Obvio, NaruSasu.
Es que tengo muchas historias que solo son como una simple idea que podría desarrollar después, pero por mientras... las publico así como las tengo en mi cabeza.
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Si se les hace conocido algo es porque obviamente me basé en esa bonita canción llamada "when a man loves a woman". Ya desde hace mucho, muchísimo tiempo que la enlace con Naruto y Sasuke y hasta hoy me animé a darle forma a mi imaginación chusca.
Espero que les guste.
Y olviden un momento el final de Naruto... esperen... ¡NO es el final! El final ya pasó y lo sabemos, saquen una sonrisa y hagamos valer las enseñanzas de este rubio precioso que nos tocó conocer.
Lamenta tanto haber sido ella la que se enteró. Lamenta, se odia a si misma porque su particular característica es la culpable de haberse dado cuenta, quizá, más rápido que los demás.
Naruto siempre fue su predilecto pasatiempo, observarle crecer, caerse, levantarse, llorar y sonreír después; le daba una sensación en el estómago y pecho, verle fuerte a pesar de todo, por unos momentos se sentía igual de fuerte ella, con valor y altas expectativas (si después desaparecían, no es el tema). Además, poco a poco, conforme crecía, Naruto adoptaba un cuerpo masculino, fuerte, atractivo y entonces su pasatiempo aumentó y tomó más peso.
Por eso lo supo en seguida.
Lo supo y unió las demás acciones que ese remolino rubio ya acumulaba desde que Sasuke se fue.
Lo supo y no tuvo el valor para decir nada ni pedir ayuda al ver que su única, desproporcionada y mínima oportunidad con él, se iba de las manos.
Porque es fácil distinguir cuando un hombre quiere y cuando un hombre ama...
Cuando un hombre ama... su mente no puede estar en nada más.
Naruto parecía estar obsesionado con Sasuke, desde que eran niños, cuando se fue, cuando Naruto se fue, cuando regresó, cuando Sasuke regresó... Naruto pensaba en él hasta cuando iba al sanitario. Ella lo sabía porque se acercó, porque aun no lo entendía del todo y le daba curiosidad. Naruto era capaz de enlazar las cosas con Sasuke de manera extraordinaria:
-y entonces se le agrega un poco de sal para intensificar el sabor... -decía Ino mientras los demás escuchaban semi atentos.
-Hablando de eso, ttebayo... debo ir a buscarlo.
-¿A quién? ¿A la sal?
-¿Sal? No, a Sasuke, dattebayo.
¿Cómo había llegado a pensar en él? En su mente vio la sal, vio a alguien esparciéndola en una cacerola, vio a esa misma persona probarlo con una cuchara y entonces se quemaba, como cuando está demasiado caliente, como el agua de las aguas termales que también es caliente y donde Sasuke se rehusaba quitarse la toalla por mucho que le decía que no había nadie, como en la casa a estas horas, porque Sasuke estaba en la torre cumpliendo sus misiones simplistas.
