Kapre

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Explicación/resumen (porque seguro no se entiende, está medio loco esto): Naruto parece estar muy triste, depresión quizá, en su auto viaja lejos hasta el bosque, ahí se encontrará con un demonio (Sasuke) y es tal su enamoramiento que se suicida, entregándole en un pacto su alma y luego tienen sexo, oh, sí, oh sí. (sorry, pero no hay lemon). Esta historia ya la había escrito, de hecho, la tenía guardada en Google Drive, pero le hice unos cambios para esta fecha. 

Aun así, espero que les guste y feliz Halloween!!! No hagan maldades ¿eh? 

Hay algo que se entrevé en la manera en que acaricia la textura rugosa de su tronco. Hay una sonrisa si las hojas se mecen y un largo suspiro que delata su triste despertar doloroso.

En un camino inesperado, en un día inesperado, él sintió que por fin encontraba su lugar. De tanto correr, buscando un refugio, encontró al fin la calma una tarde, cerrando la puerta del auto que dejó atrás, perdiéndolo cuando se alejó lo suficiente. Ahora quedaba en comunicación plena solo con el bosque.

"¿Podría ser este el lugar al que pertenezco?" se preguntó mientras avanzaba entre las dimensiones mágicas del espeso lugar. Buscaba quedar limpia su alma y fresco su espíritu, apostando sus noches heladas y solitarias a que el viento le dijera la respuesta. "¿Serás tu a quien he amado todo este tiempo?", le cuestionó cuando estuvo frente a él.

Pues ya no era un misterio a sus ojos lo que a los demás tanto temor les causaba. Mientras avanzaba a paso cauteloso para no atemorizar a la agraciada criatura infernal que ante sus ojos se arremolinaba alrededor de un alto arce, supo que caía en el abismal glacial del amor.

Hubo veces en las que corría y desaparecía el chico de piel porcelana y ojos carmín que brillaban tanto como los cuernitos diminutos que salían dolorosamente de su cabeza. Hubo veces en que simplemente no le veía hasta que derramase un poco de su sangre sobre las raíces de ese precioso arce anciano; y su tarde se transformaba en un ansia angustiosa que se extendía hasta la noche sollozante de sus penas por no verlo.

"Amado de mi corazón, criatura que emociona mi sentir ¿habrá una manera de hacerte sentir?", se afligía apenas percibiéndolo entre la corteza, observando con plena y divina admiración terrenal cómo su cuerpo era el arce y el arce era él.

"Bello poema será tu voz y las hojas de ocre tonos, tu velo de castidad, mi demonio bendito, sí, bendito, porque de lo humano surgen las cosas y en mi derecho estoy de hacerte divino", amistoso, se acercaba todo lo que podía, con la esperanza de un hombre enamorado. "Ven y compartamos la soledad, tan mía y tan tuya", besaba su alma al ritmo del viento sofocante y la criatura se mecía entre promesas dichosas.

Y una noche llegó al arce, mientras su cuerpo se rodeaba de la neblina gris y húmeda, tratando de ver esos ojos carmín que ya lo esperaban entre las silvestres hojas, con un brillo especial que comunicó lo único que añoraba el humano enamorado. "¡Cómo preserva el bosque tus delicadas formas, cómo al fuego de tu corazón indómito no deja que la oscuridad perezca...! Y aquí estoy, salvaje criatura que robó mi anhelo y salvación divina, a pasos simples de tus labios bellos".

La sangre brotó.

Era como una rosa perfumada, era el canto de un cuerpo suave contra otro, era despertar en los brillos de la luna y llegar a la luz con un canto. Así era el cariño incipiente que recibía el hombre reconfortado por esos labios acariciando al fin su trémula boca. Y ese sonido que el demonio escuchaba con ávido interés, eso que retumbaba en su silencioso estremecer del hombre, era inconfundible...

El claro del bosque, la perla luna, y los árboles que sienten la fragancia de un alma encendida por prestancia de quien le comunicó al hombre la maravilla de la espera. Ahora va al bosque y la luna le encanta, su alma se entinta de infierno y las hojas le cubren su pecho cuando se deja arrancar de la vida, oro y plata le acarician, son sus manos que le miman. Fruto de su amor, puede verlo. Fruto de su amor, puede mecerlo.

Hay algo que se entrevé en la manera en que acaricia la textura rugosa de su tronco. Hay una sonrisa si las hojas se mecen y un largo suspiro que delata su triste despertar doloroso. Convirtiendo las hojas secas en un colchón para amarse, sus manos entrelazadas, el cuerpo del hombre cercenado ya no parece de hombre.

"Amigo mío, pasiones me dijeron que no detuviera mi lucha", le habla y siente el frío de la muerte.

Entre las sombras y las penumbras, entre demonios, ángeles caídos y lamentos del cielo, el hombre está tranquilo; el arce es su abrigo; compañero de hermosas alas negras que busca acercarle y con sombra y caricias, paz le entrega. Y la lluvia se convierte en diamantes para el hombre enamorado que paciente le desea, la tristeza se vuelve ahora en un simple suspiro que deja libre en el céfiro.

"Pues, mi amado esposo, mío al fin, te espero aquí. Entre manantiales de besos, te deseo sin fin".

Hice un dibujín todo chafa y menso, arriesgándome a que lo vea mi amiga y me corra del departamento

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Hice un dibujín todo chafa y menso, arriesgándome a que lo vea mi amiga y me corra del departamento. #PrimeromiOTP  #Síamigasoyfujoshi 

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