Marquitas

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Me gustan sus ojos.
Me gusta que me mire así, con molestia. Hace que me ría de él porque ambos sabemos que no puede evitarlo.

Yo se lo dije un día, mientras caminabamos en las calles más solitarias de la aldea.

"-Eres mío, Sasuke."

Entiendo que al principio no lo tomara sino como unas palabras de amor, suelo ser muy cursi con él. Por eso fui paciente pero ahora, es tiempo que entienda lo mucho que esa frase conlleva.

No puedo soportar que alguien siquiera piense en poder tocarle. No tienen derecho, menos luego de darle la espalda en esos tres años.
Sólo yo y nadie más.

Estoy loco.
Ya lo sé.

Y Sasuke lo sabe, por eso solo puede mirarme con molestia después de asegurarme que nadie crea tener una oportunidad.

Le gusta muy en el fondo. Lo sé (porque yo sé todo sobre él) y por eso no me detengo aún cuando me jala el cabello y me empuja.
-Basta, Naruto. -me dice pero no es consciente de su sonrojo. Me agrada verlo así. -Eres un pervertido... -se talla el cuello pero lo que Naruto Uzumaki hace, no hay como ocultarlo.

Sólo Sasuke es capaz de soportarlo, de todos modos. Por eso me gusta.

Sasuke me gusta mucho.

¡Diablos! Me siento un enfermo mental.

Soy muy celoso.
Sasuke es la única posesión que no cambiaré por nadie ni nada. Sasuke vale toda mi aldea cien veces.
Sasuke vale mi vida.
Por eso no puedo permitir que alguien me lo arrebate.

-Sólo a ti te quiero.
-Awww... Sasuke. -me gusta. Me gusta mucho.
No es sólo posesión. Me gusta su piel y por eso le beso los labios mientras lo tumbo en el sofá y busco levantar su rostro, quiero su cuello.
-Naruto... no... -es como un mecanismo de defensa, es para no verse tan uke. Lo sé y me río antes de lamer la piel y sostener sus manos con las mías. -¡Aauuch!
Mis dientes se clavan unos segundos.
Luego chupo.
Se retuerce debajo, una parte es porque no debe dejarse...
... otra parte, porque se está excitando.

Lo conozco tan bien.

Pero debo ir a la oficina y él tiene una misión con Sakura y Kiba.

Ahora estoy tranquilo, le miraran. Ella y él.
Los demás.
Miraran su rostro abochornado... miraran su cuello y sabrán que es sólo mío.

-¡Estúpido Naruto! -tengo que huir pero me tienta el verlo así, a medio vestir y con su mano en su cuello. -¡¿Es que tu no entiendes?! -no, Sasuke, ellos no entienden. -¡No me hagas estos chupetones!
-... no. Chupetones, no. -quizá lleguemos tarde a nuestros trabajos. Mis manos rodean su cintura recta. -marquitas, ttebayo.

Marquitas de amor.




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