Naruto y Sasuke IV

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Me pareció la imagen perfecta para representar esta parte de la historia, toda la niñez de este par. Quiero darle un giro, espero que les guste.

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Parecía que al saber que Sasuke era suyo fuera una llamada a retarle. Naruto se vio en problemas cuando el club de fans de Sasuke creció, las niñas comenzaban a hacer mil locuras con tal de estar cerca de él, parecía que el hecho de saberlo ajeno les atraía más.

Shikamaru era el único amigo fiel que tenía, era el único capaz de decirle lo que esas chiquillas planeaban receso con receso, porque lo que respecta a Kiba o Chouji, solo se limitaban a reírse o comer aprovechando el espectáculo.

Incluso hubo peleas (muy leves, no soporta discutir mucho) con Sasuke por no hacer él mismo algo al respecto, se le veía tan pacífico, algo imperturbable. De hecho, de ahí vino la rabieta que hizo Naruto, donde duraron casi todo el receso sin ser novios, puesto que Sasuke no quería discutir, no se ofendió, no reaccionó a nada de lo que el Uzumaki le aquejaba, la apatía le dolía demasiado al de ojitos azules.

Pero cuando estaban a minutos de que la campana sonara para hacerlos pasar a sus aulas, Naruto cruzó todo el patio y se arrodilló para estar a la altura del Uchiha que no había terminado de comer su almuerzo, solo picoteaba su obento. Le tomó la mano, lisita y suavecita, la besó disimuladamente (aunque jura haber escuchado suspiros a sus espaldas) y sus ojos fueron suficientes para la disculpa.

Y en ese bendito momento de la tarde, cuando todos se colgaban sus mochilas a sus espaldas y decían con alegría el adiós a sus profesores, Naruto decidió acompañar al Uchiha a su casa. Hace ya unos meses que la mamá de Sasuke no usaba lentes oscuros, sus vestidos eran de colores alegres y ya no usaba mangas largas siempre, solo cuando hacía frío. Se veía hermosa.

Naruto pensaba que Sasuke se veía mejor que su mamá pero no se lo decía, Sasuke odia que lo contradiga.

Escuchaba los cuchicheos de sus tres infalibles amigos, estaba siguiéndolos, como de costumbre. Ambos extrañaban esas bonitas tardes cuando nadie sabía nada, pura tranquilidad, nada de burlas, nada de rumores, cero vigilancia.

-¡Mira, mira, le va a tomar la mano!

-¡Oooh!

-¡Estoy hasta la madre, dattebayo! –les encara, puede verlos hasta una cuadra antes que ellos, riéndose de este par. Sasuke es jalado un poco pues su mano aun sigue atrapada por la de él. -¡Vayan a hacer tarea!

-¿Tarea? –Kiba es el más sorprendido. -¡Demonios, te ha convertido en un ñoño zombie!

-¡Zombie te voy a dejar el trasero! –ya camina furioso para cumplir su amenaza.

-Naruto.

-¿Si? –detiene su enojo, sus gestos se relajan y le mira con ternura. -¿Qué sucede, gatito?

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