ha existido: Solucionó a Sasuke Uchiha.

Muchos hemos escuchado a personas asegurar que somos ciencia, que somos números. Y lo somos, somos un complejo sistema, una ecuación que configura todo lo que vemos, sentimos, esperamos, nos configura como persona única. Desde ser célula fecundada, ya estamos integrando números, operaciones, cambios, restas y sumas. Imagina el tamaño que toma tu vida ahora...

Y Sasuke Uchiha era una ecuación sublime. Quien la viese, añoraba solucionarla. Era verlo y acercarse, listo para el reto.

Muchos lo intentaron, usaron técnicas diversas. Intentaban multiplicar el amor, dividir las barreras, quitar los paréntesis que escondían verdades... sumarse a su ecuación... restar recuerdos... nada funcionó.

Sasuke era un misterio. Las personas llegaban y se iban. Agotadas, avergonzadas, molestas. Rendidas.

El mismo Sasuke se intentó solucionar muchas veces, en la oscuridad de su habitación, en lo frío del bosque, en lo profundo de un lago. No podía.

Cuando llegó Naruto a su vida, a sabiendas que él no era precisamente una persona para pensar, no le importó verlo y no intentar nada. Le daba curiosidad de todos modos, porque era algo complejo y actuaba de maneras inesperadas. Era una ecuación peligrosa.

Y Naruto ama los peligros.

Empezó una noche, a pesar de que varios le decían que no era su terreno, que Sasuke era tan complicado que saldría herido. Pero hizo oídos sordos a todo eso y lo llevó a un lugar apartado donde se encargó de examinarlo, ambos nuevos en ese proceso... Naruto no sabiendo cómo resolver una ecuación, Sasuke ignorando que trataban resolverlo.

Naruto miró ese patrón de números, no buscaba un orden, no buscaba leerlos siquiera. Solo los vio, contempló cada signo, cada guión, cada cruz... cada letra, cada paréntesis. Admiró su complejidad y quedó enamorado de las matemáticas desde entonces.

Y un día, admirados todos, se reunieron en su casa, presos del asombro, recibiendo y enviando mensajes. Porque Naruto Uzumaki había resuelto a Sasuke Uchiha.

Abrió la puerta de su casa, llevaba su ropa arrugada y sus ojos cansados, tenía una barba de dos días y le faltaba un calcetín. Entraron con sigilo por orden de este rubio que parecía haber luchado toda la noche contra algo pero todo eso dejó de importar cuando admiraron procurando silencio, aquella ecuación resuelta.

Sasuke dormía en el sofá, hecho bolita, con sus ojos hinchados pero una sonrisa apenas perceptible. No tenía zapatos y llevaba una cobija enredada en sus piernas.

A sus pies, tomates y ramen. Discos y controles de videojuegos. Una caja de pizza vacía y un cuaderno con dibujos mal hechos.

-¿Cómo lo hiciste?

-¿Hacer qué?

Naruto no entendió que la había resuelto hasta que Sasuke le pidió que lo leyera. Y mientras encontraba las respuestas, fue acercándose más y más al Uchiha. El único que pudo resolverlo. Sasuke pasó a pertenecerle a él.

Unos cinco o seis meses después, la ecuación quiso reconstruirse y para eso necesitaba los números del rubio. Naruto se dejó desnudar por completo y sabiéndolo suyo, no temió en quitar los adornos que prestaban a ese cuerpo. Ambos se fusionaron entre estrellas y un café frío.

Y hay días en los que no pueden dejar de observar al rubio cargar con esa ecuación en sus brazos. Que tenga su título. Naruto puede saber porqué llora Sasuke cuando ve la lluvia y también porque a veces sale a mojarse en ella. Ahora sabe cuándo quiere besos, cuando quiere silencio. Sabe cómo hacerlo reír a carcajadas, pero eso solo es un mito para todos, porque un genio no revela todos sus trucos. Y Naruto suele ser muy celoso cuando se trata de su ecuación mas amada.

Y el rompecabezas se fue armando con mayor facilidad un día.

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