Se trata de sobrevivir V

3.5K 344 116
                                    

Hola, lamento la tardanza, ojalá les guste esto (me siento muy oxidada en estos temas, hace taaaaaaanto que no escribía cosas así). Les mando un abrazo y ojalá puedan decirme qué les parece cómo va esta historia corta. 

:::::::::::::::::::::::::::::.......................::::::::::::::::::::::::::::::::::

-Te busca tu dueño. –se burlaron de él, sacándolo de la celda. Cayó al suelo y al ponerse de pie, le dio un puñetazo en la boca al guardia que se había atrevido a lastimarle, eran las doce del día, no había desayunado por un mareo que tenía y ahora estaba de mal humor. -¡Hijo de puta! –alzó el puño, Sasuke no quitó el rostro, valiente y sobretodo, inteligente. No le tocó.

Todos lo tenían prohibido.

Sonrió de lado, se acicaló el cabello y cuando el guardia hizo amague de sostenerle de los antebrazos, quitó su mano con repudio y comenzó a caminar sin forcejeos. Bien, eso le daba la sensación de poder. Siendo escoltado (mucho mejor que las anteriores veces, que era llevado a rastras) por dos guardias, sabía bien cuál era el camino y se deleitó incluso viendo de reojo a los otros reos.

Otra vez harían su jueguito ¿no? Peleas, insultos, golpes y al final "El Kyubi" se rendiría y él saldría victorioso.

-¿A dónde vas, gatito malo? –el apodo es lo que le hizo detenerse y girarse. Los miró con enojo, su expresión fría delataba su pasado acostumbrado a ordenar y ser el jefe en todo; ni un ápice de duda o confusión por la pregunta, solo esa extravagante molestia por ser llamado sin su autorización de ese modo.

-Te mandó a pedir en otro lado. –parecían contentarse solo con verlo confundido.

Sasuke tuvo que seguirlos pero siempre rehusándose a ser llevado aferrado de los brazos o de los hombros. Si bien, la ropa de los policías olía a jabón, detergente y suavizantes que posiblemente usaban sus parejas (o mamás, en los peores casos), ellos también tenían ese fétido olor a prisión: olían a sudor, a mal aliento, a drenaje y mierda. Era el ambiente.

Con egocentrismo, Sasuke disimuló acariciándose el cuello y luego subió un poco el cuello de su uniforme naranja hasta su nariz, inhaló tratando de ser objetivo, no encontró un mal olor pero ya no estaba tan seguro.

Quizá estaba delirando, esa clase de necesidades estaban en segundo o tercer plano ahora.

Bajando por las escaleras de reja negra mal pintada que chillaban al ser pisoteadas con la fuerza de hombres adultos, girando en el pasillo de almacén de alimentos, Sasuke fue dejado frente a las puertas de un área que no conocía. Literalmente, lo dejaron confundido frente a ese par de puertas grandes con dos manijas de metal plateado que tenían manchas desconocidas. A su derecha, por la misma pared había un montón de cajas de madera y cartón cubiertas por plástico y del otro solo se veían los guardias caminando con tranquilidad, orgullosos de ser los "gatos mandaderos" de alguien como Kyubi.

Si tocaba a la puerta, se vería como manso y débil.

Si abría, puede que Kyubi se enojara por no tocar la puerta.

Sasuke lo pensó unos segundos pero un maldito Uchiha y subió ambas manos, empujando las puertas al mismo tiempo y entrando desprovisto de miedo.

Oscuridad total, rota solo por la luz del pasillo que se colaba mientras mantuviera las puertas así, detenidas por sus manos. Un terrible chirrido sonaba molesto y entendió que era la alarma de esas puertas. Decidiéndose por cuidar su bienestar mental, dejó que las puertas se cerraran en automático y esperó paciente en esa penumbra pesada. Su cabeza se movió de izquierda a derecha pero no vio nada, chasqueó la lengua y se giró dispuesto a irse.

Historias cortas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora