Naruto y Sasuke V

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Los cristales de las ventanas vibraban todavía pero Ino redujo el volumen hasta dejarlo en el nivel más bajo, sin apagarle solo por mera costumbre a no quedarse en silencio. Escuchaban reír a varias personas, los estragos de una tarde-noche ruidosa y alegre, con vasos desechables sucios por doquier, basura en la alfombra, ropa tirada en las esquinas, un chico dormido en uno de los sofás. Así festejó Naruto su cumpleaños, rodeado de compañeros y amigos que lo estimaban, esta chica en cuestión ya debía irse al igual que otros tantos, dejando la casa habitada únicamente por ese cuarteto de críos con pantalones de adulto.

-¿Y bien? ¿Te gustó, amargadito?

-Sí, perro... estuvo bien, gracias. –le dijo pero mirándoles a los otros dos también. Eran sus colegas y nunca le fallaban, eran su familia.

Sin embargo, ellos quisieron seguir con el alboroto y Naruto sabía que tenía algo importante, algo que estaba esperando desde que abrió los ojos y apagó el despertador de su celular. Se fue al sanitario, se dio una ducha rápida (apenas tres minutos duró) y se vistió de manera casual, no debía levantar la atención y sospecha... tenía un amigo muy perspicaz.

-¿A dónde vas? –cuestionó Shikamaru sacando su cigarrillo y buscando el encendedor entre los cojines del sillón. Naruto los quería y eso implicaba conocerles. Además de saber que sería exactamente él quien preguntaría, sabía qué decirle exactamente.

-Hinata. –le dijo tranquilo. Salió con una sonrisa relajada mientras escuchaba quejas por "mal anfitrión" ¡Bah, mal anfitrión en su propia casa! La fiesta ya había acabado y él tenía algo más importante que hacer.

Kiba fue el único que resolló tras escucharlo y envuelto en esa clara evidencia de celos, fue por una de las últimas latas de cerveza del refrigerador.

-Deberías decirle a Naruto, está claro que él la está usando para olvidar a Sasuke así que... ¿no daría igual para él intentarlo con alguien más y dejártela?

-¡Yo no necesito ayuda!

-¡¿Serán amigos tu y él?! Demonios, ambos son unos orgullosos de mierda.

-¡Tonterías! Hinata no... Hinata no... no le hace tanto caso...

-Sí, claro.

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Viven en un edifico de departamentos, piso 4, puerta número 32. A Naruto le costó mucho aprenderlo pero ya puede decir su dirección sin tener que hacer memoria.

Le gusta vivir ahí porque está cerca de su trabajo y de su universidad, tiene una bicicleta algo oxidada pero ayuda cuando se levanta tarde, además de que bajando las escaleras, pasando por esa misma acera tres tiendas, una juguetería, un cafetería y una boutique, cruza la calle por la esquina y entonces, llega a otro departamento, no es ahí su destino pero entra por el callejón que forma. Hay otras escaleras, son cinco o seis peldaños, Naruto a menudo se confunde, todo es ladrillo y está oscuro pero ya escucha el sonido hueco y los murmullos. A veces, si tiene suerte, puede ver a dos hombres altos y vestidos de negro lanzando a alguien ebrio... porque al finalizar esos últimos peldaños, hay una puerta abierta toda la noche y de ahí emerge la música.

Es un bar, no cualquier bar, ahí se reúnen estudiantes de gustos artísticos, es experimental, es gótico a veces, otras bastante bohemio. Naruto no sabe definir esas cosas, solo se dedica a observar los pequeños shows de baja calidad económica pero que le han hecho sentir muchas cosas en repetidas ocasiones.

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