Suficiente.

12.8K 949 1.3K
                                    



Bueno, quiero compartirles algo primero.

Esta historia es en respuesta a lo que me acaba de pasar con mi querida madre, quien sufrió un ataque de nervios y luego del susto, como toda obsesionada, me plantee cómo seria la reacción de Naruto ante este tipo de problemas que seguramente también tiene.

Por cierto, en esta historia:

1. Hinata y Naruto no se llevan bien. No voy a explicar bien su relación pero está casado a la fuerza y solo frente a la aldea se comportan como esposos.

2. Sasuke y Sakura se divorciaron en buenos términos, hasta donde cabe decir para Sakura.

3. Naruto y Sasuke saben que se aman pero decidieron darles una vida "normal" a su aldea y a sus amigos, de ahí que cada uno formara su camino "separado" del otro.

 __________________________________Suficiente____________________________

Dulce mediodía con sus avecillas volando, sus aldeanos conversando y sus ninjas vigilando. Un buen y normal día.

En la torre del Hokage, Naruto se tomaba su ración –por cierto, ya normal- de pastillas para el dolor de cabeza. Debía terminar de revisar aquellos formularios, luego autorizar las misiones y de paso, darle una chequeada a los reportes de misión.

-¡Naruto Uzumaki! –desde los pasillos, la voz de la mujer resonaba amenazante. El rubio rayoneò la hoja como reacción de miedo. Su compañero fiel, Shikamaru, se levantó en seguida sacando un bostezo y dispuesto a huir.

-¡Hey! ¡Alto ahí ttebayo! –le apuntó con el dedo. -¡No me dejes solito! –lloriqueó.

-Debo ir al baño.

-¡No es cierto! –las lagrimillas ya estaban saliendo mientras se encogía en su asiento. El moreno solo siguió caminando con paso acelerado, por primera vez en su vida. –Te lo descontaré de tu sueldo. –se prometió mientras lo veía desaparecer tras la puerta, para que luego volviera abrirse con fuerza destrabándose del marco.

-¡Na-ru-to! –sus dientes rechinaban por el enojo.

-Ho... hola Sakura... lindo día ¿eh? –parecía tortuga tratando de esconderse dentro de su ropa.

-¡Te dije que me entregaras los permisos para las intervenciones! –le regañó alzando el puño amenazante.

-Ah... ¿No lo hice, dattebayo? –fingió. La chica solo bufó molesta. –Lo hare, lo hare, lo prometo. –le rogó alzando las manos en son de paz.

-¡No! ¡Lo vas a hacer ahora mismo! Son importantes, Naruto.

-Estoy un poquito ocupado, dattebayo. –trató de disculparse. –Pero si me das unas horas, en la hora de la comida lo puedo hacer.

-¡No! Debo entregarlos más tardar a las seis, quiero revisarlos antes. Usa uno de tus clones.

-No... -se lamentó recargándose en su escritorio. –Estoy cansadito.

-¡No vengas con esas tonterías! –golpeó el escritorio haciendo que se inclinara hacia el lado del golpe. El rubio, siendo rápido, se quito antes de ser afectado por la inercia del golpe.

-Sakura... por favor...

-¡Papá! –su querida niña estaba entrando entre brincos y pasos de baile. -¡Papi! ¡Papi! ¡Papi!

-¡Estas cosas no pueden seguir asi, Naruto, debes mantener tus responsabilidades!

-¡Papi! –el rubio dejó de mirar a la mayor para ver a su hija.

Historias cortas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora